Para Raúl Baena es un partido “un poco más especial que el resto porque es mi ex equipo, he estado muchos años allí y me han tratado muy bien”. En su situación personal, el malagueño opina que “lo único que puedo hacer es trabajar al máximo y día a día”. Añade: “Todos queremos jugar, pero está el entrenador para decidir. Yo trato de dar el máximo para que pueda confiar en mí”.

Nostalgia

Inevitablemente, recordó su etapa catalana: “Dejo muchos amigos, muchas experiencias vividas, porque es el club con el que debuté y con el que logré consolidarme en Primera”. Después de mirar atrás, coge impulso para volver al presente: “Tengo buenos recuerdos, pero ahora estoy viviendo otra etapa, hay que mirar siempre hacia adelante, aunque sí tengo muchas cosas positivas de allí”.

Contra el pasado

Sin embargo, Baena debe enfrentarse a los viejos fantasmas del pasado, por amables que éstos fueran. Describió al conjunto perico como “un bloque compacto, unido, que trabaja al máximo y donde todos saben su rol”. Analizó brevemente: “Empezó muy bien y los últimos partidos no está consiguiendo los puntos que quisiera”. Lejos de confiarse, advierte a sus compañeros: “Es muy competitivo y aunque no hayan sumado puntos se ve que es un equipo serio y bien trabajado”.

Punto de inflexión

Los rayistas quieren convertir la victoria de Balaídos en un punto de inflexión: “Este último partido frente al Celta nos vino muy bien para coger confianza y ver que el equipo mejora”, aunque Baena arenga sin lanzar las campanas al vuelo: “Hay que ir partido a partido, conseguir los tres puntos y dar un salto en la clasificación”. El mensaje es cristalino: “Hay que seguir creciendo y en esa línea”.