Cuando Paco Jémez habla, pocas veces se equivoca. Tras el partido contra el Almería, el técnico franjirrojo aseguró que “a pesar de la victoria el equipo no jugó bien”, por lo que si continuaban en esa línea el Rayo Vallecano tendría muchas dificultades para sacar puntos en las jornadas que le restan. Esto es lo que sucedió en la primera mitad en el Sánchez Pizjuán, el conjunto de Vallecas salió dormido, no presionaba y perdía balones que parecían imposibles.

Unai Emery apostó por las rotaciones. Dentro de lo normal, tras el cansancio acumulado en el partido de cuartos de la Europa League y que la próxima jornada es entre semana. Siete fueron los cambios que había en su once inicial. Pero esto no fue excusa para los sevillistas que salieron con el cuchillo entre los dientes. Presionaron, robaron y marcaron.

Ambos equipos realizaban transiciones muy rápidas y creaban peligro en los primeros compases del encuentro

Trémoulinas avisó en el minuto 3 del partido y estuvo a punto de sorprender a Toño tras enganchar un rechace. Dos minutos después fue Kakuta quien disparó a la escuadra de la portería rival, pero Sergio Rico sacó una mano prodigiosa para sacar ese balón. Ambos equipos realizaban transiciones muy rápidas y creaban peligro en los primeros compases del encuentro. La tarde del domingo se preveía divertida en el Sánchez Pizjuán.

Sin embargo, el Rayo Vallecano estaba cometiendo los mismos errores que ante el Almería: numerosas imprecisiones en pases que se antojan sencillos.

La lesión de Amaya

Alcanzado el minuto 12 del encuentro, Kevin Gameiro ya estaba dando quebraderos de cabeza a la defensa franjirroja. Amaya salvó una ocasión muy clara sacando el balón limpio. El partido de Antonio Amaya, que ha ido de menos a más a lo largo de la temporada, acabó en esa jugada. Sintió molestias y tuvo que ser sustituido por Morcillo.

Paco Jémez volvió a acertar. El Rayo Vallecano regalaba balones y llegaba tarde a todos los balones. Con las cosas así, en el minuto 15, Toño realizó la primera parada de las muchas que ejecutaría durante el encuentro. En la siguiente jugada, llegó el primero tanto del partido de la mano de Iborra. Banega se la puso en profundidad para Diogo, que se incorporaba por la banda derecha, y este se la dejó a placer para el centrocampista valenciano.

El conjunto franjirrojo intentaba hilar jugadas largas y al primer toque, pero fallaban en el último pase o a la hora de finalizar. Los hombres de Paco Jémez gozaron de escasas ocasiones en los primeros 45 minutos del partido. Estaban probando su propia medicina: presión asfixiante del Sevilla dificultando la salida de balón de los visitantes.

Rondaba el minuto 26 cuando Toño decidió que no iba a dejar que Kevin Gameiro y Denis Suárez perforasen su portería. Anuló todas las ocasiones de las que disfrutaron ambos jugadores del Sevilla. Salvó a su equipo de la que podría haber sido una goleada. A partir de este momento, el Rayo Vallecano comenzó a aparecer y puso en apuros la portería de Sergio Rico. Sólo faltaba la puntería de cara al gol.

Un hombre a destacar en el partido es Iborra que ha logrado anular el lado creativo de Trashorras, ha realizado sus tareas defensivas y se ha incorporado al ataque con mucha facilidad. Es un todocampista.

Minutos antes de acabar el primer tiempo, el cancerbero franjirrojo volvió a sacar un balón a Kevin Gameiro. Aunque en la siguiente jugada llegó el segundo tanto del equipo local. Denis Suárez, desde la línea de fondo, puso la pelota en el lugar exacto para que Carriço cabecease. Puso la pelota donde Toño no pudo hacer nada y amplió la ventaja en el marcador. El Sevilla estaba siendo claramente superior.

El Sevilla bajó el ritmo

En la segunda mitad se vio un partido completamente diferente desde el pitido del árbitro. El Rayo Vallecano salió a jugar de la única manera que sabe y que realmente le ayuda a sacar los partidos adelante. Así, en el minuto 50, Krychowiak se marcó en propia puerta en un intento de despejar el balón. Pero finalmente la jugada fue anulada porque Abdoulaye estaba en fuera de juego y el árbitro interpretó que intervenía en la jugada.

Ambos equipos envueltos en un partido de ida y vuelta para placer de los aficionados que se acercaron al Sánchez Pizjuán. Intenso, rápido y, por momentos, eléctrico. En una de las contras sevillistas, Kevin Gameiro volvió a dar trabajo a Toño. Aguantó que Abdoulaye llegase, cambió de ritmo y se chocó con Toño. Otra vez y no sería la última.

Un partido intenso, rápido y, por momentos, eléctrico

El conjunto de Paco Jémez empezaba a soltar pinceladas de su mejor versión: tenían mayor fluidez y podían sacar la pelota jugada desde atrás. La presión del Sevilla en la primera mitad había disminuido considerablemente. Si el técnico canario reclama algo a sus jugadores es el hecho de recuperar las sensaciones perdidas desde el partido ante el Real Madrid. En los primeros quince minutos del segundo tiempo, los jugadores franjirrojos quisieron parecerse a lo que acostumbran.

Ambos equipos disfrutaron de grandes y claras ocasiones. Unos para sentenciar el partido y otros para imprimir un poco de emoción. El balón no quiso rozar el interior de ninguna de las dos porterías. Si se ha desarrollado esta situación ha sido gracias a Toño. Si un jugador franjirrojo ha destacado por encima del resto ha sido Toño Martínez. A pesar de que su equipo no ha logado sacar puntos del Sánchez Pizjuán, el cancerbero ha salvado ocasiones muy claras.

El Rayo Vallecano no logró marcar ningún tanto en su visita a Sevilla, pero no fue por no tener voluntad y querencia. Una de las características fundamentales del equipo de Paco Jémez es que da igual cual sea el resultado que indica el marcador. Siempre se debe cuidar el balón y jugar para disfrute del espectador.

El conjunto franjirrojo está más cerca de la salvación matemática a pesar de esta derrota porque ya quedan menos jornadas por disputar. Ese es su objetivo. En la primera vuelta de la competición doméstica el Rayo Vallecano logró más puntos a domicilio que en casa. Ahora su idilio con la victoria en casa de sus rivales le ha dado la espada.