Osasuna finaliza el año en descenso, al igual que lo comenzó, pero con sensaciones muy diferentes. Cuesta creer que las navidades del año pasado resultaran tan amargas tras una dura derrota en casa frente al Granada, y las actuales tengan incluso un cierto punto dulce. El balance rojillo del año puede considerarse justo en cuento a objetivos, logrando la permanencia y basta. En el conjunto de 2013 los rojillos han logrado 11 victorias (siete de la pasada temporada), cuatro empates y 13 derrotas, han marcado 33 goles y han encajado 45. Cabe destacar el gran rendimiento obtenido en El Sadar durante los partidos contra los dos grandes clubes, Fútbol Club Barcelona y Real Madrid. El conjunto rojillo unicamente perdió por la mínima frente al Barcelona en el primer encuentro, empatando en la actual temporada, logrando cosechar dos empates frente al Real Madrid; el segundo algo agridulce tras ir ganando por dos goles a cero. En éste periodo de tiempo, el fortín que fue El Sadar en antaño solo respondió cuando mas necesitado estuvo el equipo. Dos partidos con lleno hasta la bandera y una afición entregada a sus jugadores, ayudado de la agresiva campaña de entradas económicas que el club propuso, fueron los que adjudicaron el derecho de volver a militar en la máxima categoría del fútbol nacional, por decimotercera vez consecutiva desde el acenso en el año 2000.

Los bailes de personal y jugadores también han tenido un protagonismo principal en este periodo de tiempo. Jose Luis Mendilibar fue muy cuestionado al terminar la anterior temporada, y desde la directiva se le ratificó en su puesto. Todo un verano de fichajes y nuevas caras como las de Ariel Nuñez, Joan Oriol, Jordan Loties u Oriol Riera, prometían al aficionado un año de ilusión. De volver a mirar hacia arriba en la clasificación y no conformarse con la permanencia. Se trataron de cubrir las bajas de jugadores como Kike Sola, Mashoud o Rubén, entre otros, y dar la oportunidad una vez más a la cantera, con Roberto Torres y Manuel Onwu a la cabeza. Todo fue un espejismo que duró las cuatro primeras jornadas, cuando el conjunto navarro aun no había puntuado en liga.

Al rescate llegó Javi Gracia, navarro y pamplonés, salido de Tajonar, que llegaba con ilusión y ganas de hacerlo bien llegando a dar con la tecla que quizá el técnico de Zaldibar no encontró.

La orquesta en que se convirtió la secretaria del club, generó que el baile deportivo se prolongase a lo extradeportivo, con la marcha del club de Martín González, el intercambio de cartas abiertas de directivos y como guinda del pastel, la reciente expedientación por parte de la Comunidad Europea por el caso de las no conversiones en Sociedades Anónimas Deportivas y supuestas ventajas fiscales.

Osasuna lleva trece temporadas consecutivas en primera

El año 2012 fue tiempo de altibajos para Osasuna. Tras terminar la temporada 2011/12 en un meritorio séptimo puesto, a tan solo un punto del EuroLlevant, en puestos de Europa League, los de Mendilibar no empezaron el curso siguiente con demasiado buen pie. En las cinco primeras jornadas, los rojillos cosecharon cuatro derrotas y la parroquia rojilla tuvo que esperar hasta la sexta fecha del campeonato para disfrutar de la primera victoria de los suyos, precisamente ante el Levante y por un contundente 4-0. En cualquier caso, la marcha del equipo o auguraba nada bueno y, de no ser por la victoria 0-3 ante el Espanyol en Cornellá-El Prat, el técnico de Zaldívar podría haber salido del banquillo de El Sadar mucho antes de lo previsto.

Aún así, los navarros acabaron 2012 en puestos de descenso, con apenas 3 partidos ganados —los comentados más un 1-0 frente al Rayo Vallecano— y 14 puntos, exactamente uno menos de los que lleva actualmente Osasuna en la presente temporada. La gran diferencia entre el equipo navarro de hoy y el de hace un año es que, si bien, en estadísticas se muestran parejos, las sensaciones que desprende el conjunto pamplonica son muy superiores en este nuevo curso, especialmente tras la llegada de Javi Gracia. De hecho, el año 2013 no empezó particularmente bien para los rojillos.

