Después de tres jornadas con casi los mismos once jugadores compitiendo en liga, llegaba el turno para los suplentes. Por fin los jugadores que menos minutos o que ni tan siquiera habían debutado con la elástica rojilla se iban de copas con motivo del torneo del K.O. De hecho, a Martín Monreal le hubiera gustado alinear a más futbolistas sin ficha profesional, pero la ley le obligaba a tener a siete sobre el césped. La normativa y las lesiones en defensa hicieron que el técnico de Campanas optase por los mismos cuatro zagueros que jugaron en los Juegos Mediterráneos ante el Almería.

En Pamplona la Copa del Rey es una competición que siempre gusta a la parroquia rojilla y, a pesar de ser día laborable, varios autobuses de aficionados se habían desplazado a Miranda de Ebro para ver a los suplentes de Osasuna. Unos jugadores que tenían ante sí una oportunidad de oro para demostrar a Martín Monreal que también tienen hueco en el once titular liguero. Empezando por Mario en la portería, pasando por los Adrián Cruz o Maikel Mesa para acabar con Milic y Kodro en la punta de ataque.

Un inicio soñado

Era la tercera ocasión en poco más de un mes que burgaleses y navarros se veían las caras. En las dos anteriores, Osasuna había conseguido la victoria tanto en el último amistoso de pretemporada como en la segunda jornada liguera. Por eso, desde el pitido inicial los de Carlos Terrazas salieron a por todas y con la intención de brindar a su afición una buena noticia en forma de pase a la siguiente ronda. Para el minuto 10, los locales ya habían probado a Mario con las ocasiones de Abdón, de falta directa, y Eguaras que a punto estuvieron de subir al marcador.

Miguel Olavide fue el protagonista al provovar la expulsión y anotar el 0-1

Osasuna se sacudió el asedio inicial del Mirandés de la mejor forma posible. Provencio derribó de manera contundente a Miguel Olavide cuando enfilaba el área burgalesa, una acción que le supuso la roja directa al jugador local. El canterano, no contento con provocar la expulsión, se dispuso a lanzar la falta y, con algo de ayuda de la barrera, coló el balón en la portería. Era el 0-1 de los navarros que llevaron el éxtasis a los más de un centenar de seguidores que se desplazaron hasta Anduva.

El Mirandés intentó buscar pronto el empate, pero se encontró con otro gol en contra que le puso cuesta arriba su clasificación. En esta ocasión fue Maikel Mesa quien tras un tremendo zapatazo desde 30 metros perforó la meta defendida por Raúl. Ni 30 minutos de juego y Osasuna, con un hombre más, ya ganaba 0-2 en Miranda de Ebro. Los de Carlos Terrazas cedieron la posesión y confiaron en la estrategia para acortar distancias. En este aspecto tuvo protagonismo el delantero rojillo Bogdan Milic que, con sus dos metros de altura, fue un defensor más en el área y despejó todos los balones aéreos.

Emoción hasta el final

El tiempo de descanso sirvió a Carlos Terrazas para mover ficha dando entrada a hombres importantes como Lago Júnior o Álex García. El resultado no se hizo esperar y nada más comenzar la segunda parte el Mirandés recortó distancias en el marcador con un tanto de Néstor. El miedo le entró en el cuerpo a Martín Monreal y, como si de una partida de ajedrez se tratara, también jugó sus bazas. Oier, por Mesa, y Álex Sánchez, por Milic, entraron en el verde para dar más consistencia y competitividad al cuadro navarro. No contento con los cambios, el de Campanas sacó al juvenil Antonio Otegui para intentar controlar más la posesión.

Osasuna, a pesar de estar en superioridad numérica, sufrió hasta el final

Empujado por el orgullo y el tanto tempranero en la segunda mitad, los burgaleses buscaron con más corazón que cabeza el tanto del empate. Casi lo consigue Álex García en un pase de la muerte que falló con todo a favor el delantero del Mirandés. Osasuna, lejos de ser superior y buscar la sentencia, sufría para mantener la ventaja cosechada en la primera parte. De hecho, el guardameta Mario se tuvo que emplear a fondo en una falta directa que casi anota Fran Carnicer.

Paradójicamente el Mirandés se hizo con el control del partido y lo siguió intentando hasta el final pero sin suerte. Con esta sufrida victoria, Osasuna se clasifica para la siguiente ronda de la Copa del Rey donde todavía no habrá equipos de Primera División. Antes, el próximo sábado 12 de septiembre los navarros volverán a la competición doméstica para recibir en El Sadar al Leganés.