Metro ochenta, corpulento, y natural de las Islas Canarias. Paco Jémez entrenó, cumplió y finalmente renovó. No se trata de una pueril odisea, sino del ilusionante presente tanto del Rayo Vallecano como de su propio técnico. Y es que al margen del mérito cosechado por Paco, también es digno de destacar la heroicidad de sus jugadores. Bajos, medianos, altos y torres. Jóvenes y no tan jóvenes. Porteros, defensas, centrocampistas y delanteros. Todos ellos ya figuran en el olimpo rayista.

La actual generación de futbolistas franjirrojos ha hecho historia en una entidad donde lo matemático no puede resolverse ni con la calculadora. Ni el mismísimo Pitágoras, que en paz descanse, podría explicar el misterioso enigma de por qué una plantilla que cobra un salario desproporcional al de Primera División siempre se camufla en la parte media de la tabla.

Vallecas pudo vibrar con el Rayo-Valencia porque su equipo de clase obrera volvió a mantenerse en la cúspide del fútbol español. Un hecho, este último, que ya sobrepasa lo cómico y parece pasar de inadvertido para los forofos a este deporte. El gran culpable de esta gran machada es Paco Jémez.

El ritual habitual a seguir por todo fiel alistado a una entidad humilde es llegar a la última jornada de Liga sin uñas. En cambio para el Rayo Vallecano, ese día tan especial parece no ser lectivo.

Rey de récords

En el pasado mes de mayo Paco Jémez manifestó su deseo de poder batir todos los récords de la historia del club. El ostentoso anhelo del técnico, al menos de momento, va por el buen camino. ¿Quién lo iba a decir? Un entrenador sin experiencia en Primera División pocos años más tarde sería el artífice de registrar el mejor puesto de la historia del club vallecano. Aquella inverosímil octava plaza conseguida pilló por sorpresa a sus aficionados, siendo este hito el más ostentoso del periplo Jémez.

Respecto a las sustituciones, el técnico canario también vuelve a aparecer en los libros Guinness del Rayo Vallecano.

Un doble cambio, en el minuto 15 de la primera parte de juego, evidenció su gran personalidad tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. Siempre siendo fiel a su esquema de juego, el entrenador rayista se vio obligado a remodelar, antes de que se llegase al ecuador del primer tiempo, un inmaculado once de gala.

Además, a su palmarés individual también cabe destacar ser el técnico que más veces se ha sentado en el banquillo franjirrojo en Liga, con más de 130 partidos a sus espaldas. Por si esto fuera poco, el canario fue en marzo de 2014 el entrenador que más victorias consiguió en Primera con en la entidad rayista, tras superar las 25 de Juande Ramos.

Temporada 2012-13 40 partidos jugados 16 ganados 6 empates 18 perdidos
Temporada 2013-14 42 partidos jugados 14 ganados 6 empates 22 perdidos
Temporada 2014-15 40 partidos jugados 15 ganados 5 empates 20 perdidos

Un fiel ejemplo

Paco Jémez es un técnico honesto, ambicioso y testarudo. Tres adjetivos que no dejan indiferente a nadie, y certifican su idea de querer superar esa octava plaza que registró en su primera campaña. De empezar entrenando al Alcalá a acabar dirigiendo al Rayo. Obviamente la transformación sufrida por el entrenador, tanto a nivel personal como profesional, ha sido abismal.

Poco le duro aquella famosa arriesgada defensa de tres. Ya que poco tiempo más tarde la transformaría en un muro de cuatro hombres. En definitiva, un míster valiente que únicamente conoce la máxima categoría como técnico de la entidad franjirroja. Las temporadas transcurren y el resultado no varía: salvación conseguida más posterior renovación, certifican el buen trabajo del canario. No obstante, la actualidad del equipo madrileño es que su plantilla vuelve a ser de las más humildes de todo el campeonato liguero. A pesar de que el viento no sopla a su favor, la expedición vallecana nunca ha errado en su cometido de aferrarse con uñas y dientes a ser de primera y en esta década lo ha conseguido.

Actores ya conocidos

El esquema de juego parece no contar con muchas novedades respecto al de la anterior campaña. La pizarra de Paco siempre augura mucho riesgo escoltado por honesta valentía. Las piezas del futbolín de Jémez se curten de jugadores que nunca han gozado de los minutos que requieren. Además, el grueso de la plantilla parece haberse mantenido casi intacto. Ni más ni menos que 14 profesionales seguirán vistiendo la casaca franjirroja. Un hecho que es la "leche" según calificó el director deportivo Felipe Miñambres.

Seguramente las bajas más sensibles y añoradas por la parroquia rayista sean la del madrileño Alberto Bueno y la del francés Gael Kakuta. Ambos futbolistas fueron los dos máximos goleadores del equipo en la anterior campaña junto a Leo Baptistao con 17, 5 y 8 tantos respectivamente. Ahora, tras los fichajes de Fariña, Ebert y Vadillo, entre muchos otros, el rol de goleador, que quedó vacío tras la "fuga" del madrileño y del francés, tendrá que pasar a nuevas botas. Se busca heredero y tanto Manucho como el venezolano Miku parten con cierta ventaja respecto al resto de compañeros debido a su posición natural.

La prioridad para este conjunto siempre es la permanencia, o mejor dicho, la supervivencia. Miles de broncas echadas, innumerables encuentros perdidos, carentes goleadas protagonizadas, pero tres permanencias obradas. Así es el laureado reinado de Jémez IV de Vallecas.