Marko Šćepović (23 de mayo de 1991, Belgrado, hoy Serbia) es una de las más importantes incorporaciones del Real Mallorca para la presente temporada. Llegado para apuntalar el -a priori- poco goleador ataque rojinegro, este delantero de metro noventa de estatura, debería suponer una amenaza constante para sus rivales, ya que según él mismo ha declarado, juega mejor con los pies que con la cabeza. En el conjunto bermellón esperan mucho de él, si su rendimiento y acierto de cara a puerta cumplen con lo esperado, las opciones de que el club mallorquín no sufra demasiado en la presente temporada se dispararán.

Marko es hermano e hijo de futbolistas de renombre

Curiosamente, Marko toma el relevo en la Liga Adelante de su hermano mayor, el conocido Stefan Šćepović, que jugó la temporada pasada en el Sporting de Gijón y que recientemente ha fichado por el Celtic de Glasgow escocés. Además, el padre de ambos, Slađan Šćepović, fue, al igual que sus hijos, un delantero de éxito en el Partizan, también campeón de la competición liguera -entonces la Primera Liga de Yugoslavia- y que también disputó la Segunda División española, este en las filas del Mérida. La familia Šćepović es uno de esos casos en el que el dicho “del tal palo tal astilla” se cumple a pies juntillas.

Marko, al igual que sus familiares, se formó en las categorías inferiores del Partizán, y pasó dos años en el Teleoptik, club filial del conjunto serbio, antes de dar el salto al primer equipo. Tras dar el salto en el 2010, el espigado delantero permanecería tres exitosos años en el equipo blanquinegro, en los cuales se proclamaría tricampeón de la Super Liga Serbia. Llegó incluso a ser el capitán del equipo con apenas 22 años y dejó un registro total de 22 goles en 66 partidos. Por aquel entonces era habitual que compartiera ataque con el que hoy es futbolista del Liverpool Lazar Marković. Como curiosidad, cabe destacar que la dupla Scepovic- Marković se puede volver a repetir en el Mallorca, ya que el hermano mayor de Lazar, Filip Marković, se ha incorporado recientemente al conjunto rojinegro.

Su salida del Partizan se produjo tras un incidente con un hincha radical de su propio equipo

La salida de su club de toda la vida se produciría en el verano de 2013 tras un suceso que generó muchísima controversia. Los hechos acaecieron en el partido clasificatorio para la Champions League ante el Ludogorets Razgrad búlgaro, en el que el conjunto serbio quedó apeado de la competición, y en el que Marko fue abucheado por la gran mayoría del estadio. A la finalización del encuentro, un hincha radical del propio Partizan accedió al césped del estadio para enfrentarse a Šćepović y arrebatarle el brazalete de capitán, dejando una imagen dantesca. Días después, el aficionado radical y el propio jugador ofrecieron una esperpéntica rueda de prensa conjunta en la que ambos afirmaron que no se había producido discusión alguna y que eran amigos. Para el pequeño de los Šćepović futbolistas, la situación se tornó insostenible.

Tras un verano más que turbulento, en septiembre de 2013 el Olympiacos griego de Michel, equipo al que todavía hoy pertenece, pagaría 3,5 millones de euros para hacerse con sus servicios. La competencia en el conjunto heleno era altísima, y Marko no tuvo la continuidad que hubiera deseado. A pesar de no contar con demasiadas oportunidades, terminó la temporada con el nada despreciable registro goleador de 7 tantos en los 17 partidos en los que participó. El equipo rojiblanco terminaría proclamándose campeón de la Super Liga griega, por lo que el futbolista serbio completó un poker de campeonatos domésticos consecutivos.

Ya ha sido siete veces internacional absoluto con Serbia

En busca de minutos y de la confianza perdida, Šćepović, que ya ha sido siete veces internacional con Serbia, ha llegado a las islas baleares gracias a una cesión de un año acordada entre el Olympiacos y el Mallorca, que se reserva una opción de compra de entorno a tres millones de euros, que podría ser ejecutada el verano próximo.

El canterano del Partizan debutó con los rojinegros casi recién aterrizado en las islas, y sus primeros dos partidos no fueron demasiado brillantes. Sin embargo, en el último partido de liga se le vio mucho más acoplado al equipo y ya sabe lo que es hacer gol con su nueva camiseta. Con su corpulencia y el 10 a la espalda, es difícil que el de Belgrado pase inadvertido ante los ojos de rivales, técnicos y espectadores, que a buen seguro vigilarán con lupa todos sus movimientos.

Fotografía: fudbalskitipovi.com