Enero: inestabilidad en tiempos de tormenta

El día de Reyes, en el primer compromiso del nuevo año, Melchor, Gaspar y Baltasar trajeron carbón al equipo navarro, que perdió ante el Sevilla 1-0 en el Pizjuán. El conjunto hispalense no llegaba al duelo mucho mejor que su rival. Con Michel en el banquillo, los andaluces arrastraban cinco partidos sin ganar —cuatro de ellos con derrota—, pero un gol de Spahic en el minuto 83, tras un interminable córner y asistencia de José Antonio Reyes en fuera de juego, acabó cortando la mala racha de los nervionenses y prolongando la de los navarros, que apenas tres días más tarde, añadieron un nuevo episodio a su particular penitencia. Esta vez fue en Copa, en el partido de vuelta de octavos de final ante el Valencia. Un 0-2 a favor de los ché en el partido de ida dejaba la eliminatoria sentenciada, pero el encuentro podía servir para sacar algo positivo de Mestalla. Los locales se adelantaron por medio de Tino Costa en el 34, con un magistral lanzamiento de falta, pero solo tres minutos después, Joseba Llorente ponía las tablas en el marcador. Un empate en la ciudad del Turia, aunque supusiera la eliminación, no era mal resultado para los navarros, pero los rojillos no contaban con la permanente cita con el gol de un ex jugador osasunista. Exactamente igual que hiciera en la ida, Roberto Soldado saltó desde el banquillo para hacer, en el minuto 89, el gol del triunfo de los suyos que, por supuesto, no celebró: 2-1.

Enero siempre es un mes de pesadilla para Osasuna

En cualquier caso, el partido de copa fue un respiro para los navarros, que tenían por delante su particular Tourmalet en este mes de enero. El siguiente compromiso liguero fue ante, nada más y nada menos, que el Real Madrid de Cristiano Ronaldo y José Mourinho, en el que sería último partido de la primera vuelta. Quizá no era, a priori, el mejor rival para remontar el vuelo, pero lo cierto es que los merengues siempre motivan a los jugadores rojillos. Los navarros realizaron un partido muy serio e, incluso, tras la expulsión de Kaka' por doble amarilla, pudieron llevarse el encuentro, pero no consiguieron acertar con la portería de Iker Casillas. El 0-0 final no valía a ninguno —el Madrid se quedaba a 18 puntos de la cabeza de la Liga—, pero los hombres de José Luis Mendilibar subieron muchos puestos en el apartado moral. Así, una semana más tarde y, de nuevo, en El Sadar, Osasuna conseguía su cuarta victoria de la temporada ante un rival directo: el Deportivo de La Coruña. Kike Sola, con un acrobático remate, y Nino, tras falta rápida sacada por Lolo —un auténtico maestro en estas artes— encarrilaron un partido que solo peligró en el descuento tras el tanto en el minuto 88 de otro ex rojillo, Javier Camuñas, que puso el 2-1 definitivo.

Osasuna parecía empezar a salir del pozo —tan solo un punto le separa del Celta de Vigo en puesto de salvación—, pero la visita al FC Barcelona puso los pies en la tierra a los de Mendilibar. Diez minutos tardó Messi en sentar a Andrés Fernández para adelantar a los suyos y, aunque Raoul Loé consiguió empatar en el minuto 23, tres minutos más tarde, el árbitro del encuentro señalaba penalti por mano de Arribas y segunda amarilla para el madrileño. A partir de ahí ya no hubo partido. Tres goles más de Messi y uno de Pedro para engordar estadísticas dejaron el resultado final en un aparatoso 5-1 que ponía fin a un inestable mes de enero.

