Es pronto, es la pretemporada, no hay puntos en juego y es tiempo de probaturas, pero este Osasuna progresa adecuadamente. Tras la victoria del pasado viernes ante el Eibar en Olite, la cita de El Sadar se antojaba mucho más complicada por la entidad del rival. A pesar de ello, Martín Monreal ha seguido con su plan de alinear dos onces completamente diferentes en cada parte. Si contra el cuadro armero los Otegui, Endika, Unai García y compañía salieron en la segunda mitad, esta tarde les tocaba salir desde el inicio.

Martín Monreal puede estar contento de las cualidades que exhibe su equipo en esta pretemporada. A la buena actitud hay que sumar la intensidad, desparpajo e incluso destellos de calidad. Los chavales, casi todos de ellos de la generación del 97, han entendido a la perfección que quiere el técnico de Campanas y lo trasladan al terreno de juego. Los rojillos empezaron entonados con sendos disparos de Berenguer y Álex Sánchez que animaron a la grada. Pero la mejor ocasión iba a ser para, quién sino, Nino. El ariete cruzó demasiado un buen pase al hueco en lo que pudo ser el 1-0.

El olfato de Nino

El Athletic entró tarde al partido, pero cuando la hizo se demostró que, pese a jugar con los suplentes, es un equipo de calidad y al que nunca hay que infravalorar. En una de sus primeras ocasiones anotó gol, pero el colegiado señaló fuera de juego. Osasuna llegó a sufrir por momentos y cuando mejor estaban los leones llegó el tanto de Nino. En una jugada de estrategia made in Tajonar, Miguel Flaño peinó el balón para que el de Vera anotara de espaldas. El killer rojillo volvía a encontrarse con el gol y demostraba por qué es uno de los buques insignia del equipo, a pesar de su veteranía.

A la vuelta de vestuarios Nino pudo hacer el 2-0

Tras el paso por vestuarios, Martín revolucionó el once y tan solo mantuvo a Nino. El delantero almeriense todavía quería más y no había pasado ni un minuto de la segunda mitad cuando a punto estuvo de hacer doblete en su cuenta particular. Un centro medido de Borja Aizpún, entonado en ataque, fue cabeceado por Nino y el esférico pasó rozando el larguero. El palo sí tocó el balón tras un remate de Kike Sola, pero esta tarde no era la del delantero de Cascante.

El intenso calor perjudicó a Osasuna que pudo ver como, en varias ocasiones, casi le empata el Athletic. Lo cierto es que el marcador no se movió, unas veces por la mala puntería de Kike Sola y otras por las intervenciones de Nauzet. El meta canario había salido en lugar de Juan Pérez y, como ocurriese en Olite, fue un muro infranqueable. Hasta tal punto que la grada le coreó su nombre y, de seguir así, puede hacer olvidar tanto a Riesgo como a Santamaría.

La puntilla final

Mientras los leones asediaban el marco rojillo, Osasuna se afanaba en la seriedad defensiva y tratar de aprovechar alguna contra. En los minutos finales el balón cayó a los pies de Roberto Torres que dio un magnífico pase a la banda izquierda en la que se encontraba Javi Martínez, que había salido por Nino. El propio delantero canterano se fabricó la jugada y puso el 2-0 con un tiro raso que hizo inútil la estirada de Gorka Iraizoz.

De esta forma, Osasuna consigue su segunda victoria de la pretemporada en otros tantos partidos y deja buenas sensaciones de cara al inicio liguero. Hay que valorar también que los rojillos no han recibido ningún tanto en sus, a priori, compromisos veraniegos más complicados. Para el próximo lunes está prevista la presentación del delantero Bogdan Milic y el martes la plantilla regresará a los entrenamientos.