El fútbol de Primera División volvía esta tarde a El Sadar y lo hacía recibiendo a un rival en lo deportivo y a un hermano en la grada. Las aficiones de Osasuna y Real Sociedad volvieron a encontrarse y demostraron, una vez más, que en el fútbol se pueden hacer amistades, que se puede lograr hermanamiento y un gran ambiente. En el interior del estadio, los seguidores rojillos volvieron a demostrar su apoyo incondicional al equipo sin parar de cantar y animar durante los 90 minutos, pese a que en el terreno de juego las cosas no salían de la mejor manera posible. Osasuna se estrenó en casa con derrota.

Un error que rompe la igualdad

El conjunto de Enrique Martín Monreal saltó al césped con su clásico esquema de defensa de cinco hombres. La primera parte fue de dominio alterno, con una Real Sociedad que intentó monopolizar la posesión del esférico durante los primeros compases y un Osasuna que se deshizo del dominio visitante a base de coraje y buenas llegadas por banda. Sin embargo, los locales sólo consiguieron culminar dichas llegadas en dos ocasiones, ambas rematando fuera.

Tanto Nauzet como Rulli fueron espectadores de un primer asalto que deparó dos graves sustos para Osasuna. En primer lugar, Javier Flaño se vio obligado a dejar su puesto a Aitor Buñuel tras dañarse la rodilla en un mal apoyo. El navarro está a la espera de que se le realicen pruebas médicas, pero sus gestos de dolor hacen presagiar lo peor. Y para colmo de males, en el minuto de descuento que alargó el colegiado, la Real se adelantó en el marcador. Un regalo de la defensa rojilla permitió a Juanmi anotar y que se llegara al descanso con victoria donostiarra.

Un auto – golazo para sentenciar

La segunda parte no fue mucho más diferente. De nuevo alternancia en el dominio del juego, con un Osasuna que intentaba, sin éxito, empatar el partido. Martín intentó la reacción dando entrada al recién llegado Sergio León por un batallador Oriol Riera y a Kenan por un activo Jaime.

Los rojillos continuaban con sus llegadas a la zona de peligro, pero faltaba el remate final. Sólo Fran Mérida, en un disparo lejano, inquietó a Rulli, que despejó el balón. Pero es evidente que cuando las cosas no están de cara todo sale mal. Así, en el minuto 80, un balón largo de la Real acaba en la cabeza de Unai García, que en su intento por despejar acabó colando en balón en su propia portería. 0-2 y partido sentenciado, sin tiempo ya de reacción rojilla.

Sensaciones positivas

Pese al resultado, las sensaciones que deja este partido no son del todo negativas. Si bien es cierto que un 0-2 hace pensar en un partido desequilibrado, la Real Sociedad no fue excesivamente superior a Osasuna. Los navarros compiten, luchan y pelean por cada balón, pero es evidente que falta ese último empujón para rematar a puerta. Es obvio que el equipo está, todavía, en construcción y que faltan hombres por llegar y otros por recuperarse de sus lesiones. Los jóvenes canteranos necesitan un margen de tiempo para amoldarse a la categoría, pero los veteranos y los nuevos fichajes están rindiendo bien. Todavía es muy pronto, y lo que parece evidente es que Osasuna tiene mucho margen de mejora. Como diría Martin: “disfruten del camino”.