"Entrenador nuevo, victoria segura" + "A la tercera va la vencida". Este año en Pamplona no hay estadísticas que valgan y hasta el refranero español y futbolístico da la espalda al equipo navarro. A los aficionados rojillos no les queda otra que sumar retales de dichos y tópicos para dar con la fórmula mágica que devuelva a Osasuna a la senda del triunfo. Y si hay alguien ansioso por volver a sumar tres puntos de una tacada ese es José Manuel Mateo. El nuevo técnico del primer equipo debutó hace semana y media en Santander: agua (2-0); el pasado sábado tuvo su segunda prueba ante el Alcorcón, la primera en El Sadar: tocado (1-1). Así que el técnico navarro se aferrará con uñas y dientes a esa vieja idea de que la definitiva llega tras dos intentos fallidos. Y, casualidades de la vida, la fecha marcada en rojo en su calendario para dar una alegría a la maltratada afición rojilla es ante el Alavés. Vecino, amigo y ¿exequipo?

Mateo fue jugador y entrenador en el Alavés

El bueno de Mateo hizo ante el Racing su debut, no solo como entrenador de los rojillos, sino en el fútbol profesional. Hasta ese momento, unos cuantos años en las bases de Tajonar, el presente curso hasta este mes de marzo en el Promesas y un receso: Vitoria. Una serie de problemas de índole personal le dejaron fuera del club de su tierra cuando Archanco ocupaba la presidencia. Se contrató a Javi Lerga para el filial ninguneando su espectacular labor al frente del División de Honor y se marchó a Ibaia en busca de una oportunidad a su altura. El Deportivo Alavés le dio la confianza que la anterior directiva navarra le negó y respondió llevando al segundo equipo de 'El Glorioso' a los primeros puestos del Grupo 4 de Tercera División. Una temporada prometedora que quedó interrumpida con su expulsión inmediata del equipo tras un rifirrafe con el director deportivo, Javier Zubillaga. Mateo desobedeció una orden directa del secretario técnico vitoriano que le prohibía alinear a dos futbolistas que estaban en la órbita de Athletic y Real Sociedad —dos jugadores sobre los que él mismo aconsejó su renovación meses antes—.

El destino quiso que los que le cerraron las puertas del club en el que había crecido se fueran por la salida trasera de El Sadar y con la afición rojilla discutiendo cada punto de su gestión. Eso, unido a los satisfactorios informes que se tenían del joven técnico, posibilitó su vuelta a Pamplona para ocupar el cargo que se había ganado un año antes. Así, la formación como entrenador de Mateo, 100% made in Tajonar University, tuvo una excedencia forzosa, pero su destino aquella temporada no fue para nada aleatorio. Durante su etapa como futbolista, en la que disputó ocho temporadas con el cuadro navarro tras escalar posiciones en los equipos inferiores, vistió la camiseta de tres equipos, además de la de Osasuna: 1. Valladolid: apenas una temporada, 2. Recreativo de Huelva: un curso que valió un ascenso; 3. Deportivo Alavés: fue allí, en Vitoria, donde consiguió asentarse a sus 31 años tras una vida entera como jugador rojillo. Con la elástica albiazul disputó 71 partidos repartidos en tres temporadas, casi todos como titular, y se retiró en 2009 siendo el conjunto alavesista su último club.

Por todo ello, para Mateo es un partido especial; aunque no quiera reconocerlo. "No tengo el corazón dividido. Solo pienso en Osasuna. Cuando acabe el partido le deseo lo mejor al Alavés", ha dicho el técnico rojillo en rueda de prensa. Y es que, si algo es Mateo es un tipo duro, serio y con disciplina casi militar —al menos en el ámbito futbolístico—. Se lo ganó cuando era central / lateral leñero, sin fisuras y con el posicionamiento en el campo como punto fuerte para tapar las posibles carencias técnicas. Y a ese espíritu tiene que apelar este Osasuna si quiere salir a flote. Por eso Mateo insiste: ritmo, intensidad y rigor táctico. O lo que es lo mismo, orden y agresividad. Esa es la base ineludible para competir en Segunda División.