Febrero: solo el Athletic pudo con Osasuna

A pesar de esta último resultado, los partidos ante Real Madrid y Deportivo habían dejado clara la pauta a seguir y el mes de febrero fue clave para la posterior salvación de los rojillos en mayo. En los cinco partidos jugados en el mes más corto del año, los navarros consiguieron 3 victorias, 1 empate y, tan solo, una derrota. Primero fue el Celta de Vigo, que visitaba El Sadar en un partido en el que el derrotado caería o permanecería —en el caso de Osasuna— en los puestos de descenso. El encuentro era muy importante y Javi Varas, portero celtarra lo sabía. El sevillano dio un auténtico clinic bajo los palos, pero en el minuto 54 se le acabó la suerte: un zurdazo de su amigo Armenteros, a la salida de un córner, ponía el definitivo 1-0 y sacaba a los rojillos del descenso. Tocaba defender el privilegiado puesto número 17 de la clasificación, y la primera parada era Mallorca. A Osasuna parecía sonreírle la suerte y en el 77 Lolo hacía el 0-1 tras cabecear un centro de Cejudo. No obstante, los minutos finales siempre son peligrosos y cuando el árbitro ya miraba su cronómetro para pitar el final, Geromel aprovechaba una confusión defensiva para empatar el partido y rascar un punto para los suyos: 1-1.

Imagen: eurosport.com

Sin embargo, Osasuna no tardó en desquitarse de esas desgraciada jugada. Le bastaron 3 minutos a Kike Sola para hacer el 1-0, que a la postre sería definitivo, contra el Real Zaragoza, en un duelo siempre caliente entre navarros y maños. El equipo rojillo pasaba por un buen momento y, en la jornada 25, le tocaba visitar a un rival incómodo, pero al que le tiene cogida la medida el equipo pamplonica: el Levante. Tras un partido muy igualado entre ambos, y que parecía abocado al empate, Masoud entre en la cancha para deslumbrar al personal. Caviar iraní en pequeñas dosis, como nos tenía acostumbrados el persa, que se sacó, en el 88, un remate con rosquita desde la frontal —tras dejar sentado a dos rivales— que se coló por la escuadra izquierda del portero levantinista. Un minuto más tarde, Kike Sola se encargó de engrosar su cuenta particular con el definitivo 2-0. Goles como este del delantero cascantino llamaron la atención del Athletic de Bilbao, que fue, precisamente, el último rival de los rojillos en febrero y el único capaz de ganar al conjunto navarro en dicho mes. Fue en El Sadar, y gracias a un gol de Susaeta en el 54, en un encuentro que los rojillos dominaron de principio a fin, pero que acabaron perdiendo 0-1.

Marzo: Pucela como salvavidas

Un parón por partido de la selección marcó el mes de marzo, que se inicio con una nueva derrota, esta vez por 2-1 en el Benito Villamarín ante el Betis. No salieron entonados los chicos de Mendilibar, que vieron —especialmente Flaño— como Jorge Molina cabeceaba de forma imperial un centro desde la banda para hacer el primero de su equipo en el minuto 18. Tocaba remar contracorriente y Silva, en el 73, con su primer gol en Liga, encontraba el premio al trabajo de la segunda mitad. Pero no fue suficiente, ya que Rubén Castro, apenas cuatro minutos más tarde, marcaba el tanto decisivo en favor de los verdiblancos. No tuvo demasiada suerte Osasuna, al igual que tampoco la tuvo en su siguiente partido, esta vez en casa y ante el Atlético de Madrid. A pesar del aluvión de ocasiones rojillas, Diego Costa, que tiene entre ceja y ceja las medidas de las porterías de El Sadar, con dos goles, sentenció el partido en favor de los colchones ante la incrédula mirada de los navarros: 2-0.

Con estas última, eran tres las derrotas consecutivas y, aunque el descenso seguía a más de un partido de distancia, el aficionado rojillo empezaba a temerse lo peor, sobre todo tras el gol en propia meta de Rubén a los diez minutos de comenzar el partido en Pucela frente al Real Valladolid. Pero, por suerte, dos goles de Kike Sola en diez minutos (49 y 59) dieron la vuelta a un partido que cerró Miguel De las Cuevas con su primer gol como rojillo en el minuto 68: 1-3. Un partido que dejaba los puestos de peligro a siete puntos y suponía un paso importante para Osasuna en su camino hacia la salvación.

