Terminó una temporada para el Rayo Vallecano en la que se han disputado 40 partidos, contando más derrotas que victorias, aunque lo importante es que se consiguió el principal objetivo de la permanencia cuando aún quedaban semanas para el cierre de la competición. Quizá si la temporada liguera durara dos partidos más, el Rayo hubiera conseguido la ansiada séptima plaza que daba posibilidad de jugar la Europa League, pero habrá que esperar algún año más para que se cumpla ese utópico sueño de Paco Jémez de ver como un equipo grande y europeo al Rayo, a su Rayo.

Primera vuelta equilibrada

La filosofía del técnico canario es imposible inculcársela a todos los jugadores en pretemporada, poco tiempo disponen él y el cuerpo técnico para hacerlo. Esto viene provocado por las múltiples bajas que se causan en la entidad franjirroja en el mercado de fichajes de verano. Muchas salidas y muchas llegadas hacen que cada año se empiece prácticamente de cero. Es por ello que se complica la llegada de resultados de buenas a primeras. En ocasiones sí lo hacen, pero el buen fútbol que caracteriza a la franja siempre tarda más en llegar, por ello emplean parte de la temporada para dar con la tecla. Una vez que se da con esa tecla los buenos resultados no tardan, además suelen venir acompañados´de buen fútbol.

El cuadro vallecano se estrenó contra un rival grande para demostrar bien las impresiones con las que se empezaba la temporada. Uno de los derbis madrileños de la Liga BBVA, frente al Atlético de Madrid dejaron la mejor de las sensaciones. Un empate a cero supo a poco por lo que ocurrió en algunos tramos del partido. Lo más destacado del encuentro fue el juego y las actuaciones de jugadores como Aquino que, aunque a lo largo de la temporada no despuntase tanto, en este encuentro lo hizo.

Pero esto eran simplemente sensaciones, hasta la jornada cinco no se encontraron con su primera victoria en la temporada. Un empate 'in extremis' en el último minuto por un fallo de Abdoulaye Ba en Riazor; dos derrotas: una en casa frente a Elche dando mala imagen, y en El Madrigal contra el Villarreal, dejándose remontar un 0-2. Estos tres resultados dejaron entreveer que lo que sucedió frente al Atlético fueron simplemente sensaciones. Jémez no daba con la tecla de la victoria, hasta que llegó la primera victoria en la jornada cinco. Fue frente a los Leones del Athletic Club, con dos goles de Leo Baptistao que remontaron el partido en Vallecas. No era una simple victoria porque se había conseguido en casa, y eso dio fuerza para ganar el siguiente partido.

Fue como visitante frente al Levante. Jémez encontró la tecla que le faltaba para ordenar sus esquemas, aunque, con esa tecla, consiguió vencer en tan solo dos jornadas. Todo iba bien hasta que les tocó recibir al FC Barcelona en el Estadio de Vallecas. Demostraron su superioridad y en dos minutos en la primera parte se llevaron el partido. El conjunto azulgrana pasó de estar empate a cero a estar dos goles por encima en el marcador en dos 'pestañeos'. La derrota no sentó mal en Vallecas, conscientes de lo difícil que es sacar puntos al que era por aquel entonces aspirante al título. Se quedaron con las cosas buenas del partido, que le servirían para conquistar Los Cármenes de Granada en el último minuto. Este fue uno de los partidos que salvó el delantero angoleño, Manucho.

La jornada nueve fue el primer 'palo' que recibirían en la temporada los franjirrojos. Su visita a La Rosaleda fue un golpe muy duro para los estados de ánimos de los futbolístas. Una contundente derrota por 4-0 acabó con las buenas sensaciones de partidos anteriores. Además, frustraría los próximos dos partidos para los vallecanos, ya que ambos acabaron con derrota. Una dura y polémica en casa frente al Eibar y otra aplastante frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu ponían en un compromiso al cuadro madrileño. En el primero de estos dos se pudo sacar algo muy positivo, cuando iban perdiendo por dos goles, los jugadores no bajaron los brazos y consiguieron empatar el partido en dos minutos, aunque luego lo perdieran. El segundo de estos dos fue más esperado, ya que es un rival muy superior y cuentan con mejores jugadores.

El Rayo se puso a dos puntos del descenso. Una victoria frente al Celta de Vigo en casa despejó la mala racha y le alejó de la zona roja de la clasificación. Además les dio confianza y motivación para conquistar el campo Juegos del Mediterráneo de Almería. Cabe destacar que ambas victorias se produjeron por la mínima. Los siguientes tres partidos no eran nada fáciles para sumar puntos: el Sevilla en casa, Mestalla y el Espanyol en Vallecas, el más 'asequible' para sumar puntos. Pero el cuadro rayista entró en la dinámica de la que salió partidos anteriores y volvió a sumar tres derrotas. Así se puede definir esta primera vuelta, como una 'montaña rusa'. A pesar de estas estos malos resultados, seguían sin entrar en los puestos peligrosos de descenso.

