El CA Osasuna cerraba a mediados de agosto una pretemporada que no hacía presagiar nada bueno. Y es que los resultados no fueron precisamente brillantes; en nueve partidos, el conjunto dirigido por José Luis Mendilibar obtuvo dos victorias, cinco empates y dos derrotas, con un balance de ocho goles a favor y ocho en contra.

Así las cosas, la liga arrancaba el 18 de agosto en el estadio de El Sadar con la visita del Granada CF, que finalmente se llevaría los tres puntos hacia tierras andaluzas. La segunda jornada, que cerraría el mes de agosto para los rojillos, iba a deparar un choque singular, ya que el Athletic club ejercería de anfitrión excepcionalmente en el estadio de la Real Sociedad, Anoeta, al estar el nuevo San Mamés todavía en obras. Finalmente los leones se llevarían el partido por 2-0, dando fin a un mes poco ilusionante.

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Si el mes de agosto finalizó de aquella manera, el de septiembre no podía haber comenzado peor. El conjunto navarro sufría una derrota sonrojante por 0-3 ante el Villarreal que acabaría suponiendo la destitución de José Luis Mendilibar. Transcurridas únicamente tres jornadas de liga, la directiva encabezada por Miguel Archanco decidía poner fin a la era del míster Vizcaíno para dar comienzo a la del preparador navarro javi Gracia.

El cambio de técnico no varió demasiado el rumbo del equipo, al menos a nivel de resultados. Si bien es cierto que el equipo sí dio ligeras muestras de mejora a nivel de juego, esto no se vio reflejado en los marcadores. En los cinco encuentros que disputó el conjunto rojillo en el mes de Septiembre, únicamente pudo vencer uno, ante un Elche que no conocía la victoria. Los otros cuatro partidos se saldaron con derrotas, lo que condenaba al equipo a concluir el mes en penúltima posición.

En el mes de octubre, Osasuna pudo ver ligeramente la luz, es cierto que sin milagros, pero los resultados mejoraron notablemente. Para empezar el mes, los navarros obtenían una victoria por 0-1 en La Rosaleda, en la que fue la primera a domicilio de la temporada, gracias a una solitario tanto de Oriol Riera. Tras este gran resultado fuera de casa, Osasuna recibía la visita del anterior campeón de liga, el FC Barcelona, y conseguía arañar un valioso punto, tras un empate a cero que supo a victoria.

Mendilibar fue destituído en la tercera jornada, siendo Javi Gracia su sucesor

En la décima jornada de liga los de Gracia visitarían el Sánchez Pizjuán sufriendo una ajustada derrota por dos tantos a uno. A pesar de la derrota, la mejoría se hizo aún más evidente, ya que los navarros no dieron en ningún momento la impresión de ser peor equipo que el andaluz. Osasuna iba a lograr terminar el mes fuera de los puestos de descenso gracias a la contundente victoria por 3-1 que cosecharon en el estadio de El Sadar ante un inofensivo Rayo Vallecano.

Alto en el camino

El balance de encuentros jugados por el club rojillo en el mes de noviembre, se resume en tres puntos a favor, y dos dolorosas derrotas en Anoeta y contra el Almería en El Sadar.

En la apertura del mes, el equipo pamplonica visitaba San Sebastián y lo abandonaba con cinco goles recibidos en una de las derrotas más dolorosas de la campaña, con un pésimo juego que sembraba la desesperación que sólo lograría levantar el incondicional apoyo de la afición. Después de la injusta –futbolísticamente hablando- nueva derrota en El Sadar contra el Almería, los fantasmas que ya sobrevolaban la capital navarra fueron desterrados temporalmente con la ajustada victoria cosechada en tierras vallisoletanas gracias a un tardío gol de Oier Sanjurjo.

Con diciembre llegó el fin de año, y el equipo navarro supo defenderse. Y aunque no parezca demasiado fructuoso, nadie logró llevarse los tres puntos del fortín rojillo.

Después de un pequeño lapsus sufrido por los de Javi Gracia en Mestalla (3-0), Osasuna logró agenciarse tres buenos empates en Liga, en la visita del Madrid (2-2) a Pamplona, y un nuevo punto obtenido en un difícil campo como lo es Balaídos. Entre medios, los rojillos remontaron un inicial resultado de tres goles a cero en La Rosaleda, para con un empate en su casa lograr el pase a la siguiente ronda de la Copa del Rey, en una eliminatoria que perdurará en las arcas del club para la historia.

