No fue un sábado cualquiera en Vallecas. Padres e hijos se dirigieron ilusionados al estadio para disfrutar de un aperitivo de lo que sería su Rayo en esta temporada 2015/2016. Las vacaciones de verano dejaron su huella en las gradas, ocupadas por tan solo 4.175 apasionados del deporte rey. Como cada año, el Rayo luchó por su trofeo, el Trofeo de Vallecas. Esta vez, el rival a batir fue el histórico y recién ascendido Real Oviedo. Tras una pretemporada marcada por los altibajos, el equipo de Paco Jémez se enfrentó a una prueba más en su camino hacia el inicio liguero frente al Valencia.

Dentro de los 11 jugadores elegidos por Paco Jémez para portar la franja como titulares, encontramos una novedad: Llorente jugó como mediocentro defensivo, una posición inédita para él como rayista. Como ya vino demostrando en partidos anteriores, el joven jugador destaca por su soltura en cualquier puesto del frente defensivo. Por otro lado, durante la primera parte, Bebé y Embarba cambiaron sus posiciones en la banda en alguna ocasión.

Los jugadores saltaron al campo y, tras un minuto de silencio (en memoria de Luis Pérez Gil, administrador concursal del Rayo entre 2011 y 2013), el balón comenzó a rodar sobre el césped de Vallecas. Las ocasiones más claras de esta primera parte tuvieron, sin duda alguna, un nombre propio: Miku. Tras un fallo del portero rival, el Rayo asustó al Oviedo con una ocasión de Trashorras en el minuto 10. Los que más probaron al portero ovetense con disparos lejanos fueron Ebert y Bebé, que lanzó una falta desviada en el minuto 19. Fue este último el que brindó a Miku un centro que el delantero venezolano remató sin ver puerta en el minuto 38.

Cuando parecía que el conjunto vallecano tenía, en cierta medida, el partido controlado, el Oviedo mostró sus credenciales. Corría el minuto 39 en el marcador cuando Cobeño salvaba un mano a mano. El balón despejado por el portero rayista acababa en saque de esquina. Tras botar este saque, el jugador visitante Linares consiguió abrir la lata.

Después del gol, todo igual. Otra gran ocasión para Miku, esta vez tras un centro de Embarba, que el ariete no conseguió marcar con un testarazo. Los jugadores se dirigieron así a disfrutar de su merecido descanso.

En contra de todo pronóstico en este tipo de partidos, el conjunto vallecano realizó pocos cambios en la segunda mitad. En el inicio de la misma, el recién llegado Juan Carlos debutó en su vuelta a casa y Bebé dejó su puesto a Lass, que ocupó la banda derecha. El minuto 50 dejó una mala noticia: Tito tuvo que retirarse lesionado con molestias en el abductor. Dejó así su lugar a Quini. El nivel de juego de los vallecanos descendió en estos 45 minutos, aunque el equipo gozó de algunas oportunidades. Un incansable Embarba durante todo el partido, remató de forma acrobática un centro de Trashorras sin encontrar puerta en el Minuto 52. Ebert, por su parte, realizó algún disparo sin éxito desde la frontal.

El ex-rayista Néstor Susaeta volvió a la que fue su casa vistiendo la camiseta del Oviedo

El alemán dejó algunos detalles de calidad, de los que gustan en Vallecas, de esos que hacen los “jugones”. De nuevo Embarba, en el 59, tuvo una ocasión a la salida de un córner. Momentos después, el Rayo realizó dos cambios: Dorado y Miku se retiraron para dejar su puesto a Amaya y Manucho. La grada mostró su debilidad por el delantero angoleño dedicándole algún cántico. En el minuto 66, Manucho ya avisó de sus intenciones con una gran ocasión que remató al palo.

Paco Jémez lo tenía claro, era el momento de mover ficha. Zé Castro abandonó el campo y saltó al mismo Jozabed. De este modo, el equipo jugó con defensa de tres, que contaba siempre con la ayuda de Llorente. Cuando el Rayo buscaba el empate, el Oviedo demostró que todavía tenía fútbol que ofrecer. De este modo, una contra del conjunto visitante acabó con un disparo al larguero que enmudeció Vallecas. Manucho siguió a lo suyo con una nueva ocasión en el 81 que despejó la zaga rival. Joni por Ebert y a seguir intentándolo.

Finalmente, el Rayo consiguió su objetivo. En el minuto 88, un gran disparo de Manucho con pierna izquierda desde la frontal acabaría en el fondo de la red del veterano Esteban, que jugó la segunda mitad.

El árbitro pitó el final del partido y el trofeo no tenía dueño. Comenzó así la tanda de penaltis y el momento de lucirse para los porteros. La figura de Esteban destacó al conseguir blocar dos penaltis, los lanzados por Jozabed y Nacho. De este modo, y tras el pleno de aciertos de los jugadores ovetenses, los goles marcados por Trashorras, Embarba y Joni fueron inútiles.

Finalizó así la quinta entrega del Trofeo de Vallecas, que viajará este año al norte de España. El Rayo da de este modo el penúltimo paso en su pretemporada. Paco Jémez debe comenzar a tener las ideas claras y, tras el partido frente a la UD Las Palmas (sábado 15), el Rayo Vallecano debe estar preparado para hacer frente a la historia.