El Rayo Vallecano vive un idilio tan grande cuando juega contra el Getafe CF que incluso en las derrotas, sale victorioso. En la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, llegó la segunda derrota del Rayo ante los azulones en once enfrentamientos desde 2011. Sin embargo, el 3-1 final en contra clasifica al conjunto de Paco Jémez que venció 2-0 hace un par de semanas en la ida del cruce.

La presente crónica, sin embargo, hubiera sido por obligación totalmente inversa si el partido hubiese finalizado al descanso. O, quizás, si Manucho no hubiese entrado al campo en el minuto 51 sustituyendo a un errado Miku, que ocupó el puesto de delantero titular. El delantero angoleño, un minuto después de su ingreso en la grama de un Coliseum Alfonso Pérez con la entrada habitual, robó el esférico al central Juan Torres "Cala", avanzó unos metros con el balón controlado, se internó en el área y puso el balón hacia atrás, a donde llegaba Lass Bangoura, para que el guineano batiese con facilidad a Balázs Megyeri.

El gol del capitán Lass, el segundo que marca en esta Copa, lo cambió todo. Primero, porque el Rayo volvía a estar clasificándose. Y segundo porque permitió coger confianza al resto del equipo tras una primera parte desastrosa en la que los franjirrojos se mostraron errados, frágiles y desconectados ante un Getafe que creyó en la remontada y que sí empezó fuerte desde el inicio del choque.

Alhassane: capitanía y gol clave

31 minutos para remontar

A los cuatro minutos de partido, el Getafe ya había avisado con un gol en fuera de juego de Álvaro Vázquez. La jugada había nacido de un saque de esquina botado por Pedro León que se hartó de lanzar a balón parado, sobre todo en el primer tiempo. Si Martinez Munuera anuló de manera correcta el tanto, no pudo objetar nada cuatro minutos después. De nuevo, Pedro León agarraría el esférico en la banda derecha, regatearía a trompicones a Zhang Chengdong y Adrián Embarba, se internaría hacia dentro del área y disparó con su pierna menos hábil. Su zurdazo tocó en Llorente que desvió la trayectoria y despistó a Juan Carlos haciendo el 1-0 (8').

Santiago Vergini marcó de tacón un gol espectacular

La esperanza y los ánimos del primer gol provocaron que el efecto efervescente no se perdiese en las filas del equipo de Fran Escribá. El Getafe se sentía tan cómodo como molesto el Rayo que solo pudo intentarlo con disparos lejanos antes de que el Geta metiera el segundo. Tras otro saque de esquina de Pedro León, pasados los veinte minutos, Karim Yoda recibiría en la banda contraria a la la del lanzamiento. El hoy lateral izquierdo dispararía hacia el corazón del área para que Santiago Vergini firmase uno de los golazos de la Copa. El argentino, sin alterarse, acomodó el pie de manera que el balón impactara en su tacón y así volara en una parábola imposible de igualar hacia las redes de Juan Carlos.

Manucho corriendo tras Vergini, autor de un golazo

Sin llegar a la media hora, el Getafe ya había igualado la eliminatoria. Además, parecía que tenía la suerte de cara pues, en el minuto 30, se libró de manera casi milagrosa de encajar el gol tan temido por los locales. En la primera acción de mérito e inteligencia rayista en ataque, Jozabed Sánchez recibía en el lateral del área una falta velozmente sacada y ponía un pase horizontal que penetraba en el área chica. La pelota, varios segundos después, saldría rebotada cual bola de pinball tras ser golpeada por una maraña de piernas decoradas con medias diferentes, entre ellas las de Miku que fue el último en probar fortuna.

Para mayor desgracia vallecana, al minuto siguiente del absurdo y claro chance, los del sur de Madrid harían el tercero en una jugada muy británica coronada por Álvaro Vázquez. Saque del portero, cabezazo para peinarla de Juan Rodríguez en el centro del campo, carrera del delantero a la espalda de la defensa que se anticipa a la tardía salida del guardameta. Álvaro ganó la partida a todos sus rivales por velocidad mental y física, y marcó a placer el asombroso 3-0. En 31 minutos el Getafe ya había remontado en el derbi regional ante su bestia negra.

Manucho y Trashorras revirtieron tendencias

Llegó el descanso sin más sobresaltos que una dejada de Miku para el derechazo de Pablo Hernández y con él, probablemente una charla poco amistosa de Paco Jémez. La precocidad del gol de Manucho podría adulterar la siguiente sentencia, pero el Rayo salió con más actitud en la prosecución. El gol que lo cambió todo fue el prolegómeno al segundo cambio importante de Jémez: un Trashorras por Lass no necesita más explicación.

Álvaro dispuso de tres ocasiones para el 4-1

Con el de Rábade sobre el campo, Jozabed avanzose hasta la mediapunta y Pablo abriose al flanco derecho. El Rayo ganó en circulación y comenzó a aumentar el tiempo de posesión (del 52% de posesión de la primera parte al 62% de la segunda). Incluso así, el equipo vallecano siguió sufriendo. Álvaro Vázquez pudo cambiar hasta en tres ocasiones el nombre del clasificado, pero ni con la puntera a bocajarro (56') -gran parada de Juan Carlos- ni en el segundo palo (62'), ambas a pase de Víctor Rodríguez, ni con un remate de espaldas al arco(66') tras el enésimo saque de esquina de Pedro León, el catalán pudo hacer el cuarto.

Coge aire el Rayo Vallecano, que se mete en los octavos de final de la Copaantes de jugar ante los otros dos equipos madrileños de la Liga. Primero en el Bernabeú (domingo 20, 16:00) y después recibiendo al Atlético de Madrid (miércoles 30). Mientras que el Getafe, con una victoria amarga, muy amarga porque ya habían conseguido lo más difícil en treinta minutos, se queda fuera de la Copa de la que en dos ocasiones salieron finalistas (2007 y 2008). Un año antes, incluso, llegaron a eliminar al Rayo cuando éste no era el contrincante imposible que ganaba incluso cuando perdía.

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Sobre el autor
Rafa Medel Casla
Periodista. Coordinador del Rayo Vallecano en Vavel.com Puedes leerme también en Perarnau Magazine.