¿Cómo pueden sobrevivir los vallecanos un fin de semana sin fútbol? Con una victoria el viernes. Con esta sencilla respuesta encara el conjunto de Paco Jémez una nueva jornada en la que no les sonríe el horario. No será, a priori, tan sencilla de llevar a cabo la ecuación propuesta, porque los chicos de Víctor Fernández transportan una escalera a Madrid. Una escalera que solamente tiene escalones hacia arriba. El Rayo pretende voltear la trayectoria de ese ascenso, frenándolo en seco en un feudo que siente como tierra extraña. A pesar del calor que le brinda su estadio, el Rayo no consigue ser profeta en su hogar en esta temporada. Sin embargo, año nuevo, vida nueva y, por extensión, con el inicio de vuelta cumplimentado la pasada jornada, el equipo local tendrá la oportunidad de hacer norte del sur.

A un palmo en la clasificación

Con los dedos de una mano se cuenta la distancia entre Rayo y Deportivo en la tabla clasificatoria. Exactamente cinco. El Deportivo, pidiendo perdón por la brutalidad de la metáfora, querrá amputar tres de ellos en el Estadio de Vallecas. La primera vuelta deparó desigual suerte para los rivales que el viernes alzarán la espada: el Rayo consiguió 23 puntos (16 de ellos fuera de casa), mientras que el Dépor alcanzó 17 tesoros, 11 de ellos guardados a buen recaudo en Riazor, donde nadie los pudo robar. En la jornada que abría la segunda vuelta, los pupilos de Jémez claudicaron, como tantos otros antes, en el Calderón. Al menos les quedó la actitud. Mientras tanto, en esa misma jornada, los gallegos recibieron a un Granada con nuevo entrenador, mal presagio en tierra de meigas. Al final, un empate tras un encuentro apasionante que vino a satisfacer ambos egos, aunque no tanto los casilleros de dos equipos caninos de puntos.

Entre Rayo y Deportivo se interponen antes de su partido los dos equipos vascos (Real Sociedad y Athletic), dos respectivos vecinos (Getafe y Celta) y un ascendente Córdoba. Una supuesta victoria visitante auparía a los blanquiazules a la misma altura que sus paisanos celestes, siempre en espera de que estos disputaran su choque frente a los cordobeses. Por el contrario, si fuera el Rayo el que se quedara con el éxito, esos tres benditos puntos le harían empatar con el Espanyol, antes de que los catalanes visitaran el siempre difícil Sánchez Pizjuán. También les acercarían mucho al Eibar, que recibe a todo un Atlético de Madrid, herido y furioso por su eliminación en Copa del Rey.

Cruce de franjas

Al Rayo le toca ganar. Eso dicen sus estadísticas, las cuales van montadas en una montaña rusa constante. Sus últimos partidos en Liga se han saldado con derrota, victoria, derrota, victoria, derrota y... despejen la incógnita. Además, es más esperanzador este ascensor de puntos que la mejoría que ha experimentado el conjunto de Víctor Fernández, la cual no se ha visto demasiado reflejada en su marcador. Hay que remontarse a cuatro jornadas atrás, cuando el Deportivo logró imponerse en Riazor al Athletic Club en un partido muy gris. Desde entonces, dos empates contra los dos últimos clasificados, Levante y Granada. Necesita mejorar.

Según la lógica presente, el Rayo debería ganar. Según el crecimiento exponencial de juego del Deportivo en las últimas jornadas, el visitante debería vencer. Pero según la menos, el resultado debería ser empate. Al menos así ha sido históricamente entre dos equipos que nunca se han visto las caras fuera de la competición doméstica de primer orden. Ni se cruzaron en Segunda División, ni jamás se enfrentaron en Copa del Rey. Y en Liga, los números llaman a las tablas. De las 19 ocasiones que se disputó un choque entre ellos, en diez (53%) la moneda cayó de canto. En seis (31%) del lado coruñés y en las restantes ocasiones (16%) se impuso el Rayo. El colmo de la igualdad se encuentra si se reduce la estadística a los encuentros acogidos por Vallecas. Allí, los nueve partidos se dividen en tercios completamente iguales entre los tres resultados de la quiniela.