Enero se resume en la eliminación de la Copa del Rey por el actual campeón de Europa, y la recuperación de las buenas sensaciones en el equipo, con dos importantísimas victorias que devolvieron la confianza perdida.

Pese a la eliminación de Copa del Rey, y la abultada derrota por 1-5 que cerraría el mes para los rojos, los hombres de Gracia lograron siete puntos con las victorias ante el Espanyol en casa y el Betis en el Villamarín, acompañadas del punto sin goles rascado en tierras granadinas.

Osasuna acabó este periodo en decimocuarta posición, con 22 puntos, por delante de Betis, Rayo y Valladolid en descenso, y Elche, Málaga y Almería ocupando las posiciones anteriores en la tabla clasificatoria.

Puntos sin premio

Osasuna no fue rival para el Villarreal (3-1) en el primer partido de Febrero. El submarino siguió durante muchas jornadas la senda del Athletic de Bilbao para hacerse con un hueco en Europa. Los rojillos salieron goleados a pesar de que Oriol Riera recortaría distancias en el marcador gracias a un golazo de espuela. El equipo navarro se quedó sin gasolina en defensa durante los 90 minutos y eso le pasó factura.

En el siguiente encuentro Osasuna se llevó los 3 puntos del Sadar frente al Getafe de Luis García (2-0) gracias a los goles del goleador Oriol Riera, que en su primera oportunidad lo aprovecho a la perfección, y la sentencia de Roberto Torres. Los rojillos se alejaban de los puestos de descenso y se cumplía el objetivo.

Le siguió un empate a nada contra el Elche (0-0). Ambos equipos desaprovecharon oportunidades clarísimas para llevarse el encuentro, ya que ninguno estuvo acertado. Corominas tuvo incluso el lujo de fallar un penalti para el Elche. La noticia rojilla fue la vuelta de Nino a los terrenos de juego, tras lesionarse en verano.

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El Atlético de Madrid se dejó tres puntos de oro en el último partido en El Sadar de febrero (3-0). Fue el peor partido de la temporada de los de Simeone, con un Osasuna que fue mejor en todo. Los tres goles marcados por Cejudo, Armenteros y Roberto Torres fueron pura estrategia de Javi Gracia; mientras, el Atlético de Madrid pensaba más en el derbi madrileño de la siguiente jornada. Con esta derrota, ninguno de los tres grandes de la liga española consiguió llevarse los tres puntos del feudo rojillo.

El mes de marzo Osasuna lo empezó con una racha y estado de forma óptimo. A pesar de ello, el Levante arrolló a los rojillos en el Ciutat de València (2-0) con un primer gol de Simao Mate en el que Andrés Fernández no estuvo fino. El segundo levantino lo marcó Rubén García. El equipo pamplonica disfrutó de pocas ocasiones. Incluso no supo jugar con en superioridad, ya que expulsaron a Casadesús.

El Málaga era el siguiente. Y aunque no llegaba en una buena racha a Pamplona por resultados y clasificación, los tres puntos regresaron con ellos a tierras andaluzas tras imponerse por cero goles a dos a los locales. Los malagueños salieron muy convencidos durante todo el partido y con uno menos durante 40 minutos, los rojillos no sacaron sus armas para intentar recortar el marcador.

Las últimas derrotas no eran una buena señal ante el partido que les tocaba. El Camp Nou era el siguiente duelo y como muchos preveían, los rojillos salieron goleados. Los minutos de gloria navarra solo duraron diecinueve minutos, justo hasta que Messi logró marcar el primero de la tarde. Los siguientes, vinieron rodados hasta dejar el marcador en un doloroso siete a cero.

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El siguiente partido, en casa frente al Sevilla, hacía presagiar una victoria para así dejar atrás la mala racha de juego y resultados y volver a la senda de la victoria y la salvación, pero nada más lejos de la realidad. El Sevilla ganó por la mínima (1-2) hundiendo más si cabe los rojillos. Jairo marcó el primero en una jugada perfecta de los de Emery. El segundo llegó de penalti tras una jugada muy polémica. Acuña maquilló el resultado en el minuto final de partido, pero la imagen que el club estaba dando, ya era difícil de cambiar. Eran cuatro las derrotas consecutivas.

