Leo Baptistao (26/8/1992) vuelve a la que fue su casa tras una temporada bastante difícil en lo personal para el brasileño tras vivir dos etapas complicadas: la falta de minutos en el Vicente Calderón y el descenso con el Betis. Sin embargo, el brasileño vuelve con las pilas cargadas en busca de convertirse en uno de los jugadores punteros de la Liga BBVA.

El delantero nacido en Santos no se ajusta al estándar de atacante brasileño. Frente al gambeteo y el malabarismo, Leo muestra su verticalidad por bandera. Su manera de encarar al rival, su gran zancada y su elegancia en el control del balón son uno de sus principales atributos. Además, su facilidad para adaptarse en todas las zonas del ataque le convierten en un auténtico comodín para sus entrenadores.

Técnica y físico a raudales. Su 1,81 m le convierten en un delantero espigado con una agilidad tremenda. Tiene uno de los mejores cambios de velocidad de la liga BBVA. A esta agilidad se le suma también una técnica depurada, tiene buen tiro y visión de juego pero donde más resalta es en su conducción del balón.

Un jugador al que no le han regalado nada, comenzó hace tan solo seis años a jugar al fútbol once y ha conseguido hacerse un hueco en el panorama internacional. Además ha sufrido bastantes lesiones de clavícula y aun así ha conseguido levantarse una y otra vez para hacer lo que más le gusta: jugar al fútbol.

Comienzos de película

La trayectoria de Leo no es como la de la mayoría de las estrellas brasileñas que, poco a poco, van dándose a conocer por los medios de su país y van siendo ojeados por los mejores equipos en Europa. El nuevo jugador del Rayo Vallecano comenzó a jugar al fútbol sala a la edad de cinco años, con su gran amigo y rival del FC Barcelona, Neymar. Mientras que el nombre de su compatriota iba subiendo como la pólvora, Leo no comenzó a jugar al fútbol once hasta los quince años.

Un año después, Leo Baptistao aprovechó que un amigo de su padre tenía contactos con uno de los ojeadores del Rayo Vallecano y consiguió que le hicieran las pruebas. Tras conseguir fichar por el club vallecano y comenzar a llamar la atención de los juveniles del Atlético de Madrid o del Villarreal entre otros, la mala suerte se cernió sobre el brasileño tras caer enfermo por una hepatitis que le obligó a volver a su tierra donde fue tratado. Al volver, no se le pudo hacer ficha con el juvenil del Rayo Vallecano y tuvo que marcharse cedido al San Fernando de Henares.

Ya en 2010 formó parte del equipo juvenil del Rayo Vallecano en división de honor junto a Lass Bangoura. En la temporada siguiente realizó la pretemporada con el primer equipo del Rayo Vallecano pero Sandoval no contó con él y finalmente debutó en 2ºB. Otra vez, la mala suerte sobrevoló sobre el brasileño, ya que una lesión de clavícula y una posterior recaída le hace no tener continuidad y no gozar de minutos. No parecía tener un futuro demasiado bueno debido a las lesiones, pero de repente apareció Paco Jémez.

magen: Mario Cortijo - VAVEL

Paco Jémez, su gran valedor

Comenzaba la temporada 2012/2013 y Leo Baptistao se preparaba para realizar la pretemporada por segunda vez consecutiva con el conjunto de Vallecas. Pero esta vez tuvo un final distinto, el entrenador Paco Jémez quedó encandilado por la verticalidad, calidad, velocidad y rigor táctico de este joven jugador y comenzó a entrar en sus planes durante toda la pretemporada.

Tal fue el efecto de Leo Baptistao en el técnico cordobés, que en la segunda jornada de liga ante el Betis salió por primera vez en el once franjirojo. Lejos de arrugarse, el jugador brasileño dio un auténtico recital de correr con y sin balón, de regates y de una gran visión de juego y además asistiendo y marcando en su primer partido como profesional en primera división.

Toda esa temporada se mostró como uno de los principales baluartes ofensivos del conjunto vallecano. Disputó 28 partidos de liga, anotando 7 goles y se convirtió en el jugador revelación de la liga BBVA, algo que no pasaría en balde para el Atlético de Madrid, su siguiente destino.

Año complicado con final agridulce: campeón y descendido

Cuando comenzó la temporada el brasileño con el Atlético de Madrid, nadie esperaba que Leo, al final de temporada, sería el primer jugador en la historia en quedar campeón de la Liga y descendido a segunda división a la vez.

Imagen: Jaime Del Campo - VAVEL

Durante los dos primeros meses de competición el delantero gozó de bastantes minutos con el Atlético de Madrid. Tenía la confianza del Cholo Simeone y llegó a debutar en la Champions League marcando un gol. Sin embargo, llegó diciembre y con este mes el gran interés de un débil betis en el brasileño.

Simeone, sabiendo que los minutos de Leo se habían ido diluyendo poco a poco, decidió dar por buena una cesión para que Leo pudiera de gozar de muchos minutos en un equipo que se jugaba la salvación. Y los minutos que jugó lo hizo muy bien, se convirtió en uno de los jugadores en los que se agarraba la afición verdiblanca para evitar un descenso inevitable. Paradójicamente, Leo se convirtió en descendido y campeón de liga en un mismo fin de semana.

Meses después de una temporada difícil, Leo vuelve a la que fue su casa, en la que jugará en un Rayo Vallecano que ha realizado un esfuerzo muy grande por tener un equipo competitivo esta temporada. Un equipo en el que, el jugador nacido en Santos, será su guinda del pastel.