Este fin de semana se disputa la última jornada en Segunda División y, para el Mallorca, no va a ser un partido cualquiera. Los mallorquines se encuentran en posiciones de descenso a la Segunda División B, a 1 punto de la salvación, y por tanto, no dependen de ellos mismos, sino que tendrán que estar pendientes de los resultados de la Ponferradina y el Almería. Estos dos últimos equipos se enfrentan a escuadras que se juegan clasificarse en las posiciones de play-off a Primera División, como son frente a Girona y Córdoba respectivamente. Sin embargo, el Mallorca se encuentra a un equipo que no se juega nada, que ya está salvado, como es el Valladolid. Por tanto, en cuanto a situación clasificatoria de los rivales, de tanto Mallorca como de sus rivales directos, los bermellones salen favorecidos ya que, "a priori" deberían ganar más fácilmente a su rival.

En cuanto a los enfrentamientos previos entre Mallorca y Valladolid no están a favor de los de la isla. De 13 partidos oficiales disputados entre ambos equipos, el Mallorca solo ha conseguido ganar 3 partidos por 8 victorias del Valladolid, por lo que produciéndose así 2 empates. Es cierto que dicen que las estadísticas están para romperse, pero desde luego, llegar a la última jornada con estos precedentes, no es nada positivo para los mallorquines.

El Mallorca se juega su historia, su reputación y prestigio en su futuro a corto y largo plazo en el partido frente al Valladolid. Por este motivo, por la transcendencia que tiene el partido para los bermellones, jugándose seguir en Segunda o bajar a Segunda B, muchos aficionados viajarán desde la isla a tierras vallisoletanas para animar a su equipo. El Real Mallorca contará con el apoyo y ánimos de su afición, ahora son los jugadores que deberán jugar y dejarse la piel por esos aficionados que estarán en el campo, y por los que no podrán, pero animarán desde sus casas. El Mallorca debe ganar y esperar resultados que les favorezcan. Es el último partido, la última oportunidad.

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