Los últimos tres partidos de esta primera vuelta eran 'fáciles' para los rayistas: Coliseum, Córdoba en casa y Anoeta. Para sorpresa de todos, consiguieron cosechar las victorias fuera de casa, ambas por la mínima, y perdieron, también por la mínima, en casa frente al colista de la Liga. Cabe destacar que los blanquiverdes pasaban por su mejor momento de la temporada por aquel entonces.

La 'montaña rusa' de la primera vuelta dejó buenas rachas de victorias, malas rachas... pero la sensación de buen fútbol y, lo más importante, Jémez había conseguido dar con la tecla y sólo quedaba cosechar mejores resultados en la segunda vuelta. 23 puntos dejaron en el primer tramo, puntos acorde con el cuadro de Jémez ya que en ningún momento estuvieron en descenso, pero tampoco estuvieron en puestos que daban opciones a Europa. Estos puntos les garantizaba que si firmaban un segunda vuelta medianamente bien, conseguirían cerrar antes la permanencia, principal objetivo en Vallecas.

Con ganas de más Copa

Los madrileños afrontaban la Copa con ilusión, con ganas de hacer algo importante en la misma. No corrieron mucha suerte en el sorteo. El Valencia sería el rival de dieciseisavos de final. Uno de los peores que le podían tocar a los vallecanos en esta Copa del Rey, ya que disponían de mejor plantilla. Pero era el mejor momento para que los 'menos habituales' de Jémez demostrasen que eran dignos de contar con ellos más de lo que estaban haciéndolo antes para el técnico. Así fue, a jugadores como Álex Moreno, Jozabed, Nacho Martínez, Pozuelo y Embarba les permitió contar con más presencia para Jémez, gracias a sus buenas actuaciones.

El partido de ida fue en Vallecas, el cuadro madrileño realizó una gran primera parte, incluso se adelantaron en el marcador por medio de Álex Moreno. Pero cuando apenas faltaban 20 minutos para que finalizara el encuentro, el Valencia dio la vuelta al partido. Alcácer, tras un tremendo fallo de Cobeño, empató el encuentro. Finalmente, cuando faltaban cinco minutos, Rodrigo de Paul marcó un golazo, después de dos avisos del propio jugador argentino. Los valencianos se llevaron el partido, pero las sensaciones que dejaron los vallecanos fueron mejores.

En la visita a Mestalla fue un partido de locos, muchos goles y muchas ocasiones. El técnico canario declaró que fue uno de los mejores partidos que había visto, a lo que la competitividad se refiere. Cabe destacar que este partido también trajo mucha polémica. Empezarían adelantándose los valencianos por medio de Alcácer. Pero, para asombro de todo Mestalla, los madrileños dieron por completo la vuelta al partido anotando tres goles en 18 minutos: Jozabed de cabeza anotó el empate; Pozuelo con un disparo potente desde fuera del área adelantaba a los suyos; y Jonathan Pereira ponía tierra de por medio, anotando en un mano a mano. Al delantero le anularon un gol legal previamente. Con este resultado se llegó al descanso y, por sorpresa de todos, los visitantes estaban en octavos de final, pero no estaba todo dicho.

Nada más empezar la segunda parte Morcillo se anotó en propia portería. Con ese gol seguían en octavos de final por el valor que toman los goles fuera de casa en las eliminatorias. Embarba volvía a poner más tierra de por medio en el marcador con su gol. Pero cuatro minutos después, Alcácer volvía a marcar. En esos momentos seguían clasificándose los madrileños. Hasta que llegó la polémica, Cristian Alvárez fue derribado dentro del área en la disputa de un balón aéreo y este quedó en el suelo. Esto lo aprovechó Rodrigo para empatar el encuentro y dar el pase a los ches. Pero hubo más polémica, porque en los minutos finales Baena fue derribado dentro del área, el colegiado no señaló nada, y justo después de esa jugada se llegó al final. Esta fue la despedida del Rayo Vallecano de la Copa del Rey, con la cabeza bien alta, poniendo las cosas difíciles a uno de los mejores equipos de la competición y con ganas de repetir algo parecido la temporada siguiente, aunque unas rondas más avanzado.

