En el estadio del miedo escénico, pocos valientes lograron convertirse en leyendas para los aficionados. El Santiago Bernabéu es, quizás, el estadio más exigente del mundo, al igual que la afición que ocupa sus asientos. Muchos fueron los futbolistas de grandísima calidad que pisaron su césped y defendieron sus colores, pero no todos lograron conquistar su corazón.

Cristiano Ronaldo es el actual ídolo del Real Madrid, un jugador que el día de mañana se convertirá, a buen segundo, en el mayor mito blanco, tal vez más pronto que tarde, pues sus números lo avalan. Un jugador completo, comprometido, que lucha desde el minuto 1 hasta el 90, un futbolista que el Real Madrid buscaba hace mucho, con el que la afición se pueda identificar, que encarne los valores del madridismo: un referente.

Para los madridistas es el mejor, y para muchos otros también, aunque con su nivel sus actuaciones para enmarcar y los forofismos que caracterizan al fútbol hoy en día, son muchas las críticas y polémicas que rondan en torno al portugués. La última fue la imitación del presidente de la FIFA, que le comparó con un comandante. Desde ese momento Cristiano se convirtió en la bestia negra de todos los que se le enfrentan, eso si, hablando a su manera, en el campo, marcando goles.

El madridismo está rendido a sus pies, a su nuevo dolo, y para mostrarle su apoyo y respaldar su candidatura al Balón de Oro, en el partido que los blancos disputaron ante el Galatasaray en el Santiago Bernabéu, mostraron 45.000 caretas con el rostro de Cristiano, detrás de las cuales estaba escrito: "Ponte esta careta al empezar el partido, en el minuto 7, 77 y siempre que Cristiano haga una buena jugada o meta un gol". Con las caretas puestas los madridistas cantaron: 'Cristiano Ronaldo es el mejor del mundo y juega en el Madrid' y 'Cristiano Balón de Oro'. También levantaron al cielo del Bernabéu pequeñas pancartas blancas con el dorsal número 7.

Cabe destacar el enorme tifo que se desplegó al comienzo del encuentro en el Fondo Norte del Bernabéu, con la cara del portugués y un juego de palabras con su nombre y el Balón de Oro. Tanto el despliegue de dicho tifo como las caretas, fueron una iniciativa de la Peña Barajas y La Clásica. Con su contrato renovado, su gran momento de forma y su compromiso, Cristiano es una bendición para los madridistas, que no imaginan un Real Madrid sin él.

Fuente fotos interiores: Real Madrid Soccer.