El Rayo Vallecano era el siguiente rival. Solo valía la victoria para espantar los fantasmas del pesimismo y la derrota. Sin embargo, tal y como transcurrió el partido, todo hacía indicar que el reparto de puntos iba a ser definitivo. Ninguno de los dos conjuntos había logrado marcar, hasta que el colegiado pitó un más que dudoso penalti en el último minuto del tiempo de descuento. Larrivey daba la victoria a los madrileños y Osasuna se seguía hundiendo en el fango.

Osasuna cosechó cinco derrotas consecutivas en marzo

Marzo acabó con empate a uno frente a la Real Sociedad en el Sadar. El Chory Castro adelantaba a los guipuzcoanos en la primera parte, pero Oriol Riera consiguió hacer el tanto del empate y volver a puntuar tras cinco jornadas.

El mes de abril se puede calificar como agridulce. Osasuna consiguió una victoria vital frente al Almería en el estadio de los Juegos Mediterráneos por dos goles a uno (Oriol Riera y Arribas). Dos fueron los empates (0-0 frente al Valladolid y 1-1 frente al Valencia –con gol de Riera- ambos en el Sadar). El punto amargo del mes llegó con la visita al Santiago Bernabéu. Los rojillos salieron del feudo madridista con cuatro goles encajados y ninguno marcado. Acababan el mes en la decimosexta posición con 35 puntos, a dos del descenso, que lo marcaba el Almería.

Pésima recta final

Mayo era el mes del todo o del nada. El ser o no ser. El vivir en el cielo de Primera o descender al infierno de la segunda. Solo tres equipos por delante, en el que conseguir el mayor número de puntos sería lo más vital; casi más importante que respirar. La afición estuvo a la altura. Animó al equipo hasta la extenuación, pero los jugadores no respondían.

El encuentro ante el Celta en el Sadar hacía pensar en una más que virtual victoria. Pero no. Parecía que los futbolistas que vestían la camiseta rojilla no les apetecía jugar, correr, luchar. En definitiva, que dejaron pasar los minutos hasta que Nolito hizo el primero para los gallegos. El segundo fue coser y cantar. 0-2 y a sufrir. 0-2 y a cruzar los dedos para no bajar. 0-2 Y Osasuna entró en la zona de descenso, de la que ya no volvería a salir.

Tras el partido frente al Celta, la hazaña estaba más que complicada, era casi una misión imposible, ya que mientras Osasuna se hundía en la miseria, sus rivales, luchaban por sobrevivir. La visita a Cornellà el Prat era la última salida de la temporada, y en esta ocasión, la afición tampoco quería fallar al equipo, tal y como lo ha hecho durante toda la temporada. 800 rojillos viajaron hasta la ciudad condal para animar a los suyos, para decirles que ellos están para lo bueno y para lo malo. En definitiva, para decirles que ahí estaban ellos, que no querían que bajaran los brazos y que lucharan hasta morir.

El partido no fue lo esperado y tras comenzar perdiendo, Acuña al borde del descaso marcó el gol del empate. El resultado fue definitivo, puesto que tras la reanudación, la sensación que dejaron ambos equipos fue la de que habían firmado el empate en los vestuarios. Como si a Osasuna le sirviera de algo. Empate a uno y vuelta a Pamplona con la cola entre las piernas. Esperando un milagro en la última jornada, la más dura de las que ha vivido nunca el equipo. Porque por activa o pasiva, sus rivales en la lucha no fallaban. Pero Osasuna sí.

Y llegó. Llegó el día que nadie quería. El momento maldito, el que todo el mundo soñaba como una cruel pesadilla. La victoria, con susto e incidente incluída, no fue suficiente para salvarse. Sus rivales también jugaban y la carambola que se necesitaba no resultó ser. La derrota, si cabe, se convirtió todavía más amarga tras la despedida de uno de los pilares de los últimos años. El gran capitán, Patxi Puñal, colgaba las botas tras 513 partidos y 17 temporadas. Sin duda, la peor despedida que se le podía hacer a uno de los emblemas.

Osasuna deja atrás una dura temporada para olvidar y jugará la próxima en la Liga Adelante si dios quiere.