El claroscuro y el sueño europeo

No arrancó bien la segunda vuelta de la Liga. Tras la victoria en Anoeta por la mínima para cerrar la primera, se encadenaron tres derrotas consecutivas. En el Vicente Calderón, los fallos en defensa provocaron el 3-1 final. En la siguiente jornada, la 21, la negativa racha de local se prolongaría con los goles del debutante Celso Borges para el Deportivo de la Coruña (1-2). Enero acababa con tres derrotas de cuatro partidos, uno de los peores meses del año.

Aún quedaba una más en el primer partido de febrero. Otro rival directo por la permanencia como el Elche ganaba por 2-0 en uno de los peores partidos, también en cuanto a juego, de la temporada. Así lo hacía ver Paco Jémez en la rueda de prensa posterior. “Espero que este resultado sirva para que mis jugadores vean que pegándole para arriba también se pierde. No me gusta que nos tengamos que poner por detrás en el marcador para hacer lo que sabemos”.

El toque de atención parece que sirvió. Tras cuatro partidos perdiendo en casa y tres derrotas consecutivas, llegaría el triunfo para cortar ambas tendencias. Quizás llegó contra el rival menos esperado, el Villarreal, que poco antes había puesto en complicaciones a Barcelona y Real Madrid. Los goles de Alberto Bueno y Kakuta en la segunda parte hicieron vivir una noche mágica en el barrio de la franja.

Febrero acabaría repitiendo la secuencia. Derrota fuera de casa y victoria como local. Se cayó primero en San Mamés de manera dolorosa. Primero por la lesión de Toño -una más- y segundo porque el tanto de Aduriz (quien dejaría a Bueno sin el Trofeo Zarra al máximo goleador nacional) llegó en el minuto 87. Para lamerse las heridas producidas por los leones, Alberto Bueno firmaría la tarde perfecta en la jornada 25. El joven Mariño recogió hasta en cuatro ocasiones el balón de sus redes en 17 minutos. Siempre por culpa del mismo francotirador: Alberto Bueno. El delantero madrileño firmó un póquer que daría la vuelta al mundo para dar los tres puntos al Rayo (4-2).

Marzo iniciaba con la visita al Camp Nou. Tras las victorias como local se afrontaría desde la undécima posición, con menos necesidad de puntos. Tras una buena primera parte en la que el Barça sólo pudo marcar en una jugada aislada, sucedió la previsible goleada en la reanudación. La segunda amarilla a Tito en el penalti que significó el 3-0 hundió definitivamente a los de Jémez. Bueno, de penalti, marcaría el de la honra tras los seis de los azulgranas.

Granada, Málaga y Eibar, víctimas consecutivas

Tras Barcelona, llegaría la mejor racha de victorias de la segunda vuelta con tres seguidas. Primero fue en casa ante el Granada (3-1) . El primer tanto de Embarba cerró un partido especial para Alberto Bueno que con su doblete se había convertido en el máximo goleador histórico del Rayo Vallecano en Primera con 26 dianas. El Rayo aprovecharía jugar dos encuentros seguidos en casa pues en la jornada 28 también fue local. Kakuta, en los primeros minutos de partido, lograría el 1-0 definitivo ante el Málaga. Y para cerrar el círculo de victorias, vencieron fuera de casa cuatro duelos después. Un Eibar en caída libre no supo mantener la ventaja del tanto de Arruabarrena y el Rayo remontó en tres minutos antes del descanso. Manucho y de nuevo Bueno harían que los puntos se escaparan de Ipurúa.

Tras ese 9 de 9 llegaba el turno de recibir al Real Madrid. Aquel día, en plenas dudas sobre la continuidad de Paco, la conexión afición-equipo vivió un capítulo de amor más. Los dos goles del equipo blanco en la segunda parte no lograrían olvidar el buen sabor de boca que dejaron los pupilos de Jémez en la primera parte y la afición despidió a los jugadores con una de las mayores ovaciones del año. Sin embargo, tantos elogios harían daño. En la jornada 31 llegaría la derrota más dura e inapelable en Balaídos. El Celta de Vigo remontaría el veloz tanto de Manucho, que marcó en el primer minuto de partido, con seis goles. Cuatro de ellos de Santi Mina y dos de un ex como Larrivey.

