Mucho tiempo llevaba el Racing sin competir un partido, mucho tiempo sin la denominada 'paparda'. Pero es que competir, es lo mínimo que se le debe exigir al 'todopoderoso Racing' de la Segunda B. Como mínimo, disputar y estar en disposición de ganar en todos los partidos. Luego la suerte, el acierto u otros factores dictaminarán sentencia, pero como mínimo, pelear. 

Excusarse no sirve; el camino es mejorar la imagen el próximo fin de semana ante el Tudelano 

Eso es lo que le faltó al Racing en el Príncipe Felipe de Cáceres. El Racing no estuvo en ningún momento en disposición de superar a su rival, un Cacereño inmerso en puestos de decenso que se medía a uno de los mejores equipos de categoría, espoleado por la motivación extra de acercarse al líder, el Racing de Ferrol. Pero una vez iniciado el encuentro parecía que era al revés. Es cierto que el conjunto extremeño necesitaba los puntos pero un aspirante a líder no puede dar una imagen tan mala como la que dejó en el césped cacereño.

Muchas son las preguntas, varias las excusas... pero nada de nada, no sirve de nada excusarse sino pelear para que no vuelve a suceder. ¿El mal estado del césped? Un factor a tener en cuenta en esta categoría. ¿El viaje? Otro factor ajeno a lo deportivo, ante el que nada se puede hacer. ¿Error del árbitro en el primer gol? Lo mismo, de nada sirve lamentarse por ello.

1. Falta de adaptabilidad

Vamos a analizar los factores en los que sí que debe mediar la intervención del Racing. En primer lugar, la falta de adaptabilidad a domicilio. En esta categoría, a menudo se juega en estadios y terrenos de juego en mal estado, de dimensiones mínimas, en los que el juego del Racing, combinativo, no garantiza el éxito como así suele suceder en El Sardinero. Pero es que, precisamente, una de las exigencias de la Segunda B es esa, la adaptabilidad. 

El Racing fichó a Pumpido, un ariete de envergadura, de área, con remate... Pero poco o nada juega por alto el conjunto verdiblanco. Apenas lo hizo, de hecho, en Cáceres. Tampoco usó en exceso las bandas y el desborde de los extremos, uno de los puntos fuertes de este equipo. Es más, renunció a ellas al poco de la reanudación dando entrada a Artiles y Coulibaly, mediapunta y delantero, respectivamente. Así pues, el primer factor en el que erró o pudo errar el cuerpo técnico racinguista y también los jugadores, que no estuvieron nada entonados.

2. ¿Falta de intensidad o de ganas?

El segundo factor al que vamos a aludir es a la intensidad. Los balones divididos, en su mayoría, eran disputados con mayor intensidad y agresividad por los futbolistas locales y es por ello que prácticamente en cada disputa, el Cacereño se llevaba el balón. Pocos cueros divididos se recuerdan en el partido en el que el jugador ataviado este domingo con la camiseta negra con detalles verdes ganara la pelota. ¿Falta de intensidad, de ganas o simplemente un mal día?

3. La defensa, a bajo nivel

El tercer factor es la defensa. Hacía tiempo que Mikel Santamaría y César Caneda no estaban tan desafortunados. Por arriba, por abajo, a la espalda, en los marcajes... estamos hablando de uno de los peores partidos de la zaga verdiblanca con el riojano y el vasco al mando. Los tres goles son muestras flagrantes de ello y un paso atrás a la hora de defender el balón parado. En el primero, nadie ataja el balón directo de Valverde; en el segundo, tanto Mansilla, asistente de cabeza, como Gallego, el anotador, estaban completamente solos tras el lejano saque de falta de Valverde; por último, en el tercero, Gallego llega completamente solo a la frontal, fallo de la zaga y también de los centrocampistas.

Personificando algo más, Francis, lesionado por cierto, fue un boquete en la zaga verdiblanca. Gallego se hinchó por su banda aprovechando la lentitud que ha ido 'ganando' el gaditano con el paso de los años, además de la tempranera amonestación que recibió. Migue García tampoco estuvo fino, ni en ataque ni en defensa.

4. Escasa aportación de la medular y la delantera

El cuarto factor al que nos referimos es la escasa aportación del centro del campo y la delantera. Con Fede y Granero, sin Peña (sancionado), la medula ni destruyó ni construyó. Apenas aportó nada al juego verdiblanco y eso se notó. Granero no estuvo a buen nivel, para lo que nos tiene acostumbrados. Por su parte, a Fede no le sentó muy bien volver a su posición natural tras sus buenas actuaciones en el lateral -aunque quizá fue de lo mejor del Racing-. Dani, Artiles, Óscar... apenas se les vio sobre el verde cacereño.
Tampoco la delantera estuvo fina. Dioni y Pumpido estuvieron fallones, sin entendimiento, sin movimiento, sin pegada... Es cierto que apenas les llegaron buenos balones pero no estuvieron a su mejor nivel. No mejoró en nada la entrada de Coulibaly, no sabemos si en banda o en punta, porque apenas se le vio.

5. Falta de alternativas desde el banquillo

Por último, el quinto factor se refiere a las escasas alternativas aportadas desde el banquillo. Munitis y su cuerpo técnico no estuvo acertado el pasado domingo. Bien es cierto que, tras la catástrofe del primer tiempo, cualquiera de los once podría haber sido sustituido, pero hay que pensar más allá. El del Barrio Pesquero hizo un rápido hombre por hombre, quitando a Dani Rodríguez y Óscar e introduciendo a Artiles y Coulibaly.  En ese momento, hacía falta madera, potencial ofensivo y un hombre por hombre es algo contraproducente, tanto deportiva como mentalmente.

Tal y como estaba el partido, y teniendo en cuenta que Francis estaba siendo superado y encima tenía tarjeta, podría haber sido buena la opción de Fede al lateral, Dani Rodríguez al doble pivote (posición en la que ya ha jugado con anterioridad) y Artiles en banda izquierda. O todavía más ofensivo, tres centrales, -Fede, Caneda y Mikel-, dos extremos largos, -Óscar y Migue-, un buen trivote en el centro del campo, -Granero, Dani y Artiles- y en punta Dioni y Pumpido. Ofensivo, sí, pero es que había que hacer algo y no era alocado teniendo en cuenta que el Racing ya ha jugado así en otras ocasiones. Munitis no supo leer la situación de partido, empeñado en seguir jugando por el centro.

Así pues, un análisis, a grandes rasgos, de los posibles fallos que pudo cometer el Racing en el encuentro ante el Cacereño. Las críticias hacen más fuerte y el conjunto verdiblanco debe pensar ya en mejorar de cara al trascendental encuentro frente al Tudelano, tercer clasificado, del próximo domingo.