La tormenta no amaina en Santander. Después de la temporada pasada las aguas vuelven a estar revueltas y el futuro del club es una incertidumbre. La nueva negativa de Hacienda para aplazar la deuda es el nuevo problema del equipo. Si el club no paga 6.514.172 millones de euros el jueves, el Racing de Santander no podría inscribirse en Segunda División. 

El Consejo al completo, la plantilla y el cuerpo técnico, aficionados y un gran número de medios de comunicación estaban en la sala de prensa de los Campos de Sport para explicar la situación por la que atraviesa el club. Pero pese a que Hacienda ha sido la gran señalada en las últimas horas, la pelota está en manos de la Liga de Fútbol Profesional, ellos serán quienes decidan el futuro del Racing. 

Los siete miembros del Consejo de Administración tienen escasas 48 horas para preparar una argumentación jurídica para que Javier Tebas permita la inscripción del Racing en la categoría que por méritos deportivos ha conseguido. El jueves 31 de julio a las 18:00, deben encontrar la puerta de salida a este problema.

El desencuentro que existe ente el órgano deportivo y Hacienda es un punto a favor del equipo cántabro. El cambio de postura que ha tenido el Ministerio no ha gustado nada a los responsables de la LFP, que consideran que ha pasado de ser permisivo a intransigente

David González Pescador pidió "a todo el mundo, un apoyo total; estar unidos en estas 48 horas" que tienen por delante, porque de lo contrario el siguiente paso será "la liquidación". El futuro del Racing esta en el aire y con él, el sentimiento de miles de racinguistas. El propio consejero ha explicado que la Agencia Tributaria tiene una "decisión inflexible" y "no hay posibilidad de que reconduzca su postura". 

"Ésta es una situación terrible para el Racing y tiene unos responsables y vamos a ver qué podemos hacer. Lo estamos intentando todo", comentó González Pescador. Pero la última palabra no la tiene el club. 

Ha señalado que, en caso de que la LFP acepte al club, éste quedaría con Hacienda en una situación de "gestión compartida", por la cual el Racing podría seguir cumpliendo con las "obligaciones más perentorias", como el pago a la plantilla, pero "sin hablar de aplazamientos hasta que se paguen las retenciones".