Día festivo. Por la mañana regalos, roscón, chocolate, ambiente hogareño en el último retazo de la Navidad. Quizá un paseo familiar, un último banquete. Y por la tarde, al estadio. El insigne castillo blanco luce su fachada ante la Castellana madrileña, esperando a la parroquia madridista y a los que serán sus invitados: los celestes de Vigo.

Hasta el túnel de vestuario durará la concordia. En el césped no hay regalos, no hay dulzura, no hay familia. El Real Madrid demostró en Doha que mantiene su gen ganador y lo quiere exhibir en 2014. Los visitantes recuerdan la fase final del campeonato del año pasado y se les atragantan los polvorones. Para evitar una situación similar, cualquier rival es bueno, por inexpugnable que parezca.

Hablando de rachas

Los chicos de Ancelotti empezaron tambaleantes la temporada. Coincidiendo con la reincorporación de Bale en el equipo, desplegaron el mejor abanico ofensivo hasta el momento. Parecía que el técnico italiano había encontrado la tecla mágica y la partitura fluía hacia bellas melodías, con Xabi Alonso como director de orquesta y los hombres de arriba muy afinados. Pero no es oro todo lo que reluce y el sistema se desvaneció como un castillo de naipes de arena en el aire. En ninguna competición logra el Madrid volver a encontrar el tono adecuado. En Liga, los últimos registros son preocupantes desde la victoria fácil ante el Valladolid. No se doblegó a Osasuna en Navarra e incluso el empate se sufrió. Tampoco en Valencia hubo brillo, aunque Jesé diera los tres puntos al conjunto blanco. En Copa del Rey, el Olímpic de Xàtiva arrancó un empate a cero en su feudo. Los capitalinos sentenciaron en territorio vikingo, pero hay que pedirle otra actitud a un club que aspira a todo. Ni siquiera en Champions se practicó un fútbol vistoso ante el Copenhague, con la excusa de la clasificación en el bolsillo.

Tampoco llega el Celta en la cresta de la ola. A pesar del fútbol de calidad que ha practicado durante muchos momentos, los celestes no han conseguido encadenar dos victorias consecutivas en toda la primera vuelta y necesitarían roer dos huesos difíciles como Madrid y Valencia para conseguirlo antes de que muera el campeonato de invierno. Si nos remontamos a las últimas fechas, observamos como Carlos Vela se encargó de birlar unos puntos que ya estaban a buen recaudo en el zurrón de un pastor vigués. Se resarcieron a la semana siguiente frente al Almería, pero después Javi Guerra entre las brumas vallisoletanas asoló la portería viguesa y Osasuna no permitió pasar del empate. Pocas alegrías para los gallegos a finales de 2013.

Antiguos conocidos

Más de cien veces se han enfrentado estos dos equipos. 109 en concreto. Ha llovido desde aquella Nochebuena del año 1939, en la que muchas familias madrileñas y otras tantas gallegas se pegaron a un transistor a pilas para discernir los acontecimientos de Balaídos. Se impuso el conjunto blanco por un apretado 2-3. Todo fueron alegrías madridistas hasta una eliminatoria de Copa del Generalísimo, en la que Vigo celebró su clasificación.

A partir de entonces, las estadísticas hablan: hay un dominio blanco, pero sin aspavientos. 59 veces consiguió imponerse el Real Madrid por las 32 del Celta de Vigo. El resto, 18 fechas, se saldó con empates. Los porcentajes favorecen a ambos conjuntos en sus propios estadios. El Celta inclina la balanza en Balaídos con un 47% de victorias frente al 31% de los blancos. Vuelta de tortilla si viajamos a la capital: un escueto 11% de éxitos celestes ante un aplastante 78% madridista.

La temporada pasada, el Real Madrid venció tanto en el Bernabéu como en Balaídos, pero si retornamos unos años atrás, ambos equipos fueron invitados poco gratos. Tanto en la temporada 05-06 como en la 06-07, ninguno de los dos conjuntos fue capaz de ganar en casa. Nos ocupa el territorio blanco, escenario de esta noche, donde el Celta consiguió los tres puntos en sus dos últimas visitas antes del descenso. En septiembre de 2005, los tantos de Núñez, Canobbio y Pablo Contreras invalidaron los de Ronaldo Nazario y Baptista. Al año siguiente, Jorge Larena y Nené fueron los encargados de aguar la fiesta en la capital. Podríamos seguir tirando del hilo durante décadas, pero esto son meros números, que a pesar de su curiosidad, tendrán poco poder cuando el balón ruede.

Las ideas preconcebidas

Ancelotti tiene un plan para 2014. Intensidad y buen juego. Solamente le queda la cuestión complicada, llevarlo a la práctica. Para ello, contará ya con Gareth Bale, aunque el técnico dijo del galés: “Estará en la convocatoria, pero tendremos que tomar a última hora la decisión de si jugará o no”.

También comentó brevemente el estilo de juego de su rival y lanzó una advertencia a los suyos: “El Celta es un buen equipo, Luis Enrique tiene experiencia, conozco su filosofía y sabe cómo jugar, por lo que será un buen partido y tendremos que estar atentos”. En cuanto a su alineación, no alejó demasiado las dudas: “Habrá rotaciones, son importantes y más en estos momentos, con partidos cada tres días”. Sonó en rueda de prensa el nombre de Jesé y tampoco en este asunto aclaró con firmeza su titularidad: “No he hablado de titularidad de otros jugadores y es difícil decirlo de Jesé. Podría jugar mañana”.

Convocatorias

En ambos equipos están confirmadas las convocatorias:

Real Madrid: Casillas, Diego López, Jesús; Pepe, Ramos, Marcelo, Carvajal, Arbeloa, Nacho; Xabi Alonso, Bale, Casemiro, Modric, Isco, Di María, Illaramendi; Cristiano, Benzema, Jesé, Morata

Celta de Vigo: Yoel, Sergio; Hugo Mallo, Aurtenetxe, Cabral, Jonny, Costas; Borja Oubiña, Álex López, Augusto Fernández, Krohn-Dehli, Madinda, Vila, Rafinha; Orellana, Santi Mina, Charles, Nolito

Posibles alineaciones