Sorprendía, pasadas las cuatro de la tarde del pasado domingo, la alineación del Racing ante el Reus. Todo el mundo lo comentaba en una grada ya poblada, con prácticamente una hora de espera por delante. El esquema del Racing y su once titular, conocido y aprendido de memoria por todos los aficionados verdiblancos variaba. Sorprendía no solo el cambio, sino el momento. Del 4-4-2 al 4-3-3, sin Dani Rodríguez ni Artiles, sino con Fede San Emeterio. 

Un ataque de entrenador

El día D, una jornada crítica, decisiva para ascender a Segunda División. Un buen resultado en casa otorgaba más esperanzas en el complicado Municipal de Reus y fue el día elegido para que, a Pedro Munitis -y el resto de su equipo técnico entendemos- le diera un ataque de entrenador. Podríamos definir el ataque de entrenador como el momento de 'locura' -buena o mala, dependiendo del resultado- en el que un técnico sorprende con un cambio casi siempre inexplicable, tanto por el cambio en sí mismo como por el momento.

4-4-2 habitual                    4-3-3 ante el Reus

El Reus encontró un agujero en la banda izquierda y creó otro en el centro

Pues bien, algo así le pasó a Munitis ante el Reus. Como decíamos, pasó del 4-4-2 que todo el mundo conocía -con dos dudas: Dani o Artiles en banda izquierda y Fede o Borja en el lateral- a un extraño 4-3-3 con el que el Racing apenas ha jugado esta temporada. Las razones no han salido a la luz. Quizá intentar tapar el juego combinativo del Reus por el centro o quizás buscar acumulación de jugadores en la medular para intentar jugar. 

Lo cierto es que desde el minuto 1 se vio al equipo incómodo con el sistema, extraño sobre el césped santanderino. Y todo ello se fue refrendando en los minutos siguientes. El Reus lo tenía claro: buscar las bandas, sobre todo la izquierda, pues Migue es más limitado que Borja en labores defensivas. El conjunto tarraconense comenzó a volcar su juego sobre ese costado, abriendo enseguida hacia el flanco zurdo en donde extremo y lateral eran dos puñales. Las situaciones de dos e incluso tres contra uno -con Migue García- se multiplicaron. Era un nicho de peligro para la meta de Óscar Santiago. Y por ahí llegó el primero.

Vitor celebra el primer tanto del Reus | Fuente: Reus Deportiu.
Vitor celebra el primer tanto del Reus | Fuente: Reus Deportiu.

Las ayudas verdiblancas llegaban tarde y dejaban muchos huecos por el centro

La jugada del gol inicial de Vitor es un reflejo del cambio de sistema de Munitis: entrada por la banda derecha del Reus, superan a Migue, las ayudas de Dioni y Álvaro Peña llegan tarde por la posición (el uno tiende a irse hacia arriba al ser un delantero; el otro suele asociarse por el centro del campo) y la salida de Mikel Santamaría para tapar el centro acaba por desajustar al equipo. El resultado fue un hueco en la zona central del área en donde aparecieron dos jugadores visitantes: Fran Carbià arrastró al primer palo y Vitor remató completamente solo. De manual.

El primer gol, de manera gráfica

 

Sistema de ayudas hacia la banda izquierda

- Dioni tenía que recuperar mucho terreno en la transición ataque-defensa

- Peña tenía que hacer un gran esfuerzo para llegar hacia la banda izquierda

- Mikel se veía obligado a salir a la cobertura

- Efecto en cadena: Caneda y Granero cierran

 

 

 

Resultado

Hueco por el centro para la llegada de efectivos del Reus al centro desde la banda

 

Así fue en el partido

La 'solución', en la segunda mitad

Por ahí vino el principal sufrimiento y desmoronamiento del Racing en un día en el que era vital seguir en el partido, no irse, pelear hasta el final. La solución a todo ello, al menos sobre la pizarra, era volver al sistema original. Con el 4-4-2, los extremos parten más cercanos a los laterales y las ayudas horizontales de los centrocampistas se reducen. Hombres como Peña o Dioni, de gran calidad y vitales para el juego del Racing, estarían algo más liberados sin la necesidad de hacer un tremendo esfuerzo en la transición ataque defensa. De hecho, así, el Racing sufrió menos en la segunda mitad, aunque con el 0-30 ya en el marcador.

Los jugadores andaban perdidos desde el inicio, con mucha distancia entre líneas, incómodos y con poca intensidad. Sí sí, poca intensidad en todo un partido entre campeones de grupo. Enfrente tenían a un auténtico equipazo que supo hacer su fútbol y aprovechar los errores rivales, que fueron muchos. Además de los fallos tácticos y de intensidad, los errores individuales se multiplicaron. Solo hay que ver el fallo de Caneda, impecable durante toda la fase regular, en el tercer gol del Reus. 

Ante la ausencia de Munitis por sanción, Colsa volvió a dirigir al equipo desde el banquillo | Fuente: Real Racing Club.
Colsa volvió a dirigir al equipo desde el banquillo por la sanción de Munitis | Fuente: Real Racing Club.

Es por todo ello que nos preguntamos: ¿Por qué ese cambio de sistema y en ese partido? Una pregunta que solo Munitis y su equipo técnico sabrán responder. Y, ¿por qué tan poca intensidad? Una pregunta que son los jugadores los que deben responder. Toca seguir remando.