Osasuna acabó espantando fantasmas en un partido en el que se pudo ver dos versiones. La primera parte, helada, como una afición donde algunos pequeños intentos de alentar al equipo no pudieron pasar por alto la ausencia de parte del sector de Graderío Sur.

Parece que atrás queda esa sensación de que Osasuna deja escapar dos puntos en un partido que había dominado de principio a fin. Atrás queda esa falta de gol que mermaba a los pupilos de Martín.

Osasuna consigue los tres puntos en un partido cuya primera parte fue para olvidar. Una parte aburrida, fea, con alguna que otra imprecisión en el pase, alguna llegada y disparos lejanos que no ponían en serios apuros a René. Los visitantes, por su parte, tuvieron su ocasión en el primer minuto de partido. Después no crearon serios apuros a Nauzet.

Aun así, Osasuna no dejaba de intentar adelantarse en el marcador lo antes posible, porque era consciente de la importancia que tenía el hacerse con los tres puntos, que, sabiendo ya buena parte de los resultados, dejaban al equipo local en una momentánea tercera posición.

Dice un dicho que “el que la busca, la consigue”. Pues eso le sucedió a Osasuna. Un Nino que se reencontraba con el gol, batía a René al filo del descanso tras recoger su propio rechace, en lo que se conoce como gol psicológico. La importancia de los goles de Nino se empieza a ver. El delantero almeriense ha dado a Osasuna 12 puntos con 4 de sus 5 tantos esta temporada, siendo el jugador que más puntos ha dado al club rojillo. Zaragoza, Albacete, Valladolid y Llagostera. El otro gol lo anotaría en el Osasuna 4-0 Lugo. Hasta aquí se veía el vaso medio vacío.

En la segunda parte se pudo ver un lavado de cara por parte de los rojillos, que continuaban con su asedio de jugadas a la portería rival, algunas de ellas reconocidas con una tímida ovación por parte de los espectadores. El vaso se veía medio lleno.

Los cambios resultaron ser revulsivos. Maikel Mesa cogió el testigo de un Miguel Olavide que estaba amonestado y falto de chispa y dio un nuevo aire al medio campo. Nino dejó su sitio en el césped a un Álex Berenguer que salió intenso, sabiendo qué tenía que hacer. Un balón salido con efecto del exterior de la bota derecha de Roberto Torres le llegaba a Álex Berenguer que, tras internar por banda dentro del área, batía a René para establecer el 2-0.    

Con el partido casi en la mano, Martín cambió de sistema y pasó del 5-3-2 al 5-4-1 con la entrada de Luís Martins por Kenan Kodro, agotando así el cupo de cambios. Ya en los minutos finales, otra contra rojilla en el tiempo de prolongación, permitió que Maikel Mesa anotase su segundo gol con la camiseta rojilla esta temporada, primero en liga, después de que se estrenase con un tiro de fuera del área en el partido de Copa en Miranda.

Precisamente, frente al Mirandés, Osasuna deberá hacer buena esta victoria en casa y sumar otros tres puntos que dejarían a los hombres de Enrique Martín Monreal como serios aspirantes a pelear por los puestos de ascenso directo a Primera División. No solo eso, sino que además Osasuna abriría una buena brecha con respecto a los equipos perseguidores. Ahora mismo, el conjunto navarro se encuentra en tercera posición, un punto por debajo de los puestos de ascenso directo, puestos que ocupan ahora mismo el Córdoba y el líder, el Alavés, y con 4 de ventaja sobre el Alcorcón, primer equipo fuera del límite de los puestos de play off.