11:40 de la mañana. Tras un erasmus de 14 años, Rojillo salía del lugar al que nunca debió llegar. Con la ayuda del capitán Miguel Flaño, la mascota rojilla volvía a pisar el césped del feudo rojillo después de que la junta directiva de Patxi Izco lo depositase en un contenedor en 2002. 14 años desaparecido en combate. Pero ha vuelto en el mejor día posible.

Rojillo ha vuelto a las andadas. Atrás queda este tiempo en el que ha estado en el olvido de unos y en la memoria de otros. Esta mañana ha vuelto a las andadas, a animar a la afición rojilla y no lo podía haber hecho mejor. Parte de la culpa la tiene el club, que además de permitir su regreso, ha obsequiado a los aficionados con una bufanda con el lema “Quiero volver / Itzuli Nahi Dut”.

Estos preparativos terminaron con la entonación al unísono del Riau Riau sanferminero por parte de una afición teñida de rojo y blanquiazul. Con el pitido inicial la fiesta comenzaba.

18 minutos y un posible ‘déjà vu’

A pesar del muy buen arranque de partido llevado por los pupilos de Enrique Martín Monreal, fue el conjunto de Pepe Bordalás el que golpeó primero. Después de 10 minutos en los que Osasuna dominó el juego, el conjunto babazorro estiró las líneas y en uno de esos momentos vio su recompensa.

Un centro raso desde la banda izquierda de Dani Pacheco lo empuja Juli en el área pequeña, con tan mala suerte para sus intereses que sale rechazado por el palo, pero Raúl García, que llegaba en segunda línea, marcaba a placer, ante la ignorancia de un Nauzet que estaba más preocupado por buscar la falta en ataque que por tapar la portería.

Con el 0-1, a gran parte del estadio se le vino el recuerdo del partido del año pasado, en el que los vitorianos se alzaron con la victoria tras imponerse por 1-3.

Un De las Cuevas en estado dulce cambia el rumbo del partido

Minuto 24 de partido. Miguel De las Cuevas interna en el área y, al querer zafarse de la marca de Sergio Mora, es derribado y cae al suelo. El colegiado señala una pena máxima un tanto rigurosa y muestra al centrocampista blanquiazul la segunda amarilla, dejando así con 10 al conjunto vitoriano con más de una hora de juego por delante.

El 10 rojillo coge el balón, lo deja en el punto de penalti y coge carrerilla. Pita el árbitro y engaña a Fernando Pacheco, lanzando el balón raso a la izquierda del portero, anotando así el empate a 1 en el marcador.

Tres minutos locos y una decisión arbitral decantan el partido a favor de los rojillos

El final de la primera parte fue de locos. En el minuto 41, Roberto Torres manda un balón a la carrera a un Urko Vera que gana en velocidad a Pelegrín y bate a Fernando Pacheco con un disparo cruzado raso, estableciendo así el gol de la remontada rojilla. El delantero de Barakaldo tenía ganas de marcar con la camiseta rojilla y eso se vio reflejado en el gesto de rabia del delantero al golpear la valla publicitaria en la celebración.

Dos minutos después llegaba una de las acciones más polémicas del partido. Álex Berenguer zancadillea a un rival, sin estar el balón de por medio, y el colegiado González Fuertes decide solo sacarle la cartulina amarilla en lugar de la roja.

Por si fuera poco, en la última jugada de la primera parte llegaría el último gol del partido. Otro balón a la contra, esta vez dirigido para Nino, acaba en gol del almeriense. Con esta jugada se llegaba al término de los primeros 45 minutos.

La segunda parte no tuvo nada que ver con la primera

Los segundos 45 minutos fueron completamente opuestos a los primeros. Martín había cambiado el sistema de juego y había pasado a su conocido 5-3-2, con Javier Flaño y Pucko, que sustituía a Berenguer, como carrileros, con la idea de profundizar hasta la portería de un rival que no iba a llegar mucho a las inmediaciones rojillas.

Pero no ocurrió nada de eso. El partido se enfrió, Osasuna no era el mismo equipo que había mostrado ser en la primera parte y la ocasión más clara la cayó del lado visitante. Un mal despeje de puño de Nauzet lo lanzaba en forma de globo Bernardello hacia la portería rojilla, pero Tano, como ya hiciera de manera acrobática en el Valencia Mestalla, sacaba el balón sobre la línea, pero esta vez de cabeza.

Con este resultado los hombres de Enrique Martín Monreal se quedan a tres puntos de los puestos de ascenso directo que ocupan los vecinos patateros.