Durante las últimas temporadas, los Clásicos han dejado de ser una 'rara avis' para convertirse prácticamente en el pan nuestro de cada día. El extraordinario nivel que han mostrado Real Madrid y Barcelona en los últimos años dejaba muy poco a repartir entre el resto de equipos a nivel nacional, y como no podía ser de otro modo, en el plano continental.

Los choques entre ambas escuadras se han sucedido con cierta asiduidad, y los seguidores del deporte rey han podido llegar hasta empacharse de grandes duelos. Con una inercia clara de triunfos blaugrana, la llegada de José Mourinho al banquillo blanco revirtió esa tendencia en los últimos envites, hasta dejar la balanza inclinada claramente del lado merengue. A pesar de ese cambio, de esa variación en el dominio, hubo un claro punto de inflexión, una fecha clave con un resultado determinante, que cambió todo.

Nuevas etapas en ambos equipos

Un Madrid crecido, gracias al buen juego desplegado y los buenos resultados cosechados en el primer año de Mourinho al frente del club blanco, llegaba un 29 de noviembre, allá por 2010, al feudo blaugrana. Del lado opuesto, con Pep Guardiola acaudillando a los suyos desde la banda, un Barcelona que no estaba dejando las mismas sensaciones que en las temporadas precedentes, respecto al buen fútbol y dominio de los partidos. Cuando Iturralde González, colegiado designado para el encuentro, dio comienzo al mismo, todo lo que se habló en las fechas previas sobre el favoritimo merengue para llevarse la victoria del Camp Nou se esfumó con fuerza.

Los culés le endosaron a su máximo rival un inolvidable 5-0, que nunca imaginaron qué significado tendría, más allá de la sensación momentánea de superioridad sobre el contrario. Esa 'manita' fue dolorosa, humillante y hasta denigrante, pero marcó un antes y un después en la historia reciente de los Clásicos. Desde aquellos cinco goles, se han disputado 16 partidos más entre ambos clubes, y la sensación es muy contraria a la que podría esperarse viendo tal resultado. Sin ir más lejos, al final de esa misma temporada, en Valencia, durante la Final de la Copa del Rey, el Madrid logró doblegar a su rival en la prórroga, gracias a un prodigioso tanto de Cristiano Ronaldo de cabeza. De esos últimos 16 envites, la sensación que se desprende es que el resultado de aquel 29 de octubre sirvió de acicate para los merengues, que nunca volverían a perderle la cara a un partido de tamañas características.

Tabla que refleja los últimos partidos entre Barcelona y Madrid, desde la llegada de Mourinho (ceroacero).

No solo eso, sino que desde entonces, se han visto 6 empates, 5 victorias blancas y otras tantas culés, pero en las últimas celebraciones de éste partido, ha sido el cuadro merengue el que se ha mostrado más eficiente. Una vez que entendió la forma de frenar el dominio de balón casi insultante que ostenta el Barcelona en sus encuentros, el Madrid pudo someter a su eterno rival para alzarse como vencedor. Buena prueba de ello son los últimos cinco partidos, en los que el conjunto madridista no conoce la derrota, habiendo sido capaz incluso de tomar el feudo blaugrana.

El Madrid no conoce la derrota en los últimos 5 Clásicos

Pero estos últimos ejemplos quedaron desfasados el día que José Mourinho y Tito Vilanova, ambos cabezas de ese último periodo de encuentros, salieron del Madrid y el Barcelona, respectivamente. Tanto Carlo Ancelotti como Gerardo 'Tata' Martino, elegidos por ambas entidades para dirigir a sus conjuntos en una nueva etapa, afrontan su primer Clásico al frente de sus banquillos. En el caso del italiano, mucho más curtido en partidos de ésta índole a nivel europeo, será una ocasión especial, puesto que, como él mismo ha reconocido en la rueda de prensa previa solía "abonarse para poder ver el Clásico por televisión" admitiendo, además, que "no me perdía uno". Ahora, por primera vez dirigiendo a uno de los contendientes desde la banda, el de Reggiolo verá cumplido una de las cotas más altas a las que puede llegar un técnico.

