Álvaro Cejudo vuelve a la que fue su casa durante tres temporadas y media. El jugador cordobés se someterá a la presión de la parroquia rojilla que no olvida como se marchó a un equipo de la misma categoría después de haber descendido con Osasuna. Hoy por hoy, Cejudo pertenece al Real Betis Balompié, el equipo de su infancia donde comenzó a dar sus primeras patadas a un balón. Desde que se fue de Osasuna, el juego del extremo verdiblanco ha dejado perplejos a propios y extraños, mostrando detalles de calidad que no se recordaban desde su salto de la Unión Deportiva Las Palmas a Osasuna allá por 2011.

Del San Fermín al Betis

Su infancia futbolística la vivió en un club humilde de Puente Genil, el CD San Fermín. Su desparpajo y buen manejo del balón le abrió las puertas del Betis, con el cual debutó en Segunda División B. Debido a las diferencias con su entrenador el jugador terminó cedido en el Coria CF de Tercera División, para volver al Betis C dos temporadas después.

Las lesiones mermaron mucho sus actuaciones llegando a disputar siete partidos únicamente durante la temporada 2004/2005. Todo cambio cuando, bajo las órdenes de Lorenzo Serra Ferrer, el jugador adquirió cierta estabilidad en el Betis C, llegando a participar en entrenamientos con el primer equipo. La temporada 2006/2007 fue una campaña de luces y sombras, ya que el jugador gozó de la titularidad en el club, logrando el ascenso a Segunda División B, pero, al tratar de llegar a un acuerdo para su renovación con el equipo heliopolitano, las diferencias obligaron al jugador a abandonar su club para fichar por la AD Ceuta.

Trampolín para Segunda División

Sus dos temporadas en el conjunto ceutí le sirvieron para que la Unión Deportiva Las Palmas se fijara en el jugador. Cejudo, en sendas temporadas, anotó cuatro y nueve tantos, siendo en su segunda temporada cuando firmaría su primer contrato como profesional.

En su andadura en el conjunto insular, el jugador cordobés dejó buenas sensaciones anotando cinco goles en 34 partidos disputados. Sus buenas actuaciones le adjudicaron en propiedad el puesto de titular. En el primer tramo de la siguiente temporada, correspondiente a la 2010/2011, los números del jugador desataron el interés de varios clubes de primera en el mercado de invierno. Sus seis goles en 16 partidos fueron su mejor carta de presentación.

Aterrizaje en primera

Osasuna, en su búsqueda de un jugador bueno, bonito y barato que sustituyera a Juanfran, fichado por el Atlético de Madrid, se fijó en el extremo de Puente Genil. La operación se fijó en 320.000€ más objetivos. El jugador andaluz gozó de minutos en sus primeras temporadas. Sus goles ayudaron al conjunto navarro para mantener la categoría, pero el rendimiento del jugador fue decayendo conforme pasaron los meses.

El final de su estancia en Pamplona fue criticado por su falta de compromiso y su falta de hambre y ambición. Con el descenso de Osasuna a la Liga Adelante, llegaron los problemas financieros al club navarro. Los impagos por parte del club a varios jugadores, entre ellos Cejudo, obligaron a que parte de estos jugadores denunciaran ante la AFE la situación. Ante tal desagradable situación, los directivos rojillos se vieron obligados a pagar al contado los atrasos al jugador para evitar un descenso administrativo a Segunda División B.

Una vez finalizado este capítulo comenzó la pretemporada bajo las ordenes de Jan Urban, pero pocos días después, en una reunión extraordinaria con la junta gestora, el jugador mostró su interés por resolver el contrato restante y poder abandonar la disciplina rojilla.

Abandono de Osasuna rumbo a Sevilla

El ahorro de su abultada ficha fue uno de los motivos por los cuales se facilitó la salida del jugador. Su destino ya estaba elegido desde hacía varios meses atrás y ese destino no era otro que el club que le vio nacer futbolísticamente. El Real Betis le ofreció un contrato inferior al de Osasuna y el jugador aceptó primando esta vez el amor al club por encima del valor económico de la propuesta.

En su vuelta al conjunto verdiblanco el jugador no está brillando en exceso, pese a su fulgurante inicio de temporada. La vuelta a Pamplona en calidad de visitante medirá cual es el nivel de recuerdo en la afición navarra, que presumiblemente recibirá con una ovación a los jugadores verdiblancos que ayudaron en la evacuación tras la caída de la valla de graderío sur durante la pasada campaña.