Primera media hora para olvidar, la que jugaron este domingo Nàstic de Tarragona y CD Tenerife el Nou Estadi. Un equipo de la zona media alta y otro de la zona media no fueron capaces de pasar de un juego lento, aburrido y pausado. En el último tramo de esta primera parte las cosas cambiaron: el Nastic marcó dos goles y un jugador visitante fue expulsado. Las cosas cambiaron aún más en la reanudación, cuando el Tenerife recortó distancias y buscó de forma insistente un empate que no acabó llegando. 

Juego soporífero

Los primeros minutos del partido estuvieron marcados por un ritmo lento y aburrido, con constantes interrupciones del juego que no hicieron sino ralentizar aún más el encuentro. De hecho, el único protagonista del primer cuarto de hora fue el colegiado, quien amonestó, de forma muy rigurosa según la afición local, a Muñiz, Tejera y Emaná en apenas diez minutos.  

No fue hasta el 17’ cuando llegó la primera ocasión: un disparo fuerte de Jairo que Reina atrapó lanzándose al césped. Ya en el 27’, Lozano remató de cabeza un centro desde la banda derecha. La pelota se marchó fuera rozando el larguero defendido por Manolo Reina.

A pares

El conjunto de Vicente Moreno no se encontraba cómodo en el terreno de juego. El Tenerife tenía más control del balón y cuando los granas lo tenían, se mostraban sin ideas. Por contra, el Nàstic fue el primer equipo en marcar. Corría el 31’ cuando Muñiz centró desde el lateral una falta. Su centro fue directamente a la frontal del área pequeña, donde Emaná remató de cabeza y al fondo de la red. La primera ocasión, el primer gol.

Emaná y Naranjo marcaron los goles granas en seis minutos

El Tenerife intentó una rápida reacción mediante Jairo, pero su remate de cabeza botó en el suelo y perdió fuerza (34’). A continuación, cuando Naranjo encaraba a Dani Hernández, Saénz hizo una clara falta que le costó la segunda amarilla y la consiguiente expulsión. Esta superioridad numérica fue aprovechada rápida y positivamente por el Nàstic cuando Emaná rompió la defensa visitante con un pase que dejó a Naranjo solo frente al portero. El andaluz no se puso nervioso y definió bien, haciendo el 2-0 con el que se llegó al descanso.

El Tenerife fue a por el partido

Pese a jugar con un hombre menos desde el 34’ por la expulsión de Saénz, el Tenerife buscó, como mínimo el empate, en la reanudación. Los canarios salieron con mucha fuerza y consiguieron disimular a la perfección que jugaban en inferioridad numérica. Como prueba de ello, cuando sólo se llevaban jugados dos minutos Saúl centro al área desde la banda izquierda del ataque visitante y Omar, entre los centrales dentro del área, cabeceó al fondo de la red para recortar distancias.

El Nàstic respondió con un chut fuerte de Palanca que se marchó directamente fuera. Este disparo, que no fue entre los tres palos, no intimidó al Tenerife, que siguió en busca del gol. El equipo insular estuvo muy cerca del gol en el 55’, cuando Omar encaró a Manolo Reina libre de marcadores. El delantero, que después pidió penalti, mandó el balón al palo izquierdo de la meta grana.

Los minutos pasaban y el Tenerife seguía siendo el dominador del partido. Tuvieron la pelota, pero no la suerte. En el 87’ Stephane Emaná protagonizó una gran jugada individual pero Naranjo, con todo de cara, falló en el remate. Ya en el tiempo de añadido llegó la ocasión más clara para los tinerfeños: Martínez, solo en el área, chutó con toda su fuerza, pero Reina salvó los muebles para su equipo.