Es un hecho. El juvenil del Rayo Vallecano ha hecho historia y estará por primera vez en la final de Copa del Rey. Los jugadores de Diego Merino sufrieron en A Madroa; y es que el Celta de Vigo se impuso en el descuento, pero el 3-1 de la ida sirvió para que los franjirrojos tuvieran su billete directo a Ceuta. Los chicos no quieren celebrar en exceso y piensan desde ya en el que será el partido de sus vidas, el próximo sábado a las 19:30 en el estadio Alfonso Murube de Ceuta.

El calor, la afluencia de afición local y la fe de los rivales fueron los tres grandes factores que el Rayo Vallecano tuvo en su contra en este choque en A Madroa. En este último partido de sanción para Diego Merino hubo un cambio significativo: La titularidad de Quique en lugar de Joni Montiel. El técnico extremeño reservó al joven delantero para ponerle sobre el verde en la segunda mitad, cuando el Celta apretó más. El acierto con los cambios en el ataque fue un factor importante para solventar la eliminatoria y conseguir marcar al menos un tanto que diera tranquilidad a los rayistas.

Un rival que fue de menos a más

Con el pitido inicial, fueron los rayistas quienes empezaron a llevar la batuta del partido. Los atacantes franjirrojos se pusieron manos a la obra para evitar una remontada local y Pep Biel tuvo una ocasión, que el guardamenta celeste sacó. En los primeros minutos, el Celta mostró poca intensidad, algo sorprendente teniendo en cuenta que A Madroa es un fortín para los gallegos, donde ha goleado en esta competición a Athletic Club de Bilbao y Real Sociedad. Con el paso de los minutos, los locales fueron despertando y teniendo sus primeras llegadas. El peligro no tardó en llegar y los rayistas sufrieron unos minutos de infarto.

El ataque franjirrojo comenzó a flojear y el Celta se hizo fuerte en el área rayista. Tras un centro de Adrián, Julio la tuvo por la banda derecha. La gran ocasión local llegó gracias a una contra en la que Yelko se internó por la banda derecha. Poblete intentó pararle, pero resbaló y fue Javi Ruiz quien evitó el tanto. Mientras tanto, el poco peligro que Shafa y Uche pudieron propiciar fue solventado con facilidad por la defensa local.

El rival iba ganando terreno y la tranquilidad visitante duró poco: Rocha marcó al filo del descanso internándose por la banda derecha, zona por la que llegaron la mayor parte de los ataques. El delantero chutó y el disparo sorprendió al portero rayista, que fue testigo de cómo el balón pasó rozando el palo. Los vallecanos necesitaban el gol de la tranquilidad; y a pesar de las ocasiones de Shafa no pudo ser. Tocó sufrir, como es habitual en el Rayo.

Cambios decisivos

En la segunda mitad, los de Diego Merino tuvieron más llegada, pero el Celta no se echó atrás y Yelko trajo de cabeza a la defensa rayista. Tocaba pensar en cambios y el banquillo franjirrojo se decantó por Joni Montiel y Franchu para poner el encuentro a su favor. Con el joven Montiel, el equipo ganó en llegada y de los pies del jugador argentino nacería un pase magistral que Juancho encajó en la red sin pensárselo dos veces. La balanza se equilibró, algo que favorecía al Rayo y dejaba al Celta sin final.

En ese momento el papel de Javi Ruiz y su defensa, en la que destacó Nico Cañizares, fue vital, evitando en muchos momentos que los gallegos dieran un susto. Y es que los celestes no pararon de pelear en ningún momento. Tanto es así, que en el descuento, Julio aprovechó un rechace para poner el 2-1. Victoria viguesa, sí, pero insuficiente. Era tarde para marcar un segundo y forzar la prórroga. El colegiado pitó el final y gracias al resultado de la ida fue el Rayo Vallecano quien se citó con el Real Madrid, en la que será una final de altos vuelos.

Una final madrileña

El Real Madrid es el otro finalista de la Copa del Rey Juvenil. Los blancos hicieron valer el 4-1 de la ida en el Alfredo Di Stéfano en Paterna, donde el Valencia ganó por 2-1. Madridistas y vallecanos son dos de los grandes equipos de su categoría. Los de Diego Merino ganaron la Liga en el descuento del último partido en Alcorcón, teniendo como gran perseguidor al conjunto merengue. Por otro lado, esta será la tercera final de Copa consecutiva para el juvenil del club blanco, quienes no guardan un grato recuerdo de la del año pasado. En aquella ocasión, su rival fue el Sevilla y los andaluces se proclamaron campeones en la tanda de penaltis. Así, el Real Madrid buscará desquitarse doblemente en el Alfonso Murube, por el rival y por la competición.