"Hasta el rabo todo es toro", en fútbol quiere decir: "hasta que no pite el final el árbitro, todos los goles suben al marcador." En esa frase se ha basado el Leioa para conseguir una victoria vital hoy en Vallecas. El Rayo B completa una vuelta entera sin ganar como local, ya que la última victoria la consiguió el 26 de octubre contra el Socuéllamos, equipo que visita la jornada siguiente.

Todo empezaba perfecto para el Rayo B, porque en el minuto 5 Alex Fernandez enviaba a la portería de Bernardo una bola muy bien movida por Isra. La primera media hora fue un monólogo rayista, con varias ocasiones para la franja, la mayoría obra de Campillo. Tuvo dos muy claras. La primera, una mediochilena en la frontal del área pequeña que despejó el guardameta y la siguiente, un remate raso que despejó bajo palos un defensor del equipo norteño.

En la siguiente jugada, el balón se le quedó botando a Gabilondo en el vértice del área y no dudó en soltar la pierna e introducir el esférico en la escuadra izquierda de la portería defendida por Alex Campos. Era un jarro de agua templada casi fría para los locales, que aún así no dejaron de intentarlo y siguieron avasallando el área del Leioa. Alex Fernández, Isra, Rubén Ramiro y Campillo tenían mucha movilidad y complicaban continuamente a la defensa del Leioa, pero el gol no acabó de llegar y se alcanzó el descanso con empate.

Cambios vitales

En el descanso David Movilla introdujo a Diakité para fortalecer su centro del campo y, mediado el segundo tiempo, Mariano Madrid retiró a Toni para buscar ser más ofensivos. Si al inicio de la segunda mitad el Rayo empezó a ceder terreno, este cambio fue definitivo para que el equipo local y el partido perdieran su esencia. El Rayo B perdió la batalla en el centro del campo y sólo se vieron pelotazos que no favorecía a la franja.

Se empezaron a ver oportunidades para ambos equipos y, si en el primer episodio fueron los franjirrojos superiores, los azulgranas lo fueron en el segundo. Cada uno a su manera, buscaron el gol con insistencia. Poco a poco, el Rayo pasó de tener miedo a ganar a tenerlo en perder, lo que la experiencia del Leioa convirtió en gol. En el minuto 92 Alex Alonso se hacía un lío en la salida de balón y Yurrebaso robó y picó por encima de Alex Campos para poner el 1-2 y cerrar los 3 puntos dirección País Vasco.

Yin y yang

El sol y la sombra. Los vascos piensan en positivo y los madrileños en muy negativo. El Leioa acumula 2 victorias consecutivas y respira fuera de los puestos de descenso, aunque sigue metido en la pelea. Quien también lo está, y de lleno, es el Rayo Vallecano B, que no consigue cerrar sus partidos en casa y se sitúa en la decimonovena posición. Los jugadores franjirrojos acabaron desolados, algunos incluso llorando, pero conscientes de que la permanencia depende de ellos. El que se mostró más feliz en el bando visitante fue el míster, que celebró con los suyos la victoria camino a los vestuarios.