Esfuerzo es lo que le ha llevado a Quini a ser indiscutible para Jémez en este final de temporada tan intenso y difícil que le queda al Rayo. La lesión de Rat abrió las puertas a Nacho y a Quini para ocupar el carril izquierdo de Vallecas, un puesto para dos.

Al principio, Jémez optó por Nacho, pero el poco equilibrio en la banda izquierda con el canterano, y su debilidad defensiva le brindó la oportunidad a Quini, procedente de la cantera del Real Madrid, que jugaría en banda derecha desplazando a Tito al lateral zurdo. Hasta entonces, todo sigue así, y es que Quini cumple con creces en cada partido, es rápido al cruce y aguanta en el uno contra uno en la banda. Además, añade un extra que Nacho no aportaba, y es esa gran subida por la banda, ayudando al extremo y buscando la superioridad numérica en tres cuartas partes de campo, lo cual se debe en gran parte a su condición física, pues no es raro verle en las cercanías del área rival en los últimos minutos de partido, o pegarse un sprint de un lado al otro del campo para presionar.

Desde que llegase al Rayo en la temporada 2014/2015, nunca tuvo los suficientes minutos para saber de su rendimiento en el campo. El año pasado sin Rat, que se fue al fútbol griego, Nacho era el más usado por Paco, ya que Quini únicamente jugaba cuando Tito estaba lesionado, y aún así parecia no convencer al técnico. Este año ha cambiado la situación, y Quini ha terminado muchos partidos siendo el mejor de los suyos, por su esfuerzo, valentía, concentración y garra que demuestra durante los 90 minutos de encuentro. Sin duda, es una buena noticia para el Rayo la explosión de Quini, que tiene 26 años y muestra las ganas de un juvenil, lo que le lleva a comerse el césped en cada partido, en correr hasta el pitido final del colegiado; en una sola palabra es incansable.