Alavés: irregularidad VS fortaleza en casa

El Alavés ya ha derrotado a Osasuna dos veces esta temporada

Son muchos los equipos que han sacado puntos de El Sadar solo con saber a qué juegan y cómo colocarse en el campo. Y si hay un equipo firme en los planteamientos tácticos ese es el Alavés de Alberto López. Ya lo demostró el pasado mes de febrero por partida doble. Primero fue con el partido de ida del campeonato doméstico: Osasuna 1-3 Alavés. El cuadro vitoriano sorprendió al conjunto rojillo, que se las prometía muy felices tras la victoria ante el Barça B de la primera jornada y el valioso empate a uno en La Romareda con el gol de De las Cuevas en las postrimerías del encuentro. Los albiazules fueron los primeros en demostrar al cuadro pamplonica que su paso por Segunda División no iba a ser un camino de rosas y, por si había alguna duda, ratificaron su reprimenda dos días más tarde en Medizorroza. Navarros y vascos quedaban emparejados en la segunda ronda de la Copa del Rey y lo que desde Pamplona pretendía ser una revancha, se convirtió en una bofetada en toda la cara para la parroquia osasunistas: 2-0 en la prórroga y eliminación por la vía rápida del torneo del KO.

Los jugadores del Alavés celebran uno de los goles en el partido de ida (1-3). Fotografía: Marca.

Sin embargo, para la alimentar la esperanza rojilla, esa fue la única vez esta temporada que el Alavés ha conseguido dos victorias seguidas; y el pasado sábado se guardó los tres puntos de la visita del Mallorca a Vitoria (2-0). ¿La parte negativa? Que tras meses de titubeos, el conjunto vasco parece haber encontrado la forma de fortificar su feudo ante amenazas externas. Hasta el momento, 'El Glorioso' solo suma tres derrotas en Mendizorroza, pero ante rivales de la zona baja: Barça B (2-3), Numancia (0-2) y Mirandés (1-3). Ocho goles en contra en tres partidos que evidencian la fragilidad de un equipo que, si bien es difícil de ganar en su estadio, tampoco ha destacado como invencible en su terreno (5 empates). No obstante, los vientos están cambiando en la sede alavesista: tres victorias consecutivas en Mendizorroza, dos de ellas de mérito —frente al Mallorca 2-0 y Zaragoza 4-0—, suman un plus de peligrosidad al próximo rival de Osasuna.

En casa, el equipo del mítico portero realista juega más valiente, más libre y con mayor agresividad ofensiva. Sin embargo, no hay que olvidar que la marcha general del equipo en los últimos partidos no es la mejor. El pasado fin de semana el conjunto vasco endosó la primera derrota al Mallorca de Miquel Soler con un partido de manual para un equipo del norte: acoso inicial, acumulación de ocasiones y definición tempranera: un zapatazo de Juanma ajustado al poste puso el 1-0 y, con el equipo bermellón volcado, sorprendió al poco de comenzar la segunda mitad con un pase en profundidad de Llamas que culminó con clase Lanzarote para hacer el 2-0 definitivo. El partido supuso un desahogo para Alberto y los suyos pues venían de encajar dos derrotas, antes rivales de la zona baja —Sabadell, 2-1, y Llagostera, 3-1— y, lo que es peor: dejando muy malas sensaciones en cuanto a fútbol se refiere. Los vitorianos pecan de un mal para nada desconocido en Pamplona: un mal arranque de partido y un gol tempranero está condenando los 90 minutos del Alavés en los últimos encuentros, incapaz de reponerse tras el tanto recibido.

Un Osasuna apoyado y necesitado

Unos mil seguidores rojillos estarán en Mendizorroza

Pero más allá de simpatías, vecinismos y exequipos, si para alguien es "especial" este partido es para la parroquia rojilla. La afición osasunista volverá a responder masivamente para apoyar a los suyos en uno de los momentos institucionales y deportivos más bajos de su historia. A pesar de la mala racha del equipo y del horario del partido (laborable y 21:00h), se calcula que unos mil rojillos poblarán las gradas de Mendizorroza para presenciar el encuentro.

Cabe recordar que el club navarro había vendido 1.385 entradas para el pasado 7 de febrero, día marcado por el calendario para la disputa del duelo entre Alavés y Osasuna que no pudo llevarse a cabo por la nieve. La previsiones apuntaban a que, sumando las localidades a disposición de la Federación de Peñas y la taquilla del estadio, el número de seguidores rojillos en Vitoria se doblaría. Se hablaba de unos tres mil osasunistas por las calles de Vitoria, de los cuales muchos se acabaron desplazando hasta la capital vasca. El club recibió la devolución de 661 entradas —muchas de las cuales se han recuperado en los últimos días—, por lo que todavía quedan entradas disponible en Pamplona, además de en el mismo Mendizorroza.

