En los equipos humildes también hay estrellas. Hay jugadores que calan hondo en la afición, a pesar de no tener ferraris ni grandes fortunas, tienen lo más importante: el cariño de la afición. El sacrificio y el esfuerzo les persiguen y ellos en cada minuto en el que defienden la camiseta de sus equipos se dejan el alma. David Rocha es un claro ejemplo de ello.

El cacereño llegó en la temporada 2013/2014 a las filas del club grana, procedente del Albacete Balompié. El mediocentro ha jugado con la camiseta del Nàstic 100 partidos, un hombre centenario, y ha anotado catorce goles, popularmente conocidos como “rochazos.” Quizás no ha sido el mediocentro más potente físicamente que ha pasado por el equipo, ni el mejor a la hora de defender, pero la intensidad que ha puesto en cada balón le han hecho ganarse con creces el cariño de una afición. 

100 partidos ha disputado con el Gimnàstic de Tarragona

Esta temporada ha sido muy especial, ya que en su salto al fútbol profesional y la división de plata, Rocha ha demostrado que está al nivel de cualquier categoría ya que de calidad anda sobrado y eso unido a su trabajo sobre el terreno de juego le hacen ser un mediocentro más que interesante. Tal nivel es el que ha ofrecido en esta primera parte de la temporada, que su rendimiento ha traspasado fronteras, y el ‘soccer’ será su próximo destino.

La afición del Nàstic sabe que en el fútbol humilde pasan estas cosas, que los jugadores no son eternos y que el bien para su futuro es el bien para el club. Lejos de haberle echado en cara el que se marche en el ecuador de la temporada, ha sido todo lo contrario, porque sabían que Rocha no merecía una despedida agridulce, porque su sentimiento hacia los colores granas siempre lo ha expresado de forma profunda e intensa. Por eso la palabra gracias ha sido la más repetida estos días entorno a la figura del jugador. Se marcha un ídolo para muchos y un ejemplo para todos.