Este miércoles el portero Isma Gil anunciaba que no seguiría en el Rayo Vallecano por decisión del club, y no porque él quiera. Se marcha uno de los jugadores que más sienten la franja, que más la representa en el campo, y un gran ejemplo no sólo para todos los chavales que forman parte de las categorías inferiores, sino también para cualquier rayista que esté en la grada.

El pasado año el guardameta decidió continuar con el filial como capitán y como tercer portero del primer equipo. En el anuncio en su Twitter personal el cancerbero de entonces 24 años manifestaba que mucho tenía que ver en la decisión Paco Jémez, pero seguro también su ilusión y ganas de jugar con el primer equipo, porque siente la franja igual o más que cualquier abonado del club.

En cada victoria, en cada derrota, sea cual fuera el resultado, Isma, como capitán, siempre dio la cara por el equipo. Ante la prensa para explicar lo sucedido en un partido perdido, cuando nadie tiene ganas de hacerlo, él siempre apareció con buenas palabras, representando a toda la plantilla. Cuando tocaba celebrar un triunfo, el guardameta se acordaba de todos, tanto de los que jugaron como los que no, y del míster. Nunca presumió de haber hecho un gran partido, (que ha hecho muchos siendo pieza fundamental en el ascenso) siempre dio importancia a su defensa y al equipo entero.

El terreno de juego también fue testigo de cómo se representa el brazalete del Rayo. Animó a su equipo en los momentos malos, también echó una bronca cuando se debía, nunca perdió la concentración en cualquier resultado, salvó al equipo en situaciones claves y mostró un comportamiento ejemplar sobre el campo. En más de un partido, con el resultado en contra o a favor, cuando un jugador se encontraba en el suelo, se le escuchó gritar que llevaban un escudo en el pecho al que tenían que representar, que el balón había que echarlo fuera.

Isma Gil en el Trofeo de Vallecas con el primer equipo. Foto: Jaime del Campo (Vavel.com)

"Viva la señora Broncano"

Así titulaba el compañero Jesús Ruiz un artículo sobre el guardameta en Elgoldemadriz, y que también se escuchó en numerosas ocasiones durante las narraciones de Unión Rayo. Este grito es fruto de las grandes actuaciones que Isma Gil ha cosechado en cada uno de los años que ha representado al Rayo B desde que debutara en el 2007/2008. El cancerbero siempre ha demostrado grandes cualidades. Su falta de altura le hacía 'flojear' en el juego aéreo, pero se compensaba con sus reflejos, su agilidad, sus estiradas, sus 'mano a mano', su capacidad para jugar con los pies, su serenidad y carácter sobre el césped, y la 'suerte' de aparecer en momentos clave.

Todos estos atributos son fruto de sus trabajo, de su actitud, de su humildad, que seguro seguirá teniendo allá donde vaya. No ha podido quedarse en el club a pesar de haber entrenado parte de la temporada con el primer equipo, de haberse sentado en el banquillo, de completar buenas actuaciones en amistosos o de las ganas de Jémez de darle una oportunidad. Cobeño aún tiene un año más de contrato, el club quiere un portero titular, quizá un paso muy grande para Isma desde Tercera División, y han decidido no dejarle como tercer portero una campaña más.

Este miercoles en su mensaje de despedida dejó claro, que tampoco había dudas, de su pasión por el Rayo. Dio las gracias a la gente del club, a compañeros, aficionados, amigos y familia. Uno de los días más tristes de su vida como franjirrojo, el guardameta tiene claro que volverá a la franja: "No es un adiós, es un hasta luego".

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