12 de septiembre de 2009. Segunda jornada de Liga. El Real Madrid afrontaba su primer desplazamiento en la primera y a la postre última campaña de Manuel Pellegrini al frente del cuadro madridista tras cosechar una complicada victoria ante el Deportivo de La Coruña en el Santiago Bernabéu (3-2). Lo hacía, además, hacia un gran estreno, pues los blancos se convertían en el primer equipo en disputar un partido de competición oficial en el flamante estadio de Cornellà-El Prat. Los espanyolistas venían de perder en San Mamés ante el Athletic (1-0) y no había mejor forma de voltear las agrias sensaciones de la derrota que cosechar el primer triunfo en el nuevo campo, ante la afición y frente al Real Madrid, un equipo al que tradicionalmente se ha considerado hermanado con el Espanyol pero que siempre ha presentado férreas batallas en cada encuentro que les ha medido.
Las percepciones y sensaciones planeaban aún a flor de piel sobre el nuevo feudo espanyolista cuando los 'mernegues' llegaron allí. Con apenas 41 días cumplidos desde la apertura oficial del estadio en el amistoso ante el Liverpool, las gradas de Cornellà habían vivido ya un sinfín de emociones. Prácticamente había transcurrido sólo un mes dese que Dani Jarque, capitán de los locales en aquel partido encuentro, fallecía dejando tras de sí un legado que el espanyolismo trataría de honrar en todos y cada uno de los partidos, más especialmente aún con el Madrid enfrente. Aquel triunfo ante el Liverpool (3-0) había servido para que Luis García anotase el primer gol en la historia de Cornellà-El Prat pero el duelo ante el Real Madrid serviría para dirimir al autor del primer tanto oficial en el citado estadio. Y Kaká, con una soberbia actuación, decidió aquella noche que el nombre del afortunado que grabaría su gesta para siempre en la historia del coliseo espanyolista sería Esteban Granero.

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A pesar de que sólo se había disputado una jornada de Liga, Manuel Pellegrini optó por dar inicio a las denominadas rotaciones, las mismas que en un principio relegaron a Cristiano Ronaldo, Raúl y Lass al banquillo en favor de jugadores como Granero, Kaká, Guti o la dupla conformada por Higuaín-Benzema en punta -más habiutal solía ser que jugase uno solo-. No estuvieron especialmente acertados los pericos, muy lentos en el desarrollo del juego y con poca mordiente arriba. Tamudo, excesivamente solo, no logró asociarse con sus compañeros para culminar con peligro las acciones ofensivas generadas y si una cosa está clara es que el que le da facilidades al Madrid, lo paga. 40 minutos necesitó el conjunto 'merengue' para perforar la meta defendida por Kameni. Fantástica jugada del Madrid por el centro, que Granero le envía a Kaká para que este se la devuelva sin tan siquiera moverse y establecer, así, el 0-1 para los blancos.
Esteban Granero marcó el primer gol oficial de Cornellà-El Prat Sin lugar al conformismo, los vikingos continuaron buscando el gol y aun con Cristiano y Raúl ya sobre el terreno de juego, continuaría siendo Kaká el que lideraría la más vehemente busca de la salsa del fútbol. Extraordinaria individualidad por banda derecha del astro brasileño, que se la hacía llegar a Guti al punto de penalti para que este no tuviera más que enviar el balón al fondo de la red. El último y definitivo tanto para los 'merengues' sería obra de -quién si no- que ya por aquel entonces había dado inicio a la ardua tarea de reventar los números en la historia del Real Madrid. Cabalgada por la izquierda, y tras ganar en velocidad la espalda de los defensas, el '7', con el '9' aún a la espalda no tenía más que fabricarse un disparo cruzado para darle la guinda a su equipo.

Arranque sin tregua en Cornellà-El Prat

Desde que Cornellà-El Prat se inauguarse, el Real Madrid ha disputado allí cuatro partidos, habiéndose saldado todos ellos de forma satisfactoria para el conjunto 'merengue'. Una campaña después del encuentro anteriormente citado, en la 2010/11, primera con José Mourinho al frente de los blancos, el Madrid volvía a arañar el triunfo en el coliseo españolista con un ajustado 0-1, gol de Marcelo en el minuto 23 de partido. El mayor triunfo de los 'merengues' en el nuevo estadio del RCD Espanyol llegaría, precisamente en la temporada de los récords ligueros, donde el Madrid vencía por un contundente 0-4 en Barcelona. Los autores de la goleada fueron Gonzalo Higuaín, que anotaba un 'hat-trick' y un ex de la casa espanyolista, José Callejón, que había regresado al club en el que se formó, aunque finalmente acabaría volando rumbo a Nápoles, donde a día de hoy se ha convertido en una de las grandes referencias del equipo que dirige Rafa Benitez.

