Diez goles, dos penaltis, uno fallado, otros dos o tres no pitados, un hat trick, tres dobletes, una venganza, dos expulsiones, pitidos... Solo puede pasar en el Santiago Bernabéu. El partido, que por el horario dejó sin llenar el estadio, fue de aquellos que pasarán a la posteridad como fútbol-espectáculo. Hubo de todo. Por haber, hubo hasta un buen partido de Karim Benzema.

Tareas pendientes

Ni Carlo Ancelotti ni Unai Emery tenían previsto encajar tres y siete respectivamente. El guion que siguió el partido fue el más propicio para el aficionado ya que hacía tiempo que en el Bernabéu no se veían tantos goles. O al menos de esa forma. El caso es que el Real sigue siendo un ciclón en ataque (especialmente cuando corre) y una calamidad en defensa. Además, el Sevilla muestra desparpajo al tiempo que reluce lagunas defensivas importantes. Seguramente, si se le preguntase a Unai por el resultado y por si hubiese preferido recibir menos goles y anotar menos, la respuesta hubiese sido afirmativa: "Llevamos muchos goles en contra, más de los que quisiéramos. Tenemos que mejorar nuestra situación defensiva", explicó Unai Emery en la rueda de prensa posterior al encuentro.

La idea de los cinco defensas de Emery fue planteada para no sufrir con las diagonales de Cristiano Ronaldo y Bale, uno en cada banda. Como puñales, tanto el portugués como especialmente el galés se incrustaron en la defensa hispalense haciendo más daño del previsto por parte del cuerpo técnico sevillista. Además, el buen juego entre líneas de Karim Benzema (el doblete coronó un partido que a niveles asociativos fue excelso) afectó sobremanera las ayudas de los tres centrales.

Los espacios dieron paso al espectáculo

Alguna ventaja tendría que tener el hecho de salir con cinco defensas: los laterales largos apoyaban a los mediapuntas en fase ofensiva y tanto Marcelo como Arbeloa sufrieron el 2 - 1 que tanto dañó el entramado defensivo. Ni Bale ni Cristiano Ronaldo están hechos para defender mientras que Isco baja a ayudar a cuenta gotas y su apoyo defensivo es inversamente proporcional a su cuota de protagonismo en fase ofensiva. Además, en el otro interior juega Khedira, que quiere estar en todos lados y al final no lo está en ninguno. Un descenso importante de la tensión competitiva ha provocado su bajada de rendimiento. Una de las características especiales de Mourinho como técnico era esa y en el flanco derecho lo logró con Arbeloa y Khedira, dos piezas claves en fase defensiva que sin esa intensidad reluce su poca lucidez técnica.

El Real Madrid supo combinar el juego en estático como al espacio. Todos tuvieron protagonismo

Pero las carencias florecerían más tarde. Los primeros treinta minutos fueron una exhibición de poder del Madrid de Ancelotti. Tanto en estático (Benzema - Isco - Marcelo) como al espacio (Cristiano Ronaldo - Gareth Bale) dominaron y, lo que es mejor, supieron combinar sus distintas opciones de ataque alternando y descolocando a la defensa del Sevilla. Es cierto que jugar con Isco como interior en la misma banda que Marcelo y Cristiano es un sacrificio defensivo muy grande, pero mayor es su aportación ofensiva. El sistema de interiores que planteó Ancelotti no supo corregir las subidas de sus laterales principalmente porque siempre sufrían un 2 - 1. Prueba de ello, el mapa de actuación de Illarramendi en el partido. Teórico pivote, tuvo que ayudar mucho más al flanco izquierdo de su equipo en acciones defensivas:

La movilidad de Benzema (cuando quiere) hizo muchísimo daño entre líneas al Sevilla. Sus asistencias:

Otro de los destacados del partido, esta vez en el lado contrario, fue Jairo. Fue decisivo haciendo daño a la espalda de Illarramendi y los interiores (ver la primera imagen del artículo).

La vuelta del anhelado

Ayer, tras varios meses en el dique seco y comprobando jornada tras jornada cómo su equipo le echaba en falta, reapareció Xabi. Lo hizo por Illarramendi, quizás dando a entender su incompatibilidad en el 4-3-3 que tanto parece haber convencido a Ancelotti. Ninguno de los dos son ni serán interiores por lo que parece poco viable la titularidad de ambos, siempre y cuando no se vuelva al sistema del contraataque (4-2-3-1). Se ciernen muchas dudas sobre el proyecto en el centro del campo pero al menos el técnico italiano ya cuenta con la buena noticia de la vuelta del tolosarra. Ante el Sevilla recuperó sensaciones y, si su físico lo permite, probablemente equilibrará los desajustes que se están produciendo en las alas de su equipo.

La zurda del galés reclama su banda natural o, en su defecto, la media punta

Y, para acabar, parece que Gareth Bale ha querido dejar de una vez por todas las hernias y problemas discales a un lado para intentar demostrar que el Real Madrid no acometió una locura pagando 100 millones por él. Ayer, al menos en la primera mitad, fue el más incisivo y eso que jugó en su posición "menos buena" de la línea de tres cuartos. El galés no se siente tan cómodo en la derecha y a pierna cambiada pero no le impide brillar debido a su superioridad física. Marcó y asistió. Por igual. En dos ocasiones y aplazando el debate sobre su posición, aliviando la duda a Ancelotti. Pero la zurda del galés reclama su banda natural o, en su defecto, la media punta.