Abril: mucho ruido y pocas nueces

Osasuna parecía tranquilo, relajado gracias al importante colchón que había logrado. El problema es que todavía estábamos en la jornada 30 y, si bien el final de la temporada parecía cercano, todavía quedaban muchos puntos por jugarse, los primeros, ante el Espanyol. Javier Aguirre, viejo conocido para la afición navarra, había cogido a los periquitos en un estado comatoso y, pocas semanas más tarde, tenían la salud de un roble. De ello hicieron gala en El Sadar, especialmente Héctor Moreno, que adelantó a los suyos en un saque de esquina. A partir de ahí, Osasuna monopolizó el juego, pero el único gol que llegó fue el 0-2 de Wakaso en el 89. Ese minuto parecía maldito para los rojillos en este año 2013, algo que quedó patente en la siguiente jornada ante el Málaga en la Rosaleda. Solo 'la bestia' Julio Baptista fue capaz de perforar la portería de Andrés y anotar el 1-0 definitivo. ¿Adivináis en qué minuto?

Afortunadamente para los rojillos, dos importantes empates en los dos últimos partidos de abril permitieron a los navarros afrontar la recta final de la temporada con tres puntos por encima del descenso. Fue ante Real Sociedad, en El Sadar, y Rayo Vallecano, a domicilio. El conjunto txuri-urdin marchaba cuarto en la clasificación y realizando una de las mejores campañas que recuerdan en Donosti. Sin embargo, el feudo navarro trae malos recuerdos a los guipuzcoanos y entre ambos conjuntos parecieron sellar un pacto de no agresión que se saldó con un 0-0 que no vino mal a ninguno de los dos. Mas disputado fue el partido ante el Rayo, que empezó como un tiro. Minuto 6, gol de Delibasic; minuto 8, empate de Loé; minuto 13, cabezazo de Arribas que confirma la remontada. Finalmente, una rapidísima contra del Chori Domínguez terminó el 2-2 de Piti definitivo.

Segundo trimestre: salvados por Patxi Puñal

El mes de mayo empezó de manera horrible, los viajes a Mestalla se le atrancan con bastante asiduidad a los navarros desde años atrás y esa visita no acabó de otra manera que con derrota. Las expulsiones de Arribas y posteriormente de Timor dejaron en bandeja el partido a un Valencia que se impuso por 4-0. El siguiente partido, el primero del mes en El Sadar, acabó con victoria de Osasuna tras un solitario gol de Alejandro Arribas, que aunque fue expulsado ante el Valencia jugó tras quitarle el Comité de Apelación esa cartulina roja. La salvación estaba a tres puntos y tanto jugadores como afición esperaban conseguirlos en Granada, el siguiente viaje de los de Mendilíbar. Pero otra expulsión, esta vez de Nano, que entró como suplente ante el Granada dejó a los andaluces el partido casi hecho con el 1-0 a su favor. El resultado final fue de 3-0 para los granadinos, otro partido como visitante que acababa con una abultada derrota y un rival directo que conseguía salvarse con aún dos partidos de liga por disputarse. A Osasuna le tocaba esperar para conseguirlo.

Osasuna se salvó con 39 puntos

Quedaban dos partidos de liga, Osasuna era 16º y el descenso acechaba muy cerca. El miedo hacía presa a jugadores, cuerpo técnico, directiva y aficionados que sabían que ganar uno de esos dos partido, era salvarse. Los rivales: el Sevilla en El Sadar y el Real Madrid en el Bernabéu. Rivales difíciles. La mayor esperanza de algunos sectores de El Sadar era que pinchasen Zaragoza, Celta y Mallorca los dos partidos. Pero no hizo falta esto, se le consiguió ganar al Sevilla a pesar de que estos se pusieron por delante con un tanto de Álvaro Negredo a los cinco minutos de la segunda parte. Osasuna no se rindió, no bajó los brazos o por lo menos no lo hizo Don Francisco Puñal, el capitán indiscutible de Osasuna marcó el gol del empate cuando aún quedaba media hora de partido. El estadio estalló de júbilo cuando el disparo raso desde la frontal del navarro se iba al fondo de la portería sevillista y más aún cuando, a diez minutos para el final, Álvaro Cejudo marcaba de falta directa el 2-1 que le daba la salvación a Osasuna una jornada antes del final de la Liga.