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El último resultado en Cornellà-El Prat para los madridistas es el único que no se cuenta por triunfos. En la pasada campaña, el Madrid no lograba tumbar al Espanyol, ni en el partido de ida, en el Bernabéu, ni tampoco en el de vuelta en Barcelona. En esta última ocasión, Stuani adelantaría a los locales en el minuto 22 para que de nuevo Higuaín, que parecía tenerle la medida tomada al Espanyol, neutralizase su gol y lograse darle a su equipo un solitario punto que resultaría vital para que -paradojas del fútbol- el Barcelona se proclamase campeón de Liga a falta de cuatro jornadas para la finalización del campeonato.

El último gol de un triunfo espanyolista, obra de Tamudo

Más allá de los resultados que se hayan dado en el nuevo estadio del Espanyol, lo cierto es que el conjunto catalán no vence al Madrid en su territorio desde la temporada 2007/08. El último autor de un gol espanyolista que supuso la derrota de los blancos fue de Raúl Tamudo, todo un símbolo para el espanyolismo. El gol y la derrota acababan con una racha de 15 partidos sin perder para el Real Madrid El duelo fue de lo más igualado, aunque no tardó en torcerse para los blancos, que en el minuto 1 ya perdían como consecuencia del tanto conseguido por Riera. Tamudo agrandaría distancias en el 52, en lo que estaba siendo un duelo a la par, disputado, reñido y no exento de faltas, fruto de la intensidad de dos conjuntos que, aunque hermanados en la rivalidad ante el Barcelona, poca amistad se profesan dentro de un terreno de juego. Sergio Ramos sería el encargado de recortar distancias para los suyos con el que sería el 2-1 definitivo, anotado ya demasiado tarde, en el minuto 90.

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Pese al tropiezo, los blancos mantuvieron el liderato que ocupaban por aquel entonces con 19 puntos, uno más que Valencia y Villarreal y dos más que el eterno rival, el FC Barcelona, que también había sucumbido aquella jornada, precisamente, ante el tercer clasificado, el Villarreal. El Espanyol, por su parte, se aupaba hasta la quinta plaza de la tabla con 16 puntos, posición bastante alejada, sin embargo, de la décimo segunda que acabaría ocupando al final de una Liga que se embolsaría el Real Madrid.

Cornellà-el Prat, la excepción que confirma la regla

La dinámica que el Real Madrid viene disfrutando en el coliseo espanyolista desde su inauguración convierten a Cornellà-El Prat en el estadio del Espanyol que mejores resultados le ha dado a los blancos. En territorio perico, Madrid y Espanyol suman 30 triunfos cada uno y 121 goles cada uno De los cuatro partidos disputados allí, tres se saldaron con victoria y el último de ellos con empate. El siguiente escenario más favorable para los 'merengues' fue el estadio Olímpico de Monjuic, donde los blancos disputaron un total de doce partidos, finiquitando cinco de ellos con victoria, los mismos que derrotas, vertiendo los resultados más favorables que se han vivido en territorio espanyolista; el resto, dos encuentros más acabarían en tablas. Por último, el coliseo españolista en el que peor renta obtuvo el Real Madrid en su balance general fue el estadio de Sarrià. Allí, el conjunto de Chamartín disputó, nada menos que 63 partidos, de los cuales 22 se saldaron con victoria, 16 se empataron y 25 se certificaron con derrota. Datos también bastante igualados en el primer estadio en el que el Espanyol jugó desde 1928 hasta 1997.

En el balance global de partidos disputdos en territorio perico reina, no obstante, la igualdad. 79 encuentros disputados, 30 victorias para los blancos, 30 más para los españolistas y 19 empates. Llamativa también la cifra de goles anotados: 121 para el conjunto catalán y 121 más para los madrileños, vertiendo una igualdad total que podría romperse en la noche del domingo si uno u otro certifican un triunfo que desnivele la equidad existente, así como el número de goles con los que esta se alcanzó.