La reanimación del cadaver llegó en la siguiente semana. Amaya de cabeza y el único fichaje invernal, el venezolano Miku anotarían los tantos de la victoria ante el Almería. El delantero, que había tenido un conflicto mediático con Jémez años atrás, aprovechaba la lesión de Léo Baptistao para tener minutos como suplente de Manucho. Además, el venezolano firmaba el gol 700 del Rayo en Primera. Derrotado otro rival directo, el Rayo firmaba la permanencia de manera virtual y como pasaría antes del Camp Nou, pasaría las montañas del Sánchez Pizjuán, el Valencia y Cornellà-El Prat sin obligaciones. Dos puntos de nueve, entre las jornadas 33 y 35, darían al traste con muchas de las opciones europeas. El desacierto condenó al Rayo en Sevilla (2-0); el Valencia volvió a demostrar que ha sido la bestia negra esta temporada (dos empates y dos derrotas) en un partido conflictivo y que acabó con las expulsiones de Morcillo, Rodrigo y Paco Jémez; y en Barcelona, el mexicano Héctor Moreno empataba el inicial tanto de Emiliano Insúa y dejaba sin los tres puntos a los de Vallecas.

Ya habíamos entrado en el sprint final de la Liga. En las últimas cinco jornadas, de 15 puntos se obtuvieron 8 porque tras esos mencionados empates, llegarían las victorias ante Getafe y Córdoba. Por un lado, Manucho y Miku dejarían claro que el tercer equipo de Madrid es el Rayo. Después, en un Nuevo Arcángel que ya se sabía en Segunda, Baena y Embarba hacían llegar a los 49 puntos al equipo. Con esa cifra acabaría la Liga pues en la última jornada, la Real Sociedad tomó Vallecas (2-4) en el día de muchas despedidas. Entre ellas, la de Alberto Bueno que se iba dirección a Portugal con otro gol más, el 17º del campeonato, para los libros de Historia vallecana.

La undécima posición y los 49 puntos (los mismos que el décimo en la tabla, el Espanyol) reflejarían el trabajo del equipo durante la temporada. Un año en el que se contabilizaron 15 victorias y 4 empates, una vuelta entera sin perder. Acabando más cerca de los puestos de Europa League (a seis puntos del séptimo puesto) que del descenso (14). El Rayo Vallecano será un año más de Primera. La quinta consecutiva, la 17ª en la Historia. Como guinda al curso, la confirmación de que el proyecto continúa. A la renovación de Felipe Miñambres, se sumó la prolongación por una temporada más de Paco Jémez. Los arquitectos de la orquesta franjirroja continuarán en su complicado empeño de reconstruir una vez más al equipo.

Paco Jémez se reafirma

Comenzada la temporada 2014-2015, durante gran parte de la campaña, el equipo sufrió diversos altibajos encadenando rachas donde era difícil lograr un triunfo. Todo ello, dio como consecuencia que la figura de Paco Jémez fuese cuestionada en alguna ocasión. De hecho, a mitad de temporada, con los malos resultados conseguidos en casa, se habló sobre una posible salida del míster, pero después de conseguir la victoria en casa contra el Villarreal por 2-0, el técnico canario se volvió a sentir apoyado por parte de la directiva y el arrope de la afición se incrementó. Desde ese partido, hubo una vuelta de tuerca para el equipo. Se elevaron los resultados positivos en casa y se demostró que la confianza depositada en el míster no fue en balde.

Si la principal misión del Rayo desde comienzo de temporada es la de asegurarse la salvación para la próxima, Jémez y el equipo dieron la esperanza de creer en objetivos mayores, como el de superar la barrera de los 50 puntos e incluso colarse en Europa League.

De estar con un pie fuera a ser vital para el club

El empate contra el Valencia en la segunda vuelta aseguraba la permanencia matemática una temporada más, y se lograba cinco jornadas antes de acabar la Liga. Y aunque el sueño de entrar en Europa cada vez se truncaba más complicado, hasta el último partido de temporada no perdieron la esperanza de volver a superar los 50 puntos por segunda vez en la historia del club y también de hacerse con un octavo puesto, aunque finalmente no se consiguió.

Además, este año, Paco Jémez volvió a demostrar su confianza en la cantera. Adrián Embarba subió definitivamente a la primera plantilla para el comienzo de temporada y, sobre todo al final de la campaña, ha hecho ver que el técnico tuvo razón en su decisión de ascenderle al primer equipo. Pero además de Embarba, Pablo Clavería también tuvo la oportunidad de cumplir el sueño de jugar en primera, y contra un equipo como el Valencia, y en un campo como Mestalla. Curiosamente en ese mismo estadio jugó por primera vez en la máxima categoría Paco Jémez.

Aunque en las últimas jornadas se sospechaba que la decisión de Jémez de no seguir en el banquillo del Rayo sería definitiva, el canario sorprendió con la noticia, a final de temporada, de que renovaría al menos una temporada más. Y es paradójico, porque cuando ni medio año antes se hablaba sobre la decisión del club de cesarle, meses después los nervios se apoderaban del club ante la posible no renovación del entrenador canario. El anuncio de su permanencia un año más en el equipo madrileño, se recibía con alegría entre todo el club y aficionados.

