3 finales. Gimnastic de Tarragona, Huesca y Oviedo.  Estas son las últimas batallas para el conjunto dirigido por Enrique Martín Monreal antes de que finalice el campeonato regular. 3 batallas en las que Osasuna tiene que dejar atrás los miedos e ir a por los 3 puntos en cada una si quiere seguir soñando con el ascenso directo. El tiempo dictará sentencia.

15 minutos en la UCI

Pero si Osasuna quiere tener posibilidades de ascender a Primera División tiene que tener muy en cuenta lo que no tiene que hacer. Y para ello basta que tanto técnico como jugadores tengan en cuenta los primeros quince minutos del partido contra el Numancia.

Osasuna saltaba al césped con la necesidad de conseguir los tres puntos si no quería terminar la jornada fuera de los puestos de promoción de ascenso. Pero una vez que pitó el árbitro el inicio de partido, los papeles se intercambiaron por un cuarto de hora. Parecía que era el equipo soriano el que tenía más necesidad de conseguir la victoria.

El 0-1 llegó en la jugada siguiente de que se le anulase un gol al Numancia. Saca Nauzet, roba el conjunto visitante y el balón le llega a Nacho en el vértice izquierdo del área rojilla que, tras zafarse de la marca de Javier Flaño, cruza el balón al palo derecho de la portería de Nauzet, haciendo inútil la estirada del meta canario.

En otra contra llegaría el 0-2. Un balón picado le caía a Pablo Valcarce que no tuvo piedad para fusilar la meta de Nauzet y establecer el 0-2. Ahí acabo el partido de los hombres de Arrasate y comenzaría el de Osasuna.

Una jugada después del 0-2 llegaría el 1-2 de Osasuna. Una falta desde el flanco derecho del ataque rojillo la colocaba Miguel Olavide en la cabeza de Mikel Merino, cuyo primer remate no conseguiría batir a Munir, pero sí que lo hacía tras recoger el rechace con la pierna derecha. Con este resultado se llegaría al descanso.

Miguel De las Cuevas, ‘contigo empezó todo’

Martín acertó al dar la entrada al campo a Miguel De las Cuevas. El alicantino tuvo cerca de 20 minutos para jugar y enganchó al equipo y a la afición para lograr la remontada. Suya fue la jugada del empate a dos.

Mikel Merino picaba un balón por encima de la defensa numantina que le llegaba al 20 rojillo al borde de la línea de fondo y al primer toque mandaba un balón a Nino, pero el balón no llegaría a su destinatario porque impactaría en la mano de un rival. El árbitro señalaba la pena máxima.

Roberto Torres sería el encargado de golpear al balón desde los once metros. El mediocentro de Arre anotaba el 2-2 tras engañar a Munir y batirle por su derecha.

Osasuna no se conformaría con el empate y dejó atrás los miedos para ir a por la victoria. El premio llegaría a falta de dos minutos para llegar al tiempo reglamentario, cuando Mikel Merino cabeceaba a la red un saque de esquina en el primer palo, espantando cualquier rumor sobre que tiene la mente más en Dortmund que en Pamplona.

En busca del ático prometido

Esta victoria supone para Osasuna un plus de confianza de cara a los tres partidos que tiene que afrontar de cara al final de liga. Rompía de esta forma una serie de empates que no terminaban de convencer a una afición que, a pesar de ir 0-2 en contra, nunca deja de lado al equipo. Porque si unos pocos lo creen, lo acabarán creyendo todos. Próxima parada, Tarragona.