El Real Madrid visita el Estadio Cornellà-El Prat; será su quinto partido allí pero jugar en territorio espanyolista devolverá a la mente de los aficionados 'merengues' y pericos, muchos recuerdos. Unos serán buenos, otros malos, ya que si hay algo que nunca han provocado los enfrentamientos entre estos 2 equipos, ha sido aburrimiento.

Los aficionados del conjunto catalán recordaran las historias contadas por sus mayores sobre la soberana goleada, la mayor recibida por el Real Madrid en su trayectoria en Liga, de la jornada 14 de la temporada 29-30. El partido en cuestión debía jugarse en Sarriá el domingo 2 de marzo de 1930, pero la lluvia dejó impracticable el terreno de juego y se aplazó al miércoles día 5.

El guardameta madridista Nebot, atrapa el balón ante la presencia del canario Juan Padrón.

Foto: pericosonline.com

RCD Espanyol y Real Madrid ocupaban posiciones tranquilas y nada hacía presagiar tamaña debacle de los blancos que al final saldrían vapuleados de una manera estrepitosa (8-1). Al descanso los hombres de Jack Greenwell dominaban por (3-1) con goles de Vantolrá (3'), Bosch (11') y Alamo (30') mientras que Gaspar Rubio (19') anotaba el que luego resultaría ser del honor blanco. Tras el descanso la oleada local sepultó al Real Madrid con 5 goles más (Gallart 52', Vantolrá 57', Padrón 73', Solé pen. 79' y Padrón 82').

No fue para menos la goleada conseguida por los pericos en la campaña 50-51, cuando tumbaron al Real Madrid en Sarriá con 7 goles. Los blancos tan sólo lograron marcar 1 tanto.

Una odisea

Odisea, viaje largo, en el que abundan las aventuras adversas y favorables al viajero o, sucesión de peripecias, por lo general desagradables, que le ocurren a alguien (Diccionario RAE). En eso se convirtió el encuentro que el Real Madrid disputó frente al RCD Espanyol en el Estadio Olímpico Lluis Companys, el 18 de septiembre del 2004, ante unos 39.500 espectadores.

Los pericos, dirigidos por Miguel Ángel Lotina formaron con Kameni; Ibarra, Lopo, Pochettino, David García; De la Peña, Ito, Maxi, Serrano; Dani y Tamudo. Los blancos por su parte, al frente de los cuales estaba José Antonio Camacho, lo hacían con César; Salgado, Pavón, Samuel, Roberto Carlos; Celades, Helguera, Juanfran, Solari; Owen y Ronaldo.

Con Zidane y Figo fuera del combate por lesión, la sorpresa para todos los madridistas fue la suplencia de Raúl, que no llegó a disputar ni un solo minuto y la de Beckham, causadas por la demostración de poder de la que quería hacer acto el técnico madridista, tras la lamentable imagen ofrecida con la derrota en la Liga de Campeones ante el Bayer Leverkusen (3-0) esa misma semana. Bajo palos César fue titular ante la lesión de Iker Casillas, que un minuto antes del comienzo del encuentro se dio un golpe con un poste, lesionándose un dedo.

Todo empezaba mal para el Real Madrid, que se mostraba nervioso y fallón, cediéndole el dominio del balón al Espanyol. Corrían y presionaban los hombres de Camacho aunque fallaban en tareas como la elaboración del juego y las llegadas en ataque. Roberto Carlos estaba a años luz de sus grandes actuaciones, Ronaldo se vio aislado, Owen y Juanfran apenas tocaron balón. Solari fue el único que supuso algún problema para el Espanyol pero se encontró con un lateral, Ibarra, espléndido en su debut.

La lesión de César, el gol y los 3 penaltis fallados

Corría el minuto 29 en el marcador cuando, Samuel empujó a su compatriota Mauricio Pocchetino y el colegiado señaló penalti favorable al Espanyol. César le detuvo el primer lanzamiento a Tamudo por la izquierda. El árbitro ordenó que se repitiera, porque Roberto Carlos entró antes de tiempo en el área, pero un descentrado Tamudo volvió a ver como el guardameta detenía esta segunda pena máxima

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Foto: hoy.com.do

Pero por si fuera poca la desgracia en la portería, César también se lesionó en la pierna derecha, probablemente en un encontronazo que tuvo con Raúl Tamudo, aunque pudo aguantar finalmente sobre el terreno de juego pese a que Iker Casillas calentó durante bastantes minutos con su mano dolorida por si debía sustituirle.

Antes del descanso, en el minuto 42, el Espanyol se adelantaba en el marcador. El tanto llegó tras una jugada iniciada en una buena acción individual de Dani García, cuyo centro remató en plancha Raúl Tamudo y desvió inicialmente César, con la mala fortuna de que el rechace fue a parar a los pies de Maxi Rodríguez, quien marcó a placer. El argentino se tomó así la "revancha" ante los blancos, ya que su debut con el conjunto catalán fue justamente frente al Real Madrid, en un encuentro que los pericos perdieron por 2 a 0. Con dicho gol, Maxi Rodríguez se consolidaba como máximo goleador de la Liga, con 4 tantos.

La carambola

La bronca de Camacho a sus jugadores en el vestuario surtió efecto, y el equipo blanco salió en la segunda parte dispuesto a conseguir la igualada. Y el Madrid podría haberlo conseguido gracias a un penalti cometido en el minuto 49 por Hugo Ibarra sobre Ronaldo. Fue el propio brasileño el encargado de lanzarlo, pero una mano prodigiosa de Kameni desvió el esférico a córner.

Dicha errata supuso un golpe anímico tremendo para so madridistas que se vinieron abajo cediéndole de nuevo el timón del encuentro al Espanyol. Los pericos acabaron teniendo clarísimas ocasiones para aumentar las distancias, pero Maxi en varias ocasiones, Iván de la Peña y Tamudo no acertaron a la hora de definir.

La carambola iba a seguir para los madridistas ya que en el minuto 75, el colegiado decidió expulsar a Samuel por una doble amarilla. Ni siquiera los 8 minutos adicionales le alcanzaron al Real Madrid para intentar la hazaña y en lugar de un premio terminaron siendo un castigo ya que en el minuto 98, Míchel Salgado fue expulsado, al igual que el técnico madridista.

Lo que un día antes, Camacho había calificado como una "hecatombe" se convirtió en realidad y el técnico le comunicó a Florentino Pérez su intención de dimitir, al no poder "sacar el máximo rendimiento al equipo". El presidente blanco aceptó su dimisión y Camacho fue entrenador del Real Madrid por tan sólo 23 días.

Con el pitido final el panorama siguió igual de "intenso" y Guti se dirigió al cuarto árbitro para increparle, tal como el colegiado Lizondo Cortés recogía en el acta arbitral: "Al finalizar el encuentro, el jugador número 14, José María Gutiérrez Hernández, se dirigió al cuarto árbitro diciéndole 'Sois unos payasos, hijos de p...', según éste me comunica".

Muchos partidos, muchos recuerdos, de un libro con muchas páginas en blanco, en el que hoy se escribirá un nuevo capítulo.