Los números del Rayo

La forma más objetiva de conocer la temporada del Rayo es repasando las estadísticas del equipo. Una vez analizadas las dos vueltas, ¿cuál fue -según los datos numéricos- la mejor vuelta del Rayo Vallecano? ¿Al Rayo le fue mejor en casa o como visitante?

Victorias Empates Derrotas Puntos
Casa Fuera Total Casa Fuera Total Casa Fuera Total Casa Fuera Total
1ª vuelta 2 5 7 1 1 2 6 4 10 7 16 23
2ª vuelta 6 2 8 1 1 2 3 6 9 19 7 26
Total 8 7 15 2 2 4 9 10 19 26 23 49

La igualdad entre ambas vueltas es patente, aunque la segunda vuelta que comenzó en el Vicente Calderón fue más satisfactoria para los franjirrojos. Llamativo, aunque característico en los equipos de Paco Jémez, es el número de empates conseguido, siendo el tercer equipo con menos empates sólo por detrás de Real Madrid (2) y Barcelona (3).

El Rayo tiene uno de sus valuartes en la afición y, por lo tanto, en el Estadio de Vallecas. Como ya se ha analizado anteriormente, a mediados de temporada, el equipo rayista cambió su dinámica y, si al principio puntuaba como visitante y no como local, en la segunda vuelta fue prácticamente al contrario, y eso se ve reflejado en la tabla. La simetría entre la primera y la segunda vuelta y entre los resultados conseguidos en Vallecas y lejos del barrio es, a nivel grupo, lo más destacable de la temporada del Rayo.

Don Alberto Bueno y Don Roberto Trashorras

Protagonista de principio a fin en la temporada del Rayo. Alberto Bueno se quedó a un sólo gol de llevarse el Trofeo Zarra, que finalmente llevará el nombre de Aritz Aduriz. Las lesiones han evitado que Leo Baptistao pueda competir por ser el máximo goleador del Rayo. Sorprende que, después de 3 dobletes y un gol en 4 partidos de la primera vuelta, el italo-brasileño no haya marcado ninguno en la segunda. A destacar queda que el Rayo ha marcado un gol más en la segunda vuelta, y 6 más si miramos sólo los datos del campeonato liguero. Este es el total de 16 goleadores en la temporada rayista (entre paréntesis, goles en Copa del Rey):

Goleador 1ª vuelta 2ª vuelta Total
Bueno 6 11 17
Leo Baptistao 7 --- 7
Kakuta 3 2 5
Manucho 2 3 5
Embarba 0 (1) 3 4
Baena 1 1 2
Miku --- 2 2
Jozabed 1 (1) --- 2
Trashorras ---- 1 1
Amaya ---- 1 1
Morcillo ---- 1 1
Insúa ---- 1 1
Pozuelo 0 (1) --- 1
Alex Moreno 0 (1) --- 1
Jonathan Pereira 0 (1) --- 1
Rayo Vallecano 20 (5) 26 51

El otro Don en cuestión es Roberto Trashorras, que tiene el don de ser el jugador de la Liga BBVA que trata al balón con más cariño y respeto y, además, ser el jugador con más pases acertados de dicha competición. A pesar de ello, no todos sus pases han sido decisivos ya que sólo ha sumado 4 asistencias en la temporada, viéndose superado por un jugador estrella como lo es el francés Gaël Kakuta. (asistencias en Copa del Rey entre paréntesis)

Asistente 1ª vuelta 2ª vuelta Total
Kakuta 4 3 7
Trashorras 2 2 4
Bueno 2 2 4
Embarba 0 (1) 3 4
Licá 1 2 3
Aquino 2 --- 2
Tito 1 1 2
Insúa 1 1 2
Zé Castro --- 2 2
Leo 1 --- 1
Nacho --- 1 1
Manucho --- 1 1
Jonathan Pereira 0 (1) --- 1
Rayo Vallecano 14 (2) 18 33

Cuarenta partidos, 38 de liga y 2 de copa. En total, 15 victorias, 5 empates y 20 derrotas, sumando 51 goles a su favor y hasta 74 goles en contra. Está claro que ,para cumplir el sueño europeo, el Rayo Vallecano necesita darle la vuelta a este último dato de los goles y, para ello, es necesario formar un equipo lo antes posible. Con 13 fichas a día de hoy, Miñambres, Jémez y compañía van a tener mucho trabajo este verano para hacer del Rayo un candidato a los puestos nobles de la Liga BBVA.