Noventa minutos de poco fútbol. Noventa minutos de intensidad sin inteligencia. Noventa minutos de desorden. Noventa minutos de desastre. El encuentro mañanero del domingo enfrentó a dos equipos a los que les sentó mal el madrugón, algo que se vio sobre todo en la segunda parte. Sólo ha servido para despertar casi por completo del sueño de Europa -lejano, pero sueño- a ambos conjuntos.

El partido comenzaba con el Espanyol llevando el mando del partido. Tras cinco minutos de prueba y de medición por parte de ambos equipos, el equipo catalán adelantaba sus líneas para cerrar al Rayo en su área. Caicedo remataba de volea desde la frontal tras una gran jugada de Sergio García para poner el miedo en el cuerpo por primera vez a los vallecanos. Era el capitán el que remataría desviado en los minutos siguientes en dos ocasiones, algo que remarcaba más aún el dominio espanyolista de los primeros minutos.

En el 15 llegaría la mejor jugada de la primera mitad para el equipo local. Arbilla lanzaba de falta tras manos de Trashorras. La parábola de Anaitz era casi perfecta, y el balón impactó en el larguero. El rechace le llegaba al propio lateral, que remataba esta vez buscando la base del palo izquierdo de Toño, que envió el balón a córner con una gran parada. Después de esto, el Rayo empezó muy progresivamente a ganar terreno.

Tanto va el cántaro a la fuente...

...que te marca el equipo contrario. En el minuto 29, después de varios intentos defectuosos del Rayo, Insúa se internaba por medio campo, hacía una pared con Bueno, y el argentino superaba a Kiko Casilla y ponía el primero para el Rayo. Prácticamente sin haberlo merecido, el equipo de Paco Jémez se adelantaba a un Espanyol que no se rindió. Era, por cierto, el primer gol de Emiliano Insúa con el Rayo.

Los quince minutos restantes iban a ser los menos entretenidos de la primera mitad. El Rayo parecía conformarse con ese resultado y no buscó de ninguna manera un segundo tanto. El Espanyol sí que lo intentó, pero sólo inquietó a Toño con un lanzamiento lejano de falta de Lucas Vázquez que el alicantino repelió en el palo corto. Volvía a erigirse, otro partido más, como el héroe del Rayo Vallecano. Con ritmo lento se llegaba a tiempo de descanso.

Cataclismo

El segundo tiempo confirmaba el desastre. Pocos párrafos para redactar unos 45 minutos que pasaron prácticamente sin pena ni gloria por el césped de Cornellá-El Prat. Hasta el minuto 75 ni Espanyol ni Rayo se acercaron con peligro al área rival. Además, hubo numerosas interrupciones por golpes o molestias de jugadores de ambos equipos.

El Espanyol empezó a apretar en busca del empate. Sergio García se topaba con Toño, que fue el que mantuvo al Rayo hasta el gol blanquiazul. Los franjirrojos intentaban salir al contraataque para cerrar el partido, pero los balones siempre acababan en pies periquitos. Con todo el Espanyol volcado, sólo faltaba tiempo y paciencia para que llegara el empate por parte de los de Sergio González.

Y así fue. Un balón mal repelido por la defensa franjirroja le cayó a Héctor Moreno en la línea de 3/4. El mejicano centró en busca de Stuani, pero ni el uruguayo ni el guardameta Rayista se hicieron con un balón envenenado que terminó en las redes del Rayo Vallecano. El gol se le apuntó al defensa. El Espanyol empataba y se automotivaba de cara a los últimos minutos. El Rayo dio el empate por bueno a medida que el partido llegaba a su fin y sólo apretó en los minutos de añadido. Los catalanes, por su parte, no volvieron a crear peligro.

El partido llegaba su fin con la jugada tonta de la jornada. Cañas cortaba un contraataque con falta a Licá y se llevaba amarilla. En la misma acción, por protestas, recibía la siguiente amarilla y la consiguiente expulsión. Casilla atrapó el saque de esa falta y final. Y mejor. El cansancio pudo ser el motivo de que ambos equipos no demostraran lo que se esperaba de ellos. Partido sin quilates, partido sin fútbol, partido desastre que no encontró quién le gobernara.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Toni López
Periodismo en la URJC en Vicálvaro. Moviéndome por Radio Marca y Unión Rayo, antes por COPE, ABC Punto Radio y Radio 21. Amante del deporte en general, fútbol y fútbol sala en particular. Practicante cuando me dejan. Periodismo como vocación. Gracia cordobesa y orgullo madrileño.