La prueba fehaciente de que la unión hace la fuerza es lo vivido en la tarde del sábado 8 de febrero de 2014 en Vallecas. Afición y equipo, unidos para ganar un partido. Los tres caños y los dos goles de Iago Falqué, el gol de rebote de Arbilla o el penalti pitado a favor y marcado por Larrivey no fueron casualidad. Fueron los eslabones de una cadena que se forjó con el oro de los sentimientos: la motivación. De una cadena cuyo primer eslabón surgió durante la semana previa al partido.

#AhoraRayoAhora fue el lema que corría como la pólvora en las redes sociales entre aficionados rayistas en los días previos al encuentro, en busca de una comunión infranqueable con la que combatir los malos resultados y afrontar juntos los próximos partidos, en los que el Rayo Vallecano puede aprovechar la condición de local para salir de su mala situación deportiva. Un lema a modo de hashtag utilizado en Twitter y acompañado de frases, resultados o imágenes de la historia rayista que no hacían otra cosa que refrescar el rayismo interior de cada uno, encontrando una causa por la que ganar, por la que salir adelante y dejar atrás tanto resultado nefasto. La hinchada del Liverpool canta, pero la afición del Rayo ejecuta eso de “you’ll never walk alone”.

Esta iniciativa espontánea no pasó desapercibida por el club, quien respondió lanzando un vídeo con el lema ‘Juntos podemos’, en el que los jugadores pedían el apoyo de la afición, algo que suena redundante si se lo pides a la grada vallecana, cuyo incansable apoyo hace que hasta los equipos rivales la reconozcan como la mejor de España. Pero no estuvo de más, y fue la guinda a un pastel al que los franjirrojos llegaron empapados de ese ímpetu que les había regalado la afición con tanto entusiasmo. Ante el Málaga solo se podía ganar.

Con el cuerpo de jugadores y aficionados desbordante de energías positivas, el partido comenzó con fe y terminó 4-1. Después de tres meses sin cantar victoria en la avenida de la Albufera, Vallecas fue una olla de espíritu, de rayismo en vena, de 'Ahora Rayo Ahora'. Más o menos como siempre, aunque esta vez se antoja, sin necesidad de ser demasiado romántico, el partido que ganó una hinchada.