Tras conseguir la ansiada salvación, el partido ante el Madrid fue pura relajación prevacacional y Osasuna terminó cayendo por 4-2.

Llegamos al periodo de fichajes donde Osasuna se movio bastante. En primer lugar se cerraron los fichajes de 'Gato' Silva y Miguel de Las Cuevas, jugadores que estaban cedidos hasta el final de temporada con opción a compra. Tras esto, la directiva empezó a aligerar la plantilla. A las no renovaciones de Ricardo, Rubén y Masoud se unieron las rescisiones de Nano, la cesión de Timor al Girona y la venta de Kike Sola al Athletic Club. El máximo artillero del equipo hacía las maletas hacia Bilbao mientras los máximos dirigentes bilbaínos dejaban 5 Millones de euros en las arcas rojillas.

Imagen: eitb.com

Con los fichajes de Lotiès y Joan Oriol ya cerrados solo faltaba por incorporar un delantero. Pero entonces llegó la temida lesión de Nino que le dejaría sin jugar todo lo que restaba de año, ante esto Osasuna se movió rápido y canceló la cesión de Manu Onwu a la segunda división española. Osasuna tenía a Oriol Riera ya atado pero le faltaba un tercer delantero y, aunque tardó bastante, se trajo a un delantero paraguayo procedente del Libertad de Asunción donde había realizado grandes actuaciones, se trata de Ariel Núñez. El delantero llegó como cedido y parecía que podría disputarle el puesto a un Oriol Riera que le ha superado por completo, la cesión de Ariel es el gran fracaso de Osasuna en este 2013 junto al fichaje de Joan Oriol, que tampoco ha rendido como se le esperaba.

Recta final y entrenador nuevo en la tercera jornada

La llegada de Javi Gracia tras la destitución de Mendilíbar después de caer 0-3 ante el Villarreal marcó el devenir rojillo en los últimos meses del año. El entrenador navarro tardó en conseguir que el equipo jugara con su estilo y que fuera realmente competitivo, pero con el paso de las jornadas se notó una mejoría y Osasuna salió de los puestos de descenso.

Fue clave la victoria ante el Elche, que supuso los primeros puntos de la temporada y la reconciliación con El Sadar, aunque a este partido le siguieron las derrotas ante Atlético y Levante, dejando de nuevo a los navarros muy tocados. La inesperada victoria en Málaga y el empate ante el Barcelona fueron la confirmación de este equipo, que ya estaba de nuevo en la pelea y que era capaz de disputarle los partidos a cualquiera. En todos estos partidos se fue haciendo fuerte Oriol Riera, el fichaje más acertado del pasado verano. El catalán se ha convertido en uno de los jugadores más imprescindibles de la plantilla y con sus goles ha ayudado a que Osasuna sume puntos. Si Riera ha sido la cara, Ariel Núñez fue la cruz. El paraguayo no logró ganarse un puesto en el equipo y volverá a su anterior club al cancelarse su cesión hasta junio.

Mendilibar fue destituido en la tercera jornada

Los navarros siguieron en su intento de hacerse fuertes en casa para así escaparse de la zona baja. El 3-1 ante el Rayo Vallecano fue otro de los partidos que les ayudó a escalar puestos, sin embargo a este triunfo le siguió la goleada en Anoeta y la purísima derrota en Pamplona ante el Almería. Ese choque supuso uno de los mayores palos de la actual campaña al perder una gran ocasión de sumar ante un rival directo que no fue mejor. Como sucedió en Málaga, Osasuna arregló su derrota en El Sadar con una victoria lejos de Pamplona, esta vez ante el Valladolid.

En los cinco últimos partidos del año, entre los que se encuentran los dos de Copa del Rey, los navarros no fueron capaces de ganar ninguno de ellos. La buena noticia fue que se superó la ronda copera ante el Málaga debido al valor doble de los goles fuera de casa. Y se empató ante todo un Real Madrid, y el Celta en Balaídos, pero ambos encuentros dejaron un sabor agridulce ya que se podían haber ganado. Además propiciaron que Osasuna acabara el año en puestos de descenso al perder el golaverage general con el Valladolid.