"Los sueños, sueños son." Eso decía un tal Segismundo en las manos de Calderón de la Barca. Y no pierde razón. Hay que permitirse el lujo de poner un pero a ese estupendo soliloquio: los sueños, a veces, se hacen realidad. Y, si no lo creen, pregunten al juvenil División de Honor del Rayo Vallecano. Campeones de liga en su grupo 5 sobre poniéndose al Real Madrid, semifinalistas en Copa de Campeones y merecedores y campeones de la Copa del Rey juvenil contra el propio club merengue.

Érase una vez un sueño

En el primer tiempo los dos equipos se decidieron a infartar a los espectadores con un ritmo muy alto, algo que tiene mucho mérito por ser el último partido de una larga temporada para ambos. Era el Madrid quien iba a avisar hasta en 3 ocasiones en los 10 primeros minutos gracias a llegadas de Borja Mayoral, de Lazo y de Borja Sánchez, este último estrellando el balón en el larguero tras superar al guardameta Javi Ruiz.

Pero el Rayo también quería demostrar que había viajado a Ceuta. Tras una gran jugada de Juancho la empalaba buscando la escuadra Shafa, aunque encontró nada más la primera ocasión de peligro para los suyos. Estos primeros 15 minutos fueron de ataque para ambos equipos, consiguiendo pisar área en numerosas ocasiones en las siguientes jugadas.

rfef.es

Las defensas se hicieron fuertes bajo sus porterías y el partido se fue haciendo cada vez más vibrante. En una falta sacada en el minuto 25 por Shafa y tras varios rechaces, fue el pichichi rayista Raúl Uche quien pondría la punta de su pie derecho para abrir el marcador a favor del equipo de Diego Merino. Con una voltereta celebró su esfuerzo en su estirada para poner la alegría en la multitud vallecana de las gradas del estadio ceutí.

Fase de adormecimiento

Poco iba a durar esa alegría. En un córner en el minuto 31 iba a aparecer la cabeza del austriaco Leinhart para empatar el partido y, por fin, bajó el ritmo del partido. Los últimos minutos de la primera mitad hubo respeto absoluto entre los dos mejores equipos madrileños de la temporada y se citaron para la segunda parte, en la que no estaría Shafa, que se tuvo que marchar lesionado.

Si el primer combate terminó con 15 minutos de pausa, al volver del descanso también se notó esa bajada de ritmo. Pocos ataques se vieron. Difícil destacar alguna de las jugadas de los primeros minutos de la segunda mitad. Poca emoción y aparente cansancio en los 22 protagonistas sobre el césped.

rfef.es

Fase de sueño REM

Fue el Rayo el que decidió acelerar el ritmo y hacerse con la posesión como tanto le gusta. Movió al equipo merengue de lado a lado, buscando todo hueco por el que poder hacer daño. Al final, en una jugada embarullada en el área madridista, un despeje rebotaba en el pie de Quique y entraba rozando el palo derecho de la portería de Oliveros.

Hasta el minuto 90 hubo poco o nada destacable. El Rayo templó el partido, lo hizo suyo y pasaba lo que Diego Merino quería. Ramis y los suyos no podían hacer nada, por mucho que lo intentaran, para doblegar al equipo franjirrojo. El Madrid fue avanzando metros poco a poco y al final terminó volcado en la portería rayista.

El despertar

Las cosas por orden. Falta de Poblete en el centro del campo y agresión de Mayoral al central rayista. Tángana entre todos los jugadores fruto de la tensión del final de una final. El resultado: tarjeta roja directa para la estrella del juvenil madridista. La falta en el último minuto acabó con un remate de un jugador blanco que iba a entrar en la portería pero apareció la mano de Clavería. No, Clavería no es portero. Aún. Es por ello que también acabó expulsado y provocando un penalti. Minuto 94, 1-2 para el Rayo, Molina el lanzador, Javi Ruiz bajo palos. Los ingredientes perfectos para que la historia se escribiera en oro franjirrojo.

Las manos de Javier Ruiz García rubricaron el final perfecto de una temporada perfecta realizada por una generación histórica, de leyenda, de campeones. Celebración por todo lo alto en el césped de Diego Merino, Héctor Carrión, toda la plantilla del Rayo Vallecano juvenil, todos los familiares y amigos que acudieron a Ceuta, Felipe Miñambres, etc. La vida pirata sonó por toda la Ciudad Autónoma. Cántico quizá desconocido para los ceutíes, pero que se vayan acostumbrando porque estos juveniles van a llegar lejos y tendrán siempre al Rayo Vallecano en su garganta y en sus corazones.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Toni López
Periodismo en la URJC en Vicálvaro. Moviéndome por Radio Marca y Unión Rayo, antes por COPE, ABC Punto Radio y Radio 21. Amante del deporte en general, fútbol y fútbol sala en particular. Practicante cuando me dejan. Periodismo como vocación. Gracia cordobesa y orgullo madrileño.