La llegada del Real Madrid al Camp Nou significará además una nueva visita de Carlo Ancelotti de un campo que le trae recuerdos mezclados. Por un lado, la amargura que vive cuando afronta un envite en territorio blaugrana como técnico, dónde no ha sido capaz aún de sacar una victoria desde que dirige a sus equipos desde la banda. Por otro lado, los buenos recuerdos que guarda de la consecución de la histórica Champions League que levantó como jugador milanista en el feudo culé, con un 4-0 mediante, ante el Steaua de Bucarest.

Carlo Ancelotti levanta la Champions en el Camp Nou (Foto | Dailymail).

Del lado culé, el Tata Martino vive su primera experiencia en el Viejo Continente. Después de triunfar en Newell's, y dejar muy buenas sensaciones a nivel de selecciones en su breve paso por Paraguay, hizo las maletas hacia la ciudad Condal, embarcándose así en el reto más complicado hasta el momento de su carrera profesional. Y hasta el momento, su hoja de ruta está casi inmaculada. Invicto en partidos oficiales, tan solo ha cedido dos empates desde su llegada a Barcelona. Pero ambas igualadas se corresponden a los dos últimos encuentros, lo que hace que algunas dudas hayan empezado a planear sobre las posibilidades de triunfo del conjunto blaugrana.

Los argumentos blaugranas

Cuando uno se refiere al peligro del Barcelona, inequívocamente, en primera instancia, debe mencionar a Lionel Messi. El astro argentino es el baluarte ofensivo del Barcelona desde hace varios años, y en cada nueva temporada, suma más y concentra más miradas. Al igual que en su momento nombres como los de Raúl o Di Stefano estuvieron relacionados de forma directa con los Clásicos, el de Messi hace tiempo que se relaciona, y puede hacerse con un lugar de excepcion. Y es que si el de Rosario es capaz de ver puerta, se convertirá en el máximo goleador de la historia de los Clásicos, superando a la mismísima Saeta Rubia en la clasificación histórica, y situándose en cabeza con 19 tantos. Ahora mismo, ambos argentinos se encuentran empatados en lo alto de la citada lista con 18 goles, y parece evidente que más tarde o más temprano, Messi se quedará sólo en cabeza.

Messi y Neymar, principal peligro blaugrana (Foto | Getty images).

Este año, sin embargo, esa responsabilidad de encabezar las acometidas en vanguardia la verá compartida con Neymar. La llegada del brasileño le ha restado, automáticamente, presión al albiceleste, que ve como el internacional con la canarinha y su comentado fichaje acaparan muchas miradas. Y no solo eso, sino que el talento de Neymar hace que las posibilidades de gol de uno y otro aumenten, puesto que las combinaciones al borde del área entre estrellas, aunque no se ha mostrado como una apuesta de la que fiarse en la actualidad, si tiene visos de cuajar y convertir a las zagas rivales en simples espectadores del peligro que portan. El brasileño se estrena en un encuentro de esta índole, y actuará desde la banda izquierda, intentando poner en aprietos a la zaga merengue.

Ases blancos a seguir

La concentración de estrellas que se verán a partir de las 18:00 sobre el verde del Camp Nou apenas se puede ver en cualquier otro momento. Los dos equipos cuentan en sus filas con los mejores jugadores del mundo, que volverán a verse las caras una vez más, con afán de revancha unos, y de confirmación de que han vuelto, por la otra parte. En el caso de hombres como los de Isco Alarcón o Asier Illarramendi, podría ser su primer Clásico a jugar, y puede empezar a marcarles de cara al futuro. Ambos, jóvenes valores de éste nuevo Madrid, están llamados a formar parte clave del devenir del equipo esta misma temporada. El malagueño, por su parte, tras un inicio de competición a un nivel muy por encima del esperado, parece haber bajado algo su rendimiento en los últimos partidos, si bien Ancelotti no ha perdido ni un ápice de confianza en él. Por su parte, el de Mutriku ha entrado con fuerza en los planes del italiano, una vez recuperado de sus dolencias, y se ha hecho con un hueco en el once.

