Marc Martínez y el Nàstic ponen fin a la relación que les ligaba y toman caminos distintos. El de la entidad grana en la Liga Adelante y el centrocampista podría recalar en algún club de Segunda División B, buscando los minutos que le han faltado esta temporada.

A pesar de que el centrocampista ha dado la talla siempre que se le ha necesitado, lo cierto es que las lesiones y la regularidad le han impedido llegar al nivel que demostró en su primera etapa vistiendo la camiseta grana, cuando estuvo cedido por el Huesca.

Un centrocampista polivalente

Marc Martínez ha demostrado tener calidad suficiente para ser titular en un equipo importante de Segunda División B, incluso en segunda División. Sin embargo, la plantilla que ha configurado el cuadro catalán y la irregularidad del jugador la pasada campaña no hubieran permitido al centrocampista disfrutar de muchos minutos.

La mayor virtud de Marc Martínez son las jugadas a balón parado.

Las cualidades que más le definen es la velocidad, un juego exquisito y una gran capacidad para lanzar faltas, cosa que le ha permitido anotar una buena cantidad de goles. No solo eso, la mayoría de los tantos que ha marcado el Nàstic desde la esquina han sido botados por él.

Pero además de ser un especialista a balón parado con el balón en juego también dejaba detalles de calidad. Haciendo una buena pareja con Rocha, con los dos en el terreno de juego el centro del campo no tenía rival.

Los números de Marc Martínez

El centrocampista catalán ha defendido varios escudos a lo largo de su carrera deportiva, todos prácticamente en Segunda División B, cosa que le permite tener una gran experiencia en esta categoría.

Entre los equipos en los que ha jugado destacan el filial del Valladolid, Roquetas y Sant Andreu, equipos con los que fue titular indiscutible. Ha disputado un total de 217 encuentros en la categoría de bronce del fútbol español, anotando 16 dianas.

El jugador llegó a Tarragona en calidad de cedido en el mercado de invierno procedente del Huesca, que militaba en Liga Adelante por aquel entonces. En el Nàstic, entrenado por Javier Salamero, logró cuajar una gran segunda vuelta, siendo protagonista en muchos encuentros.

Sin embargo, con el descenso del Huesca a Segunda División B, Marc tuvo que volver a la ciudad aragonesa a pesar de querer quedarse en Tarragona. Tras una temporada demasiado irregular en Huesca, el Nàstic quiso repescar al jugador tras las buenas vibraciones que dejó en la ciudad catalana.

Así pues, el pasado verano se convirtió en jugador grana. Las lesiones y la poca confianza del técnico terminó con una pobre participación. Marc solamente jugó 849 minutos completando únicamente cuatro encuentros.

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