El panorama invita al equipo rojillo a dar el do de pecho por sus aficionados, muchos de los cuales estuvieron presentes en la debacle de Anduva —último gran desplazamiento de aficionados navarros—. Por primera vez en muchos años, en El Sadar se empiezan a escuchar pitos a determinados jugadores locales y hay que buscar en las hemerotecas los partidos en los que el aforo del estadio osasunista ha bajado de 11.000 espectadores —como ocurriera en los dos últimos compromisos en casa—. La trayectoria del equipo desde, precisamente, los aplazamientos por la nieve no solo ha devuelto al equipo a la pelea por la permanencia, sino que ha resucitado viejos fantasmas del pasados relacionados con las carencias del juego del equipo.

Osasuna llega tras seis partidos sin ganar

Después de una racha de seis partidos sin conocer la derrota, el cuadro navarro atraviesa una dinámica negativa que le ha llevado a sumar otros seis partido sin conocer la victoria. Las tornas se han invertido completamente desde la previa de aquella jornada 24. La única esperanza de los rojillos queda en los sesenta buenos minutos que jugó el cuadro de Mateo ante el Alcorcón la pasada semana. "Estoy confiado en que eso va a tener una progresión en cuanto a tiempo", ha asegurado el técnico de la Chantrea que ha reconocido que lo que ante el Racing fueron "muy pocos minutos", se incrementó ante los madrileños y se incrementará aún más ante el Alavés hasta alcanzar los 90, objetivo del entrenador navarro: "Es lo que buscamos, que el equipo tenga ese ritmo, esa intensidad y agresividad los noventa minutos". Y es que Mateo ha reconocido que el ritmo que tenía el equipo a su llegada era "insuficiente" para el fútbol que desea practicar, por lo que el cuerpo técnico está aumentando la carga del equipo de forma progresiva.

Bajas para ambos conjuntos

A pesar de que el técnico navarro ya haya dado la rueda de prensa previa al partido, parece que con Mateo la convocatoria de jugadores va a ser confidencial hasta última hora. Ya lo hizo ante el Alcorcón y lo repetirá ante el Alavés. Sin embargo, las bajas del equipo dejan pocas opciones al excapitán rojillo. Vujadinovic y Raoul Loé vieron ante el conjunto madrileño su quinta amarilla, por lo que cumplen ciclo de sanción. Por otro lado, Santamaría y Nekounam serán duda hasta el último momento. El primero se retiró al descanso durante el último encuentro por problemas estomacales, aunque todo apunta a que ocupará su posición habitual bajo los tres palos; por su parte, el iraní arrastra problemas en los abductores desde su compromiso internacional y podría causar baja por segundo partido consecutivo debido a sus molestias físicas. Menos dudas hay entorno a Oier y Lotiès, que continúan con su recuperación y siguen sin recibir el alta médica.

El canterano Yoel Sola apunta a titular en el pivote defensivo

Entre sanciones y lesiones, vuelve el problema de las siete fichas profesionales. David García es un fijo en el eje de la zaga y es más que probable que Álex Berenguer repita en el extremo derecho. Sin embargo, la bajas en el centro del campo obligan a la introducción de otro canterano. El doble pivote aseguraría la presencia de Miguel Olavide en la medular junto a Mikel Merino —quien cuenta con ficha profesional desde enero—, pero la preferencia del técnico navarro por el 4-1-4-1 podría darle la alternativa por delante de la defensa a Yoel Sola, jugador del Promesas que ya realizó la pretemporada con el primer equipo en 2013.

Tampoco podrá contar con todas sus fichas Alberto López. El técnico alavesista tendrá que ingeniárselas sin el centrocampista manchego Rafa García, que sufre una microrrotura en el semitendinoso izquierdo. Tampoco estarán el mediocentro Jagoba Beobide y el lateral Xabi Castillo, que continúan en periodo de recuperación a pesar de haberse ejercitado parcialmente con el resto grupo. La única duda es Manu Lanza, que no ha podido finalizar el entrenamiento de hoy con molestias, aunque parece que su presencia en el once no corre peligro.

Estos son los posibles onces: