Fantástico ambiente en Riazor para la disputa del Teresa Herrera. La afición del Deportivo respondió y acudió en buen número a una fiesta destinada a ayudar a la maltrecha economía del club. Los entrenadores tampoco fallaron; pese a las probaturas pusieron dos buenos onces iniciales. En el caso de Fernando Vázquez probó a los nuevos y siguió con los ajustes de cara a una campaña que debe devolver a los gallegos a la máxima competición nacional.

Deberá, por tanto, analizar con cuidado el inicio del partido, donde el conjunto ‘merengue’ le superó ampliamente y al cuarto de hora ya ganaba por tres goles de diferente factura: contragolpe, combinación y balón parado.

Por su parte, Carlo Ancelotti trató de hacer una mezcla de primeras espadas con el segundo pelotón, buscando alternativas a los posibles problemas que puedan surgir a lo largo de la temporada y recibiendo algunas respuestas positivas.

Gran arranque con goles

Estos amistosos con la temporada comenzada sirven para probar cosas donde ya se ha visto que se falla en los partidos oficiales, amén de dar oportunidad a algunos hombres a dar motivos para que el entrenador dude. Así pudimos ver que Kaká en una posición más retrasada puede ser de buena utilidad o que Casemiro va por buen camino en su adaptación a centrocampista puro. También pareció que Morata está más maduro que Jesé, el canario estuvo algo individualista por momentos y acabó sin mostrar toda la calidad que posee.

Por el aspecto táctico queda claro una cosa, si Ancelotti logra hacer que este equipo tenga el juego con el balón como primera opción, la cantidad de variantes para hacer daño que tiene este Madrid es tremenda. Prueba de ello es el primer cuarto de hora y los tres tantos en ese tiempo. Para empezar, una contra como en los mejores tiempos de Mourinho. Bien llevada por Cristiano e igualmente acompañada por Jesé y Kaká hasta que el esférico llegó al brasileño para que definiera con toda la calma del mundo.

Sin tiempo para digerir el primer gol, llegó un balón a Morata que protegió con el cuerpo, se dio la vuelta y tiró la pared con Marcelo para definir con suspense ante Lux. Al delantero madrileño se le vieron algunos errores propios de la juventud, pero le mostró al entrenador italiano que con él además de buenos movimientos en ataque y un punta que se asocia bien, puede tener otro hombre que ayude en otras labores. Aspecto a añadir y en el que desde luego vence a un Benzema que ha empezado con goles la temporada.

El 0-2 de Morata llegó en el 11’ y del Deportivo había pocas noticias, fue a partir del segundo tanto cuando comenzó a asentarse más, a entrar más en contacto con el balón y ver como el Madrid caía en viejos defectos. Aunque por si podía suponer un problema que el conjunto de Coruña marcara, Casemiro volvió a ser protagonista. Córner botado por Isco y que el centrocampista brasileño remató a la perfección para acabar con la poca tensión que existía.

Comenzaron treinta minutos de un Madrid intermitente y de un Deportivo que no encontraba la forma de abrir la defensa; tan solo consiguiendo poner en aprietos a Casillas con disparos desde lejos. En ese período hubo tiempo para que Morata pudiera poner la guinda a una buena actuación o que Jesé mostrara que tiene muchas ganas de ser importante en el equipo; a veces más de la cuenta.

Muchos cambios y partido roto

Con la segunda mitad vinieron los cambios y el partido fue tomando otra dirección hasta romperse por completo. Fernando Vázquez terminó con once hombre diferentes a los que empezó el encuentro, mientras Ancelotti insistió en poner a Özil algo por detrás de la media punta. Al alemán no se le acaba de ver a gusto ahí y tener que cubrir tanto espacio del campo no casa con sus aptitudes físicas.

Además, el segundo período permitió ver a Mateos con Nacho en el centro de la defensa y a Casado supliendo a Marcelo. Bien es cierto que la inercia del partido hizo que no pudieran mostrar realmente su nivel, aunque el lateral tuvo un par de buenas llegadas con centro incluido y en el apartado defensivo pueden presumir de no haber encajado ningún gol.

Antes de que el Madrid de Carlo mutara por completo al Madrid de Mou, Morata vio como su segundo gol era anulado por un fuera de juego muy justo en una nueva buena combinación de Kaká. El propio Ricardo se encargaría de cerrar el marcador en los minutos finales con un disparo desde la frontal que golpeó en un defensa y engañó al portero rival.

Entre tanto, el equipo blanco fue perdiendo la intención de dominar el partido con la posesión y se acomodó atrás, sabiendo que Di Maria, Ozil, Jesé, Kaká y Benzema son bueno puñales para jugar con velocidad y espacio y crear peligro. Un vicio adquirido después de tres años y con el que debe luchar Ancelotti para que se convierta en un arma con la que sorprender y no en un hábito. Puede que esa haya sido la gran revelación de un amistoso que dejó a las claras las diferencia entre ambos clubes, junto buenas pinceladas de algunos jugadores del conjunto blanco.