El presidente del Rayo Vallecano, Raúl Martín Presa, compareció ante los medios para contestar a las preguntas sobre la noticia del exceso de velocidad de Antonio Amaya. El jugador fue captado por un radar de la Guardia Civil cuando conducía su coche a 234 kilómetros por hora.

El mayor accionista del club reconoció no haber hablado con el jugador: "Cuando me enteré de lo sucedido por la prensa, intenté ponerme en contacto con él, pero tenía el teléfono apagado". Al no recibir respuesta, Presa se puso en contacto directamente con el club, para saber si tenían noticias del defensa: "Llamé al delegado y me dijo que al jugador le habían puesto una multa y que había ido a entrenar". Al ser preguntado por las medidas que el club tomará, el presidente optó por ser cauto: "Primero hay que hablar con el jugador. Sabemos qué ha pasado por la prensa, pero hay que ver bajo qué circunstancias y el tipo de expediente que se le ha puesto".

Luis Yáñez, director general de la entidad, tomó la palabra para seguir la misma línea de declaración: "Hay que tener en cuenta que es un tema que se ha dado dentro del ámbito de la vida privada de Antonio. No sabemos las circunstancias. Tendrá que explicarse ante las autoridades correspondientes". Pero, ¿podría verse dañada la imagen del club? Ante esa pregunta ambos lo tienen claro: "El Rayo es un club serio, se comporta como debe, actúa como debe y sigue la línea que debe. La imagen del club no está perjudicada, porque en el ámbito del fútbol sabemos que línea seguir".

A pesar de que los medios se hicieron eco el pasado miércoles, los hechos tuvieron lugar el martes, cuando el jugador fue captado con su Porsche a 234 kilómetros por hora a la altura de la localidad madrileña de San Martín de la Vega. Amaya se enfrenta a una retirada de carné de uno a cuatro años, a una pena de tres a seis meses de prisión y a una multa. El club aclaró ayer que el central no estuvo detenido, como dijeron los medios, sino retenido y que finalmente acudió al entrenamiento matinal.