La fe mueve montañas y, en el caso del Racing de Santander, remonta 17 puntos. El Racing no se rindió. Los cántabros doblegaron al Coruxo -que no se jugaba nada- con un gol de Óscar Fernández en la primera mitad y cantaron el alirón del Grupo 1 in-extremis. Felicidad, lágrimas de alegría y cánticos coparon la fiesta verdiblanca al concluir el partido.
La tarde de los transistores
El Racing de Santander salió a Los Campos de Sport con la consigna de marcar rápido y meter presión al líder. Y así fue. La tromba racinguista se tradujo en buen fútbol y ocasiones, especialmente con Coulibaly y Artiles como protagonistas. Con el transcurrir de los minutos, y sin goles en ningún campo, el Racing empezó a dormir el choque. Hasta el minuto 29, cuando Dioni remató un buen centro de Óscar que no encontró puerta. La antesala del gol. Porque al minuto siguiente, tras un eslalón de Coulibaly, Óscar aprovechó un balón muerto para mandar un latigazo a las redes. Uno a cero, la presión para los ferrolanos.
El Racing necesitaba ganar y que el Ferrol no lo venciera
El tanto del de Piélagos dio tranquilidad a los locales, y el Racing empezó a gustarse. Con el Coruxo aún medio grogui, el senegalés tuvo un uno contra uno que Fernando, portero poco habitual en el conjunto gallego, adivinó perfectamente. A partir de entonces, el Racing comenzó a especular con el resultado. Pero la siguiente noticia llegó por frecuencia FM. Gol del Astorga. El Sardinero se vino abajo celebrando el tanto de Bandera, centrocampista maragato, contra el Racing de Ferrol.
En esta tesitura, con el Racing líder momentáneo, se llegaba al descanso. Ni Tudelano, ni Racing de Ferrol estaban haciendo los deberes.
La segunda mitad fue un trámite
El Racing estaba más pendiente de lo que sucedía en La Eragudina, y el Coruxo estaba con la cabeza en las vacaciones de verano. Los cántabros monopolizaron la posesión del balón, pero sin ocasionar peligro para la meta defendida por Fernando. En esas, se escuchó un atronador "gooool" en la grada. El Astorga volvía a marcar. El Racing lo tenía en la mano pero, una actitud más bien conservadora, iba a hacer sufrir a los cántabros más de la cuenta. Y todo a ello sin que Óscar Santiago haya tenido que realizar ninguna intervención en todo el encuentro.
La historia en El Sardinero ya estaba escrita. El Racing, como ya tiene acostumbrado, aprovechó la renta mínima con la ley del mínimo esfuerzo. Con Munitis en uno de los 'boxes' de El Sardinero, los locales se echaron atrás en los compases finales -en los que el Racing de Ferrol acortó distancias- y mantuvo el control del partido. Alguna contra aislada del Coruxo y varias imprecisiones en la salida de balón, pusieron el miedo en el cuerpo de la parroquia verdiblanca.
El Racing lleva desde octubre sin perder en El Sardinero
El partido llegó a su fin, con las inmejorables noticias que llegaban desde León para los intereses cántabros. Tres puntos más, que servían para colocarse, por primera vez en toda la temporada, líder -ya a la postre campeón- del grupo 1 de Segunda División B. La fiesta tomó El Sardinero. Jugadores y afición celebraron la victoria por todo lo alto. Como niños.
El Coruxo ya está de vacaciones tras haber completado una gran campaña, pero los cántabros tienen que esperar por lo menos dos semanas más. Mañana a las 17:00 se sortearán los cruces de los play-off de ascenso a Segunda División. El Racing supo sufrir -en ocasiones más de la cuenta- y al final logró el objetivo: ser campeón. El trabajo no está del todo hecho, pero el Racing está más cerca de volver a La Liga de Fútbol Profesional.