Osasuna despierta del sueño, un sueño que ha durado dos semanas y 180 minutos. Tras los pinchazos del Alavés y el Numancia, los dos equipos que también habían ganado los dos primeros partidos, los rojillos se quedaban solos como la única escuadra que podía hacer pleno. 9 de 9 jugando dos encuentros lejos del cobijo de El Sadar era una machada que ni los veteranos se acordaban. Para ello había que vencer al Almería, un recién descendido de la liga de las estrellas y con un plantel lleno de jugadores de renombre.

La presa no iba a ser fácil y menos con las bajas en defensa que presentó Osasuna en los Juegos Mediterráneos. A la lesión de Luis Martins, todavía sin debutar, se le unió el fin de semana pasado la de Miguel Flaño dejando en cuadro la zaga rojilla. Ante estos contratiempos, Martín Monreal optó por cambiar el sistema y pasó del 1-5-3-2 al 1-4-1-4-1. Javier Flaño y Tano fueron los laterales, Merino un poco más adelantado, Berenguer y Pucko de extremos por detrás de Nino.

Del liderato…

Osasuna demostró en la primera jugada que, a pesar de ir a una ciudad con playa, no iba de vacaciones. Roberto Torres ya había probado a Casto antes del minuto de juego y Quique replicó a los pocos segundos ante un atento Nauzet. Un inicio entre dos ex Primera que se iban tanteando con respeto absoluto. Pronto monopolizó la posesión el cuadro de Sergi, pero no lo transformó en peligro. Martín Monreal había trazado una telaraña defensiva empezando por los atacantes. Oier, Merino y Roberto Torres fueron los pulmones del equipo y, por momentos, parecía que tenían clones en el verde ya que estaban en todos los sitios.

Osasuna trató de crear peligro con jugadas de estrategia

La idea planteada por el técnico de Campanas se estaba ejecutando a la perfección: solidez defensiva y contras peligrosas. Una de ellas llegó de las botas de Nino, pero su remate se marchó alto. Osasuna se acercó a la meta de Casto con cuentagotas y, por eso, trató de crear peligro en cualquier jugada de estrategia. Sabedor que el Almería hacía aguas por arriba, los córners podían ser un arma muy jugosa.

Pucko celebra el 0-1 de Osasuna, segundo tanto para él de la temporada.

Precisamente de un córner, pero a favor del Almería, llegó el gol de Osasuna. Los andaluces botaron muy abierto el saque de esquina que fue a parar a Berenguer. El canterano puso la directa como si de la final de 100 metros se tratara y recorrió el campo en línea recta de una manera vertiginosa escudado por Pucko. El esloveno le adelantó por la izquierda y el jugador de Barañáin le cedió la pelota. Control orientado y disparo colocado para batir a Casto. En ese momento, el 40 de la primera parte, los rojillos eran líderes en solitario y tumbaban a uno de los cocos de la categoría.

… al playoff

El paso por vestuarios no sentó muy bien a Osasuna que salió aletargado en la segunda parte. Los locales, con la batuta de favoritos, se veían con 3 puntos de 9 posibles y empezaron a inquietar el marco de Nauzet buscando el empate. Los rojillos seguían el plan de Martín Monreal y, en una de esas contras, pudo llegar el 0-2. Un activo Berenguer hizo una jugada individual para internarse hasta dentro del área. El canterano probó con una vaselina con un Casto ya en el suelo, pero el balón se marchó por encima de la portería. Una ocasión que pudo ser la sentencia, pero que dio alas al Almería.

Tras 244 minutos de competición, Osasuna recibió un gol

Un cansado Berenguer dejó su puesto a Aitor Buñuel que, a pesar de posicionarse más adelantado que donde acostumbra, no desentonó en el centro del campo. Sí lo hizo, como el resto del equipo, en el tanto del empate del Almería. Chuli remató a placer un buen centro desde la banda derecha que no había tapado ningún defensor de Osasuna. Era el primer gol que encajaban los navarros en 244 minutos, más de dos partidos y medio. El tanto dio alas a los locales que salieron en tromba intentando brindar una remontada a su afición.

Chuli celebra con rabia el tanto del empate que le dio alas al Almería.

Osasuna, lejos de echarse atrás, no le perdió la cara al partido y lo siguió intentando. Nino y Roberto Torres de falta directa pudieron desequilibrar el marcador, pero no estuvieron acertados. Cuando se acercaba el final, cuando los rojillos ya daban por bueno el empate los fantasmas del pasado volvieron a la memoria de la parroquia navarra. Un golazo de Pozo, cedido por el Manchester City y que recién habían ingresado al campo, privó de un botín positivo a la expedición de Martín Monreal.

A pesar de la derrota, la primera de la temporada, Osasuna sigue en los puestos altos de la clasificación con 6 puntos. El próximo sábado los rojillos volverán a encontrarse con El Sadar y su afición para recibir a un siempre competitivo Leganés. El cuadro madrileño ocupa la décima posición con 4 puntos y tratará de ser el primer equipo que este curso se lleve los tres puntos de Pamplona.