¿Qué hay que hacer cuando parece que todos van en tu contra? Si eres un equipo de fútbol como en el caso de Osasuna debes callar y aguantarte porque las protestas, como bien te enseñan las tarjetas amarillas vistas por este motivo, no sirven para nada. Enrique Martín Moreal se hizo cargo de Osasuna la pasada semana y el equipo ha dado un gran cambio, mejorando en todos los aspectos, salvo en la suerte. El equipo navarro se ha visto en vuelto en una gran polémica en este partido al anular el colegiado un golazo de Nino cuando el partido pasaba del minuto 92, ¿el motivo de no dar validez al gol? No se sabe. El colegiado Lesma López pareció no ver la jugada con claridad y no señaló el gol. Si hubiese pitado, Osasuna hubiese ganado.

Dejando la polémica para más tarde se puede decir que el punto para Osasuna es bueno. Los rojillos suman mientras el Racing de Santander pierde al igual que el Recreativo de Huelva. El Sabadell fue el único rival que logró sacar un punto de su partido. Tras esto, Osasuna termina la jornada 38 fuera del descenso con dos puntos de ventaja sobre el mismo. El Valladolid logró clasificarse matemáticamente para los play off de ascenso y casi dice adiós a ascender directamente a la Liga BBVA. El empate deja sabor amargo en ambos.

Defensa made in Martín Monreal

Osasuna se presentó al partido con la clara intención de dejar la portería a cero. Es por esto que quizá fue Aitor Buñuel, debutante hoy con el primer equipo, jugase de carrilero derecho en lugar de Javier Flaño, quien le sustituiría en la segunda mitad. Vujadinovic, David García y Miguel Flaño cumplieron con creces las espectactivas del equipo hoy, no cometieron errores (más allá del autogol de Flaño) y entre ellos y Buñuel y Oier 'obligaron' al técnico valleisoletano a reconocer que ha sido el partido donde más les ha costado crear ocasiones de gol en toda la temporada.

Con unos centrales sólidos que no permitieron en ningún momento dejar pasar por el centro a ningún rival, las bandas osasunistas se convirtieron en el objetivo del Valladolid para intentar crear alguna ocasión. Aitor Buñuel estuvo flojo en sus emparejamientos con Mojica y este le dribló en varias ocasiones, siendo el más peligroso del Valladolid. Oier, por su lado, apenas perdió de vista a su 'pareja de baile', Hernán Pérez. El peligro generado por el Valladolid no pasaba de centros que atrapa el muy seguro Asier Riesgo.

Con Riesgo no hay peligro

El propio Asier Riesgo se convirtió en héroe cuando llegado el partido al minuto 25, Álvaro Rubio colgaba un balón desde la derecha que Mojica tocaba de cabeza en el segundo palo para enviarlo al centro, donde el '9' local, Roger, remató de cabeza en boca de gol , el delantero observó con tristeza como el meta rojillo metía una excelente mano y enviaba el balón a saque de esquina.

El Valladolid no creó peligro en ningún córner, otra muestra de la gran defensa que salió a jugar al Nuevo José Zorrilla. Los locales dominaron la posesión pero no crearon tanto peligro. Osasuna despertó pasada la media hora de partido gracias a un buen disparo lejano de Pablo Hervías que atajó en dos tiempos el meta Javi Varas. Roberto Torres la tuvo apenas unos minutos después pero su disparo desde dentro del área se marchó desviado. Fueron las mejores del partido tras la intentona de Roger que salvó Riesgo. El choque llegó al descanso con 0-0 y la sensación de que Osasuna podía sacar algo positivo de Valladolid.

El segundo tiempo comenzó soso, siguió soso y terminó con la polémica del gol de Nino, pero si esa jugada no se hubiese dado, hubiese terminado de la misma manera que empezó y siguió, soso. Parecía que ambos equipos firmaban el empate y los poco más de 9.000 aficionados presentes en el estadio (gran parte, rojillos desplazados) se temían que el partido terminaría con 0-0 y pocas ocasiones que contar. El partido no terminó 0-0 pero sí con pocas ocasiones por relatar.

La defensa de Osasuna imponía respeto y garantizaba que los rojillos putuarían de alguna manera si no se equivocaban. El Valladolid dominó casi toda la posesión en la segunda parte pero de manera estéril, seguían los locales sin poder entrar por el centro y los centros laterales no lograban ni intimidar al guardameta vasco. 

Un error enmendado

Hace unos cuantos años, el que fuese central del Real Madrid, Gabi Heinze, anotó en un partido ante el Athletic Club dos goles, uno a favor de cada equipo. En este partido, Miguel Flaño realizó la misma hazaña, empezando por un gol en propia portería. Este gol llegó en una jugada embarullada en la que Jonathan Pereira se llevó el balón, lo centró desde dentro del área y tuvo la fortuna de que Miguel Flaño, en un intentó de despeje, empujó el balón al fondo de la red haciendo inútil la respuesta de Riesgo. El Valladolid se puso por delante sin casi merecerlo ya que los contraataques rojillos creaban más peligro que las llegadas valleisoletanas.

En la temporada 2008/2009 Miguel Flaño se marcó un autogol también ante el Valladolid

El segundo tanto de Flaño, ya a favor de su equipo, llegó apenas dos minutos después. Roberto Torres, que hoy volvía al 'once' inicial osasunista, centró una falta lateral algo alejada del área que remató en el segundo palo con un gran salto Miguel Flaño, el balón entró picado y pegado al palo más lejano, siendo la estirada de Javi Varas inútil. El partido volvía a empezar de nuevo tras el empate pero Osasuna firmaba las tablas, algo que no gustó en Valladolid ya que las constantes pérdidas de tiempo rojillas impidieron que los de Rubi llegasen con asiduidad a la meta de Riesgo.

Por un pitido se fueron dos puntos

Lo sabe todo el Mundo. Osasuna se ha visto desfavorecido por el arbitraje en este partido, algo que ha reconocido hasta el técnico local en la rueda de prensa tras el partido. Un pitido de Lesma López hubiese dado tres puntos a Osasuna pero el trencilla se aguantó el aire y no hizo sonar su silbato. La jugada empezó en un contraataque muy bien llevado por Osasuna que terminó con un centro de Roberto Torres que controló maravillosamente Nino de espaldas a la portería, el almeriense se dio la vuelta y chutó con potencia, estrellando el balón en el larguero, que lo escupió directo al suelo donde botó claramente dentro de la portería. El árbitro no pitó a pesar de que el balón entró.