No es una novedad hablar del gen competitivo de los jugadores que conforman la cantera del Rayo Vallecano. A veces, el descaro es la mejor arma para demostrar lo que uno puede hacer, sin ser un síntoma de mala educación. El año pasado, el Juvenil DH consiguió un doblete histórico valiéndose de su atrevimiento para enfrentar a equipos que le doblaban el presupuesto, desde el banquillo a los jugadores no convocados. Los Clavería, Montiel y Uche no se desprenden de este rasgo, ya implícito en su personalidad futbolística. Esta jornada, el héroe de la consecución de ese título liguero hizo recordar a más de uno esa victoria in extremis que hizo historia.

El Rayo B se presentó en Villalba para enfrentarse a un equipo en horas bajas. El Collado Villalba recibió al filial vallecano como farolillo rojo del Grupo VII de Tercera División. Los rayistas necesitaban una victoria para mantenerse alejados de los puestos de descenso y, sin menospreciar al rival, estaban en el momento preciso. Con las bajas de los lesionados Isi, Akieme y Alberto; Diego Merino, que volvió tras cumplir sus dos partidos de sanción, puso en la portería a Álex Campos y llamó a Javi Ruiz para ser el guardameta suplente. La zaga sin novedades: Del Valle, Del Pino, Mario y Molina. Los grandes estrenos residían más arriba: Debutaba en el once Óscar y lo hacia con el filial Raúl Uche. 

El delantero fue uno de los mejores del partido. Atacó, robó y creó ocasiones. Tal fue su atrevimiento, en edad todavía juvenil, que abrió el marcador aprovechando un balón muerto. El Villalba no se vino abajo y luchó para evitar el dominio del Rayo, que en ocasiones se mostró dubitativo. El segundo tanto de la franja no tardó en llegar. Guerra cometía falta dentro del área y el colegiado señaló la pena máxima, que Lozano se encargó de subir al marcador. Los locales se mantuvieron vivos el tiempo suficiente para marcar el gol de honor a balón parado, donde flojean los de Merino. Gallego remataba de un testarazo el lanzamiento de Borja Pascual, ex franjirrojo. A partir de ese momento, los de Villalba parecían dominar a ratos, pero se toparon con el más listo: Pablo Clavería. El mediocentro puso el 1-3 aprovechando un rechace del guardameta rival. Para terminar, Romo, que entró en la segunda mitad, puso el 1-4 tras un mano a mano en los minutos finales. Esta victoria coloca a los rayistas decimosextos con ocho puntos y hace más colista al Collado Villalba.

Próximo partido

El Rayo B recibirá en la ciudad deportiva al Móstoles URJC el domingo, 18 de octubre, a las 17 horas. El conjunto mostoleño es rival directo del filial, decimoquinto con ocho puntos. Esta jornada empató a tres tantos con el Pozuelo, lo que hace que acudan a Vallecas la próxima semana con la intención de no meterse en problemas, en lo que respecta a la clasificación.

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