Futbolista sacrificado, trabajador, de silenciosa brega y madridsita orgulloso es, seguramente, el tipo de jugador que todo el mundo quisiera tener en su equipo. Aceptando su rol de revulsivo, nunca fue titular indiscutible, algo que tampoco orginó en él una palabra más alta que la otra. Regresó al conjunto blanco en la temporada 2011/12, tras su aventura en el RCD Espanyol, conjunto al que llegaba después de abandonar el Castilla, y lo hacía con la plena conciencia de lo que supone estar en el primer equipo de Real Madrid. Cada minuto del que dispuso sobre un terreno de juego fue un estallido del más puro 'Calleti' -como se le conocía en el vestuario- en su más pura esencia: derroche, entrega y una calidad que si bien nunca le valió una titularidad indiscutible sí le sirvió para hacerse con una identidad muy marcada, respetada y querida por la exigente afición del Santiago Bernabéu.

El revulsivo de oro en el Madrid

No habiendo partido prácticamente en ningún momento desde el 'once' inicial, José Callejón disfrutó de una cantidad considerable de minutos en la pasada campaña. 2012 cerró para él una participación en absoluto desdeñable: 15 partidos de Liga, uno de Supercopa de España, cuatro de Champions, tres de Copa y un cómputo global de 1.097 minutos en el inicio de la campaña 2012/13 preparaban un panorama esperanzador para el jugador granadino de cara al inicio del siguiente año. Cabe recordar también que el de Motril anotaba cinco tantos en la primera fase de la temporada, marcando en todas las competiciones: un doblete al Alcoyano, otro al Ajax y el tanto que redondeaba la goleada del Real Madrid al Mallorca .

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Con el Barcelona a 16 puntos en el momento de propiciarse el parón navideño, la Liga presentaba ya un panorama utópico de cara a las posibilidades del conjunto blanco, por lo que en una temporada extraña, el campeonato doméstico pasaría a ser cosa de jugadores menos habituales para que los blancos centrasen a su equipo de gala -debidamente dosificado- en Champions League. Ante esto, Callejón disfrutó de sus oportunidades y, como es habitual en él, las aprovecharía: 26 partidos disputados (17 de Liga, cinco de Copa del Rey y tres de Champions League) y dos goles, ante Real Sociedad y Osasuna respectivamente, cerraron para él la que finalmente iba a ser su última temporada como madridista. Sus goles, posiblemente, no fueron tan determinantes como su fútbol; jugador polivalente, ayudó en todas las parcelas en la que el técnico se lo solicitó. Su chispa, su electricidad y su atrevimiento suplieron la falta de la salsa en el fútbol: el gol.
Espontáneo en sus actos, Callejón se convirtió en centro de atención en varias de aquellas ocasiones en las que defendió al controvertido José Mourinho. Sin ir más lejos, ambos protagonizaron la celebración de un gol que dio mucho de qué hablar cuando el luso saltó sobre la espalda del futbolista. Y es que 'Calleti' se mostró siempre leal al técnico portugués, al que defendió tras su marcha, llegando a asegurar que si Mourinho hubiera contuidado en el Madrid, posiblement también él lo habría hecho: "Quizás con él me hubiese quedado, si hubiera querido".

El verano del adiós

Pero Mourinho no se quedó y Callejón tampoco. La voraz competencia en la banda diestra por la que solía moverse, con Di María y la posterior llegada de Gareth Bale, dibujaron un camino complicado para el de Motril, que no tardó en ser tentado por grandes clubes del panorama europeo, conocedores de su calidad y de su compleja situación en la titularidad 'merengue'. Rafa Benitez fue el mejor ubicado en esta parecela, pues el técnico español había tomado las riendas del Nápoles tras una dura campaña en el Chelsea. “Me llamó Benítez y me dijo que confiaba en mí, que yo le gustaba mucho y que podía ser importante en su equipo. El Nápoles hizo una gran temporada y entró en Champions y eso fue determinante”, confesaba el propio Callejón.

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De este modo, el granadino se convertía en uno de los tres jugadores del Real Madrid, que acabarían poniendo rumbo a Nápoles; junto a él lo harían también Raúl Albiol y Gonzalo Higuaín, además del meta del Liverpool y de la seleción española Pepe Reina. Callejón ponía punto y final (o punto y a parte) a su estancia en el que él mismo define como 'el club de sus amores' ante el sabor agridulce de una afición que le tiene un enorme cariño y respeto por la entrega que siempre puso en pos de una camiseta a la que amó y ama; por las formas en las que siempre afrontó esa situación que en ocasiones saca lo peor del futbolista -la suplencia, la nula titularidad indiscutible e incluso el camino hacia la salida-. Callejón fue un señor sobre el terreno de juego y también lo fue al abandonar Chamartín para afrontar nuevos retos, aunque sin descartar un futuro regreso a la que es 'su casa': “Mi última idea era abandonar el club de mis amores, de mi vida. Pero a veces tienes que tomar decisiones difíciles. Ahora en el Madrid era complicado tener continuidad. Ahora es intentar jugar aquí mucho, ser referente en Napoli y que algún día Dios quiera volver".

Una figura en el Nápoles

Su carisma y su fútbol han rendido a la afición del Nápoles a sus pies. José Callejón es uno de los jugadores referente en la escuadra italiana, donde es titular indiscutible, hombre de confianza para Rafa Benitez y uno de los máximos goleadores del equipo. El granadino ha disputado 16 partidos de Liga hasta la fecha -sólo en dos de ellos entró desde el banquillo-, y seis de Champions League. En pocas palabras: lo ha jugado todo. 23 partidos, 1.703 minutos y nada menos que 10 goles, el de Motril es la pareja perfecta de Gonzalo Higuaín en el ataque napolitano.

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La buena campaña del Nápoles se torcía ligeramente con una serie de tropiezos que le han dejado fuera de la Champions League y han relegado al equipo de Rafa Benítez a la tercera posición de la tabla en la Serie A, por detrás del líder, la Juventus de Turin y la Roma, a 8 y 3 puntos respectivamente. Los de Callejón son, por detrás del Inter y junto a la Juve, los máximos goleadores del torneo italiano. Le han bastado apenas unos pocos meses para meterse en el bolsillo a una afición que le aguardaba expectante e ilusionada. José Callejón tiene aún mucho que ofrecer al prometedor proyecto del Nápoles y sobre todo, mucho que dar aún al mundo del fútbol. Por lo pronto lo hará en tierras transalpinas, quién sabe si en un futuro, lo hará de nuevo con la casaca blanca.