Después de quedar eliminado en la tercera ronda de la Copa del Rey, el Nàstic de Tarragona recibió en el Nou Estadi al Bilbao Athletic, colista de la Segunda División. Si los granas querían olvidarse de la Copa y centrarse en la liga, el filial quería quitarse ese título de colista de la categoría, que no le hace justicia según lo que se vio sobre el césped. Fue un partido muy emocionante desde el primer hasta el último minuto.

Inicio no apto para cardíacos

El partido no pudo comenzar mejor, por lo menos para el espectador neutral. Ni se había llegado al primer minuto de juego cuando Álex López cedió el balón para Naranjo, quien se ganó la confianza de Moreno y con ella un puesto en el once titular. El andaluz encaró al portero y lo superó, pero cuando el balón estaba rozando la línea de gol un zaguero visitante lo rechazó.

Poco después, en el tercer minuto de juego, la clara ocasión llegó en el bando contrario. Unas manos, involuntarias pero claras, de Xavi Molina hicieron que el colegiado señalase penalti a favor del Bilbao Athletic. Tomó la responsabilidad el dorsal siete del filial, Guarrotxena. Pero Reina acertó la dirección y lo paró. El balón seguía vivo en el área pequeña, pero entre el portero y la defensa grana lo consiguieron alejar. Además, el árbitro había pitado juego peligroso de Guarrotxena.

Reina paró un penati en el 3'. (Imagen: LaLiga).

Ya en el minuto cinco, el Nàstic dispuso de una falta lateral que acabó siendo rematada por Naranjo justo antes de que los visitantes rechazasen el balón a córner. Tras este inicio de infarto, el partido se tranquilizó con una posesión ligeramente superior para el filial bilbaíno. Aun así, las ocasiones sólo llegaban del costado catalán. En el minuto 18, un centro desde la banda izquierda de Mossa llegó al punto de penalti, pero se le quedó atrás a Álex López.

Obra maestra de Calavera

Los locales tuvieron otra ocasión a su favor cuando Álex López consiguió librarse de los defensores visitantes con una buena jugada individual. Cuando llegó a la frontal, disparó, pero flojo y sin problemas para el guardameta Felipe -corría el minuto 24-. Cuando faltaba un minuto para que se cumpliese la primera media hora de juego, llegó el gol: en un rechazo posterior a una falta lateral, el lateral de la casa Jordi Calavera enganchó el balón desde unos 30 metros de distancia y lo mandó directamente a la escuadra derecha de la portería que defendía Felipe.

El gol enloqueció al Nou Estadi. Por lo que significaba -adelantarse en el marcador- pero sobre todo por la belleza de este. Pero el tanto también hizo efecto en el Bilbao Athletic, que mejoró notablemente y, aunque no tuvo ninguna ocasión clara excepto un gol anulado por claro fuera de juego, dio más sensación de peligro. Por ejemplo, en el minuto 36, Vesga chutó desde el área pequeña pero se topó con el cuerpo de un jugador local. Sólo un minuto después un peligroso centro de Iriondo se paseó por el área sin que ningún delantero visitante lo consiguiese cabecear.

Bilbao Athletic, gol y control

Tras el paso por vestuarios, el partido que se vio fue el mismo con el que se llegó al descanso. De hecho, el filial encontró el gol que estaba buscando. Tras un rebote al palo que Reina no pudo recoger, Guarrotxena apareció en el área pequeña y empujó la pelota a gol. Pero además del gol, el Bilbao Athletic se hizo con el control del partido: aunque no dispusieron de ningún remate peligroso entre los tres palos, la posesión fue claramente suya. Además, cuando el Nàstic atacaba, el filial demostraba mucha seguridad y orden defensivo.

Jean Luc marcó (la diferencia)

En medio de tanto control visitante, un tanto de Jean Luc marcó la diferencia. Corría el 64’ cuando Tejera tenía el balón en sus pies y el Nàstic una opción de contraataque. El ex del Espanyol B cedió el balón a su derecha, donde aparecía en posición de extremo el recién incorporado Jean Luc. El marfileño se fue centrando y acercando a la frontal con el balón en su posesión, y cuando encontró el hueco, disparó y marcó el 2-1 directo a la escuadra.

El filial mereció, como mínimo, llevarse un punto. (Imagen: LaLiga).

A partir del gol de Jean Luc, carrusel de peligro y ocasiones visitantes que se sucedieron sin fortuna para los visitantes. La más clara en el minuto 70, cuando Santamaría disparó al palo derecho defendido por Manolo Reina. Ya en el 85, Unai López desde la frontal no encontró los tres palos, pues la pelota se marchó a la derecha de Manolo Reina. Desde ahí y hasta el final, muchas jugadas en el área grana, en algunas de las cuales los visitantes reclamaron penalti. El caso es que el resultado de 2-1 no se movió, y los visitantes se fueron con las manos demasiado vacías por lo que se vio en el terreno de juego.

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Sobre el autor
Daniel Gallego
apasionado del deporte y del fútbol en particular. Consumidor compulsivo de series, películas, libros y música. Coordinador del Gimnàstic de Tarragona y colaborador puntual en la sección de Política.