De todo a nada. El Sestao River dijo adiós a sus aspiraciones de ascender de categoría tras caer en su campo ante un N'astic de Tarragona que prolongó en Las Llanas su espectacular racha de partidos invicto. Los verdinegros no pudieron aprovechar la segunda oportunidad que el ser primeros de grupo les concedió tras su eliminación ante el Albacete, y los catalanes pasaron su segunda eliminatoria a pesar de volver a contar con el handicap, a priori, de disputar nuevamente la vuelta fuera de casa. 

El empate a uno registrado en la ida no condicionó el esquema peresentado por ambos entrenadores en el césped de Las Llanas. De hecho Vicente Moereno repetía el mismo once del Nou Estadi,con Rubio y Cuevas de nuevo como titulares mientras que en el bando local, las novedades eran condicionadas por las sanciones o el estado físico de los jugadores. El regreso de Resines compensaba la baja del sancionado Cabero, mientras que el capitán Josu Hernáez volvía al titular en detrimento de Tato.

Aunque se esperaba que el Nàstic saliera a llevar la iniciativa del juego, tanto por lo visto en la ida, como por la necesidad de marcar al menos un gol para no caer eliminados, lo cierto es que fue el equipo local el que salió con las ideas más claras,imponiendo su estilo de juego frente a un Nàstic que no logró inquietar la meta de Raúl Domínguez en la primera mitad. La posición de Urkizu como mediocentro, con Diamanka de nuevo más adelantado como mediapunta, propició que la presión del Sestao se impusiera a los intentos del Nàstic a la hora de elaborar jugadas.

Moreno intentó activar su ataque cambiando de posición a Lago Junior, pero tanto Josu como Gerardo realizaban un gran trabajo ayudando a los laterales del River a tapar las tímidas intentonas del equipo grana. Por contra era el Sestao quien disponía de las ocasiones, eso sí, con lanzamientos que no encontraban portería de Esnaola y Gerardo.

Poco antes de llegar al minuto 40 llegaría el gol de la ilusión para la parroquia local. Un balón largo enviado por Resines desde la defensa es ganado por Jito ante el defectuoso despeje de Xisco. El delantero catalán del Sestao logró adentrarse en el área y rematar ante la salida de Reina, que, en su rechace, dejaba el balón a los pies del pichichi verdinegro, que batía a placer la meta visitante.

Delirio en las abarrotadas gradas de la afición del River, que celebraba el gol número 28 en la cuenta de Jito Silvestre, y que agradecía que los tímidos remates de Xisco y Cuevas no tuvieran incidencia alguna antes de que el colegiado castellano leonés pitara el fin de la primera parte.

La vuelta de vestuarios trajo el primer movimiento en los banquillos. Vicente Moreno daba entrada al extremo Piojo, para situarlo en bada derecha, dejando al peligroso Lago Junior en la izquierda. En los locales no había novedades, aunque sí que se apreció un paso atrás del equipo ante los nuevos bríos del conjunto visitante.Con una plantilla bastante mermada en el aspecto físico, y quizás escarmentados por los errores cometidos en la eliminatoria ante el Albacete, parecía normal que los de Viadero buscaran agazapados el paso de los minutos, intentando mantener a cero su portería, sabedores de que encajar gol supondría en el mejor de los casos una prórroga en la que se sabían claramente en desventaja. 

Así las cosas, cambió el decorado y el Nàstic se hizo dominador del balón y del partido. Rocha y Sánchez encontraban a sus extremos y llegaban las primeras ocasiones de gol para los tarraconenses. La primera, un cabezazo con mucha intención de Marcos que se iba cerca del palo de la portería de Raúl. Luego un gol anulado a Lago Junior por fuera de juega del jugador africano, 

Los ataques verdinegros eran cada vez más esporádicos, con alguna arrancada de Diamanka o una jugada en la que el público pidió manos ante el disparo de Josu. La entrada de Querol en los visitantes fue más productiva para los intereses de su equipo que la de Álex García, y el mismo mediapunta catalán probaba suerte con una vaselina ante Raúl al poco de su entrada. Se jugaba cada vez más en campo verdinegro, y el previsible tanto del empate llegaba pasado el minuto 70, cuando el centrocampista David Roch, desde fuera del área, lanzaba un disparo con efecto y  a media altura que hacía inútil la estirada de Raúl.

El gol supuso un punto de inflexión en el partido, un golpe que dejó groggy al Sestao, un bravo luchador que quedó noqueado apenas cinco minutos después con el gol que sentenciaba el partido y la eliminatoria. De manera análoga a lo que sucedía en la primera parte en el gol local, era ahora el defensor Alberto el que erraba en el despeje para habilitar a Querol, que se plantaba solo ante el portero verdinegro, superándolo con calidad en su salida.

Nuevamente, y tal como sucediera en anteriores partidos de estos playoffs, el River dejaba escapar su ventaja: un golpe moral que unido al evidente físico, dejaba ya muy cuesta arriba la proeza de anotar dos goles. Viadero se la jugó retirando a un defensa para dar entrada a otro delantero, pero la nave verdiengra ya remaba demasiado contracorriente ante un Nàstic que supo gestionar el resultado hasta el final sin sobresaltos.

Con el pitido final los catalanes celebraban sin ningún problema su pase a la ronda final mientras la afición sestaoarra despedía, desencantada por el resultado pero orgullosa por la campaña realizada por su equipo, a los pupilos de Ángel Viadero, que a pesar de todo, ya han hecho historia despertando en Las Llanas unas ilusiones hace tiempo olvidadas.

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