Volviendo la vista atrás, a la retaguardia, la entrada de Raphaël Varane en el eje de la zaga parece casi una certeza. El galo hizo un final de camapaña pasada absolutamente apoteósico, y se ganó el reconocimiento de todo el entorno blanco. Ahora, con su lesión en apariencia superada, podría volver a formar de inicio como central, aunque la pareja que forman Ramos y Pepe haya gozado de gran cantidad de minutos en estos primeros partidos.

Retornando al frente del equipo, se pueden vislumbrar algunas de las más brillantes, si no las que más, estrellas futbolísticas. Gareth Bale llegó como el fichaje estrella de éste verano para el Real Madrid. Casi dos meses de duras negociaciones con Daniel Levy llegaron a buen puerto, y el galés se vistió por fin como jugador blanco. A pesar de las ganas y expectación que levantó entre el respetable madridista, poco ha podido disfrutar de él hasta el momento la hinchada merengue. Sendas lesiones en la espalda y el cuadriceps le han mantenido apartado más tiempo del que ha estado disponible para jugar. Pero el proceso de recuperación, además de los entrenamientos personalizados para alcanzar al forma óptima, le han hecho mejorar en el aspecto físico, y según comentan los galenos madridistas al igual que Ancelotti, podría estar preparado para disputar 60 minutos de un partido. Habrá que ver si el italiano se decide por dárselos ante el Barcelona, lo que además, conllevaría un cambio de esquema.

El que hace cambiar todos los esquemas, aunque en este caso del equipo al que se enfrenta, es la principal arma de este Madrid. Cristiano Ronaldo vuelve a encontrarse con una de sus víctimas favoritas. No en balde, el astro portugués lleva encadenados varios partidos de forma consecutiva siendo el principal dolor de cabeza del Barcelona, especialmente cada vez que el luso llega al Camp Nou. 8 goles en los últimos 6 partidos allí le avalan, y no está dispuesto a que su racha triunfal en territorio culé se trunque en esta ocasión. Máximo realizador del Real Madrid en Champions, sumando 7 goles en 3 partidos, en liga llega hasta los 8, lo que le convierte, con 15, en el gran realizador tanto de su equipo como a nivel continental de la presente campaña. El portugués atraviesa un nuevo mejor momento de su carrera, y quiere seguir sumando de cara a alzarse con el ansiado Balón de Oro.

(Foto | Melty.fr)

Cambios sustanciales en el juego

Parte de culpa de que se dude, en cierto punto, de éste nuevo Barcelona a las órdenes del Tata, la tiene el intento de cambiar, o al menos puntualizar, la forma de entender el fútbol del club culé. Si en los últimos años, el toque de balón, la posesión del mismo y el control de los partidos a través de acumular minutos en su posesión eran parte de la idiosincrasia del Barça, el técnico argentino ha querido sumarle, además, una nueva variante: el contragolpe. En apariencia vetado de las posibilidades de afrontar un partido en las temporadas previas, el de Rosario apuesta fuerte por darle una nueva arma a su equipo de cara al comienzo de su periplo en la ciudad Condal.

El contragolpe y la posesión de balón 'cambian de acera'

Al otro lado del puente aéreo, por su parte, Ancelotti también ha procurado que su mano se notase desde el primer día. Justo a la inversa que en Barcelona, el Madrid era el principal exponente del contragolpe, llevándolo en ocasiones a la excelencia. Ahora, el técnico italiano, al igual que su homólogo argentino, ha querido darle a su equipo otra variante más, aunque en el caso del de Reggiolo, queriendo convertirla en el motor principal de su conjunto a la hora de preparar un partido. Desde su llegada, Carletto confesó que iba a intentar dotar al equipo de un juego más elaborado, buscando tener más el balón y crear peligro al rival a través de la posesión. Aunque en estas primeras fechas desde que el que fuera técnico del Milán o PSG, entre otros, no se ha visto un buen entendimiento de los designios del entrenador, si parece, al menos, haber encontrado un esquema de juego que se asemeje a lo que quiere proponer Ancelotti.

Con Illarramendi integrado plenamente en la dinámica de trabajo, y con ritmo de competición, el de Mutriku ha pasado a ser el engranaje que le faltaba al equipo para que la maquinaria empezase a carburar. El ex realista dota al equipo de un empaque del que adolecía en su ausencia y la del propio Xabi Alonso, pero con su entrada en el once, tanto Khedira como bien Isco, bien Modric, quedan liberados de una posición táctica que no les beneficiaba en su juego, pudiendo desarrollar su fútbol en un área dónde su influencia es más positiva, y dándole a su equipo una mejor cara. Por eso, parece más o menos claro que su presencia se antojará indiscutible en partidos de esta envergadura, como se demostró en el choque ante la Juventus, dónde su presencia en el medio fue clave.

El Madrid viaja con todo

Únicamente Xabi Alonso. Esa es la única baja para la convocatoria que presentó Ancelotti una vez concluido el entrenamiento. Es decir, que el italiano se lleva a todos los disponibles para Barcelona, y una vez allí, tendrá que hacer algunos descartes. El tolosarra, a pesar de haber recibido el alta por parte del cuerpo médico, aún no tiene el alta competitiva a juicio del de Reggiolo, y permanecerá fuera del grupo por dos semanas más. Por eso, para no dar pistas, el resto viaja hasta la ciudad Condal, dónde se concentrarán para tratar de romper la defensa blaugrana y alzarse con el triunfo.

Hasta 22 hombres se ha llevado Carletto a Barcelona

Esa posible victoria en el próximo envite tendría doble efecto, como el resto de partidos directos. Son encuentros, como suele decirse, de 6 puntos, y no los 3 habituales. Si el Madrid gana, no solamente le servirá de espaldarazo de cara a la Liga en el aspecto anímico, sino que además, a pesar del dubitativo inicio de curso, les igualaría (al Barça) en la clasificación general, y al menos, la presente noche, dormirían como líderes, sólo a la espera de saber el resultado del partido del Atlético de Madrid.

Posibles onces

Una vez conocida la expedición, los posibles onces por parte de ambos conjuntos son presa de la especulación. Con el Barcelona las dudas son menos, únicamente en la parte de ataque, con la posibilidad de ver a Pedro entrar bien por Cesc Fábregas, bien por Neymar en punta. El esquema, de entrar el canario, sería más parecido al habitual, con Messi actuando de falso nueve y el canterano volcado a una banda, y el brasileño a la otra. Si es el de Areyns el elegido para saltar de inicio al campo, será el argentino quién se desplace a la derecha, su hábitat natural en los primeros años, y deje esa franja central al catalán. En cualquier caso, el resto del esquema parece claro, dando por hecho que Carles Puyol, una vez recuperado de su lesión, formará de inicio con un Gerard Piqué, que seguramente forzará para jugar el esperado choque.

El espectáculo futbolístico más grande del mundo (Foto | Jaime del Campo | VAVEL).

Del lado blanco, existe alguna duda más. Con la incógnita de la portería aparentemente desequilibrada en favor de Diego López, la entrada de Varane en el eje de la zaga, de Isco en la medular, o ver a Bale o Benzema en la punta del ataque, son sólo algunas de las múltiples posibilidades que baraja Ancelotti de cara a confirmar su once. El defensa galo tiene serias opciones de ser de la partida, y habría que ver qué jugador le cedería su sitio la retaguardia. De igual modo, con Illarra y Khedira en apariencia asentados en el medio, Modric parte con más opciones que Isco de ocupar la tercera posición en ése trivote, aunque no se puede descartar definitivamente el concurso del malagueño en el partido.

Por último, aunque no menos importante, es la presencia o no de un nueve en el equipo. El mal momento de forma de cara a portería por el que atraviesa Benzema, y la aparente falta de experiencia que entiende Ancelotti que le falta a Morata, le abren una puerta a Gareth Bale para formar de inicio. Di María se ha mostrado fiable para el italiano, y su intensidad y garra se antojan necesarios a la hora de plantear una defensa inteligente ante el Barça. Con Cristiano absolutamente intocable, solo la ventana que pudiera dejar el francés le daría oportunidades al galés para formar desde el principio, lo que no sería descabellado.