Una sonrisa para despedir a Wilfred

El Rayo está de luto y más si cabe su entrenador. Paco Jémez fue compañero y amigo del recientemente fallecido Wilfred Agbonavbare, guardameta del Rayo Vallecano durante seis años. El canario ha tenido palabras cariñosas para el recuerdo de un peregrino que caminó junto a él en los años noventa: “Wilfred se merece mucho más que una victoria, era una de esas personas que no tenía que haberse muerto nunca”.

Así abría Jémez la rueda de prensa, dando prioridad a lo importante. Solo después de ese beso al cielo, analizaba la situación del equipo en casa, la cual empieza a desesperar en Vallecas, aunque no preocupa al técnico: “Hay que analizar las cosas en global, estamos en una posición en la que no debería haber ningún problema. Los resultados en casa no son los que esperábamos, pero los puntos son iguales dentro que fuera”. Deja entrever cierta molestia por la desconfianza hacia los suyos: “Somos trabajadores, llegamos hasta donde llegamos. Lo único que pedimos es que se nos deje trabajar tranquilos, la presión ya nos la metemos nosotros mismos”.

Aparte de reflexionar sobre varios temas, como acostumbra, Paco Jémez centró su atención en el rival del viernes: “Es un equipo que anda buscando su camino, sale a ganar, a mejorar su situación y cuando tiene su día bueno es peligroso”. Para intentar frenarles, declara que “intentarán no dejarles jugar”. Resume con una sentencia: “Es un partido muy importante, porque nos puede dar una situación cómoda para afrontar lo que viene”. En breves momentos, podréis leer la rueda de prensa completa en VAVEL.com.

Vestidos de cordero

El Deportivo quiere prestar la fama de favorito al Rayo, mientras sean ellos los que se lleven los tres puntos de Vallecas. De ese discurso ha participado su entrenador, Víctor Fernández: “El Rayo es un equipo que lucha por el todo o nada y eso es una virtud, la especulación no está en su diccionario”. Un paso más allá, añade que el Rayo, de los equipos que luchan por no descender, es “el mejor con diferencia”. Y en ese regalo de halagos, el técnico del Deportivo se sobrepasa una pizca quizá al añadir: “Si quitamos al Madrid y al Barcelona, el Rayo es el equipo que mejor representa el juego combinativo”.

Tras la sacralización del rival, los humaniza en su propia búsqueda de éxito: “Tenemos que jugar muy bien para ganar, es un partido en el que debes dominar perfectamente las dos áreas, tienes que ser fuerte y tener paciencia”. Además, reconoce algo que se está convirtiendo en mantra de los rivales de los vallecanos: “Es muy difícil discutirle la pelota al Rayo”.

Convocatorias

Paco Jémez escondió sus cartas hasta el viernes por la mañana y dio finalmente la convocatoria el mismo día en que se juega el encuentro frente al Deportivo de la Coruña. La lista sorprende por las ausencias de Fatau, titular en el Calderón, y de Quini, quien apuntaba al once titular por la vuelta tras lesión de Tito, que de esta manera tiene casi asegurado ser de la partida. Tampoco estarán Licá ni Amaya, aunque para compensar el descarte del luso vuelve a la convocatoria el máximo goleador vallecano, Leo Baptistao. En definitiva, la lista es: Toño, Álvarez; Tito, Ba, Castro, Morcillo, Insúa; Baena, Jozabed, Trashorras, Aquino, Moreno, Embarba, Pozuelo, Kakuta, Bueno; Baptistao, Manucho.

En el otro banco, Víctor Fernández no podrá contar ni con Fariña, debido a su expulsión en la jornada anterior, ni con Helder Postiga, baja por lesión. Asimismo, prescinde voluntariamente de Wilk, polaco que llegó a instaurarse como titular en la medular. Por lo tanto, los elegidos son los siguientes: Fabri, Lux; Manuel Pablo, Laure, Insúa, Sidnei, Lopo, Luisinho, Juanfran; Bergantiños, José Rodríguez, Juan Domínguez, Medunjanin, Borges, Lucas Pérez; Cuenca, Cavaleiro, Toché, Oriol Riera.

Posibles alineaciones

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Sobre el autor
Sergio  Vicente Z.
Graduado en Filología Hispánica. Máster de Profesorado. Apasionado del fútbol y de las letras. Adoro cuando se juntan. Prefiero las buenas intenciones que acaban en fracaso que el éxito basado en las malas.