Eduardo Fernandes Pereira Gomes, más conocido como Dady, llegó a Osasuna en el año 2007 procedente del Os Belenenses a cambio de 3,5 millones de euros, la cantidad más alta desembolsada por el club pamplonés en el fichaje de un jugador. El conjunto navarro, club vendedor por excelencia, se pudo permitir ese gasto tras ingresar previamente 13 millones de euros por la venta de Raúl García al Atlético de Madrid.

Sin embargo, el jugador no respondió a las expectativas generadas y solo rindió a un nivel aceptable en su primera campaña a las órdenes de Cuco Ziganda que le brindó la titularidad en el primer tercio del campeonato. El ariete anotó siete goles en 30 partidos.

Su importancia en el equipo disminuyó tras la destitución de Ziganda y la llegada de José Antonio Camacho a la entidad rojilla. El técnico murciano solo contó con él de forma esporádica y siempre entrando desde el banquillo. Tras tres temporadas en Pamplona, el jugador caboverdiano se marchó de Osasuna con un registro de 13 goles en 59 partidos. En la memoria de los aficionados rojillos queda un inicio prometedor y su clase manejando la zurda.

13 goles en 59 partidos con Osasuna

En el verano de 2010, Dady firmó por el Bucaspor turco con la esperanza de recuperar el nivel mostrado antes de su llegada a Osasuna, pero la experiencia en el país otomano no fue la esperada y el delantero abandonó el club a mitad de temporada tras haber disputado 86 minutos repartidos en cinco partidos. Fue entonces cuando el delantero decidió regresar a la Liga que le había visto triunfar cuatro años atrás.

El Olhanense fue su nuevo club en tierras lusas y allí consiguió recuperar el olfato goleador que le acompañó antes de recalar en Osasuna. Las buenas actuaciones le permitieron volver a firmar contratos suculentos en Chipre y China, destacando el del Shanghai Shenhua, equipo que previamente había incorporado a Nicolas Anelka y Didier Drogba.

En la actualidad y a sus 33 años, se encuentra en el Atlético CP de la Liga Da Honra (2ª División portuguesa) donde no está teniendo excesivo protagonismo.