Si Paco Jémez no tenía suficiente con caer derrotado por 3-0 en el primer partido de la temporada como visitante, con llevar sólo 1 punto de 6 posibles y con haber perdido a Toño por sanción para el próximo partido, en la mañana del martes ha sabido que va a estar cerca de un mes sin sus dos defensas más usados en las últimas temporadas, Tito y Zé Castro.

El central portugués se tuvo que retirar mediada la primera parte del pasado partido en Balaídos por unas molestias en su pierna izquierda. Tras los pertinentes análisis realizados al jugador, se le ha diagnosticado una rotura fibrilar en el bíceps femoral del muslo de dicha pierna. Llorente parece el único fijo de los dos centrales, por ahora. Es decir, que el puesto de Zé Castro se lo discutirán, en principio, entre Dorado y Amaya.

Por su parte, Tito arrastra una lesión desde el Trofeo de Vallecas contra el Oviedo. La lesión pasó a molestia y, al final, pudo jugar sin problemas el partido contra el Valencia, pero parece haber recaído estos últimos de la misma y el cuerpo médico ha decidido que pare. Sufre también una rotura fibrilar, pero en el abductor mediano del muslo izquierdo. Para el puesto de lateral derecho, Paco Jémez tiene a Quini, e incluso a Zhang, y puede arriesgarse con el propio Llorente, que puede jugar en cualquiera puesto de la línea defensiva sin problemas. Cualquiera de las alternativas puede hacer que Paco Jémez llame a Mario Gómez o Álvaro Molina, centrales del filial que pueden ocupar también el lateral derecho.

A pesar de saber que el Rayo suele recortar plazos de recuperación gracias al trabajo de Víctor Paredes y compañía, el míster debe tener en la cabeza que hasta octubre está sin ambos jugadores, es decir, afrontar los partidos contra el Deportivo y Sporting en casa y contra el Sevilla y Las Palmas como visitante contando con ese hándicap en su línea defensiva. Alternativas tiene y habrá que estar pendiente a los entrenamientos para saber cómo recompone la defensa de cara a esos partidos.